#CdReview - Invictor: "An Infinite Second"


Son contados los casos en que un album debut surge en su totalidad con personalidad propia, un sello que se concibe en base a la experiencia dentro y fuera de la música. En el caso de Invictor, el proyecto solitario de Damián Agurto, el distintivo que marca su estreno en solitario converge influencias musicales de todo tipo y, al mismo tiempo, se expone como resultado de un proceso personal que pudo ser reflejado en el plano artístico con mucho éxito. Porque si acaso hay una cualidad que distingue a "An Infinite Second" como conjunto, es la cohesión con que la placa se mueve sin puntos bajos ni disonancias ajenas a la intención de su creador, mientras esparce su ráfaga de soundscapes con la sutilidad de los que saben.

Para obtener este resultado, hubo que pasar por una etapa complicada, un camino de espinas en que el dolor y la pérdida estuvieron presentes en el reciente ciclo personal de su creador. La muerte de su padre hace un par de años encontró a Damián en momento personal muy bajo, plasmando el momento anímico en música sublime y ambiciosa hasta donde dicta la necesidad artística. El dolor y el reencuentro consigo mismo pavimentan un camino que "An Infinite Second" traza y recorre sin baches ni espacios para la duda, extendiendo su sello no sin antes adoptado una serie de influencias presentes al servicio del concepto que su autor presenta y dibuja de manera detallada.

 La niebla del amanecer con que "April 12th" marca el arranque, nos deja en manifiesto el deseo de Invictor por esparcir su firma de experiencia y categoría en favor de la música, com Damian Agurto exponiendo sus credenciales floydianas con una dosis de Steve Vai y una cucharada de Katatonia. Todas influencias que convergen en un estilo que deriva en la ráfaga sonora de "Econ", una muestra suprema de Metal Progresivo 100% genuino y determinado en su meta. Un océano furioso de riffs adrenalínicos que circunda sobre una base rítmica constante y ágil en su andar, desembocando en una melodía principal que abarca los cuatro puntos cardinales con su vibra terapéutica. Majestuosa en su concepción y certera a nivel de producción, al igual que la más agresiva "3:33 AM" la maestría con que Damián Agurto se consagra en las seis cuerdas mientras tatúa a fuego su estampa sanadora y hechizante.

La elegancia con que "Angelique" ataca y defiende, se erige por naturaleza como elemento esencial para la forma en que Invictor nos proyecta su visión intimista y enfocada en la búsqueda interior tras la pérdida, al mismo tiempo que rescata el valor de la amistad y la cercanía que nos relaciona con el sentido de la existencia. Por otro lado, la paz submarina de "Miscanti" y la sutileza celestial de "Uden" dejan en manifiesto la solidez con que la Opera Prima de Invictor se presenta en sociedad, en base a inteligencia y pasión por igual. Imposible no rendirse ante el trance con que la música acaricia todo tipo de heridas y cicatrices sin perder el hilo conductor.

La ventisca sinfónica de "Icterus", reluce triunfante aunque sin dormirse en sus laureles. Golpeando fuerte desde el comienzo e intercalando quiebres de brisa fresca con atmósferas de grandeza, paisajes observados desde la altura y estruendos de drama con retazos de aventura. Apuntando hacia el cielo para llegar a Dios, muy al estilo de la arquitectura gótica de la Europa medieval, aunque sin caer en lo banal y siempre firme en su convicción creativa. Necesario recalcar el claroscuro que conforma esta pieza junto al track que titula el album, cuya intro evoca la tristeza de la pérdida y el titánico esfuerzo que implica el mirar hacia adelante tras la partida física de un ser querido. Los buenos recuerdos y la pena se conjugan en un episodio que no escatima recursos en este viaje repleto de ilusión y penumbra en igual proporción, con parada final en "January 10th" y la evocación de despedida con que "An Infinite Second" cierra al punto de remecer nuestros sentidos. Fue un 10 de Enero que el padre de Damián Agurto dejó el plano terrenal para convertirse en espíritu. Y el espíritu siempre estará a nuestro lado, inmortalizado en el recuerdo y vivo en el presente personal.

  Si acaso hay una enseñanza que nos deja "An Infinte Second" como un todo, es que somos inmortales por un tiempo limitado, como dice Rush en "Dreamline", cuya letra fue escrita por el recién malogrado Neil Peart. Y todos alguna vez hemos anhelado que ese segundo de inmortalidad sea infinito para disfrutar una y otra vez esos momentos con nuestros seres amados. Por otro lado, mirar y caminar hacia adelante es lo que nos asegura la vida eterna en su real significado. Y he ahí el encanto del debut en estudio de Invictor, como resultado de un proceso personal que permitió procrear una pieza sublime por naturaleza y vocación. Grandeza desde el alma, fluyendo por la sangre. 


Claudio Miranda

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