Llegaba el día, 29 de febrero del 2020. Una fecha esperada con ansias por los fans de Vision Divine. Un concierto que en cuanto a convocatoria era toda una incógnita. El cartel ya era bastante atractivo para los fans del Heavy y Power Metal, considerando todo el tiempo en que VD no visitaba el país y también la calidad de las bandas nacionales que abrirían el show. Sin embargo, la gran cantidad de eventos programados para ese sábado, la incertidumbre económica de algunos santiaguinos y la baja en popularidad del Power Metal hacían dudar de la masividad del evento, no así de la calidad del concierto en sí.
Eran las 18:50 cuando ya se podía ver la galería donde se encuentra “Club Blondie” con más de una decena de poleras negras. Bastantes poleras de la calabaza y de la doncella (como es costumbre) y por supuesto de Vision Divine y Labyrinth (era obvio ¿no?). Tal como se había prometido, alrededor de las 19:00 se estaban abriendo las puertas del recinto. Todo ordenadísimo y en mucha calma como suele ser en los shows de metal más bien “melódico”. Infaltable y necesario fue el vendedor de “chela a luca” afuera del local, me bebí dos latas de medio en tiempo record para refrescar la calurosa tarde Santiaguina y entrar un poco más fresco al horno que puede ser “La Blondie”.
Ya a las 19:15 se daba el puntapié inicial al evento con la participación de H&H. La banda del Maule sigue en la promoción de su más reciente LP: “Resilience”. Un disco bastante recomendado para los fans del Heavy Metal. Con esta banda no deben esperar teclados ni muchas melodías “barrocas”, está agrupación es una banda de un carácter más bien clásico y duro. Es importante destacar que, aunque era relativamente temprano, había aproximadamente 50 personas viendo el show de H&H, todos atentamente escuchando y disfrutando de la banda, nadie mirando el teléfono o conversando. Mucho respeto con la banda nacional, aunque no eran tan conocidos, de seguro en esta pasada ganaron nuevos adeptos. Luego de “Bringer of Death”, canción con la abrieron, tocaron el tema que da nombre a su segundo Lp: “Resilience”, mientras poco a poco entraban más personas, al ojo ya había unos 70 espectadores. Ya los de Talca estaban sonando “cañón”, pero “Impostor”, tercer tema de este show, sonó realmente pesado. Fue la canción que hizo soltar el cogote a todos los presentes. El show sigue y es el turno de “Save your Soul” tema de su primer disco, este tema me llamó mucho la atención ya que al ser más antiguo presenta una etapa diferente de la banda en cuanto a composición, es un tema con algunos tintes “Thrash” y puede recordar algo a la etapa de Judas Priest con Ripper Owens. Para despedirse tocan la canción Pandemonium, donde los fans de la banda presentes en Blondie ayudaron a cantar. Ya terminado su tiempo (no más de media hora) dan un breve, pero conciso discurso: “Aguante el metal nacional, aguante el metal de región”. Me quedo con lo último. Escuchemos más metal hecho fuera de la capital. Con esta clase de presentaciones queda claro que en metal (y en cualquier orden de cosas) Santiago no es Chile.
Luego del show de H&H, los fumadores nos reunimos en la parte posterior del recinto cerca de la barra para improvisar una zona de fumadores, mientras echaba humo reflexionaba en dos puntos:
- La humildad de las bandas teloneras, temprano se veía a los Steelrage por ahí con muy buena onda con todos y H&H con muy buena disposición también, a pesar de que, según tengo entendido, tuvieron un problema con el transporte para llegar a Santiago, se veían todos muy comprometidos y con muy buena disposición, ninguna “estrellita del rock” entre los teloneros.
- Quizás esto no tiene mucha solución, pero es fome que en Blondie siempre el baterista de la banda soporte quede al costado izquierdo del escenario y no al centro como estamos acostumbrados en cualquier concierto. Se entiende que se deja armada la batería de la banda principal, pero ojalá se pudiese poner una “extensión” al escenario para poder tener espacio para otra batería más en el medio. Mejor aún, ojalá los telones y la banda principal usaran la misma batería. Eso siempre se ve raro, pero no afectó el acto de las bandas.
Ya eran casi las 20:00 y aparecía Steelrage en el escenario. Cabe destacar que la banda volvió después de un silencio para reformarse y celebrar sus 20 años. Esperemos que estos muchachos nos den un nuevo LP, aunque aún hay bastante que tocar en vivo con sus 5 producciones discográficas (contando Lps y Eps). Personalmente, creo que debido a que no existían tantas maneras de difundir la música en décadas anteriores, algunas producciones de estos santiaguinos “pasaron piola” entre tanto fan del Power Metal que sólo escuchaba bandas europeas. No es malo, desde mi punto de vista, que Steelrage siga tocando canciones antiguas y, porque no, rememorando algunas cosas de sus primeras producciones de principio de siglo. Ya sobre las tablas el tema con el que abrieron fue la melodiosa pero potente “Death at your Back” para seguir con “We’ll never give up”, en este punto Jaime Contreras, vocalista, nos presenta un nuevo single de la banda “Made to Last”, aunque este tema ya se había tocado anteriormente, creo que esta vez sonó mejor que nunca. Su cuarto tema de esta presentación fue “My Dark Passenger”, canción incluida en su disco “All in”. Particularmente este corte sonó increíble, la voz de Mauro Valencia, guitarrista, en este punto fue muy valiosa con unos coros guturales que le dieron una dimensión magistral a la canción. En general, el trabajo en los coros del calvo guitarrista ha sido un gran aporte a la banda. Para finalizar tocaron “The Last Card”, tema que cierra su último disco y que queda muy bien para cerrar cualquier show. En este punto de la jornada ya había más de 100 personas. SI el objeto de que bandas locales abran el show de la banda cabeza de cartel es “calentar” al público, entonces H&H y Steelrage cumplieron con creces, no sólo cumplieron, estuvieron muy por sobre la media. Confirmando así que las bandas chilenas están pasando por un nivel muy alto. Ambos shows de apertura estuvieron impecables. Sonido de primer nivel, entrega en el escenario y cero pifias. En síntesis, acertadísima la elección de las bandas de apertura para este evento.
El ambiente ya estaba listo para la presentación de los italianos Vision Divine. Muy buena onda entre los presentes metaleros. Llama la atención lo amplio de la gama etaria. Gente de menos de 20 años y algunos chascones más “seniors” disfrutando de lo que iba de show por igual. Seguramente muchos de la vieja guardia que asistían a la “calabozo” o a la “Ex oz” rememoraron viejas andanzas del metal mágico y épico.
Eran las 21:00 en punto cuando Mike Terrana ya se sentaba en la batería, viéndose su sombra imponente con el juego de luces. Al son de la intro de su último disco empiezan a desfilar por el escenario Puleri, Torricini, Lucatti, el debutante cantante Ivan Giannini y el viejo y querido Olaf Thorsen (Carlo Magnani para los amigos y parientes). A la cuenta de tres empieza “The 26th Machine” de su más reciente placa. Giannini Salió vuelto loco entregando todo en el escenario, puramente emocionado con la recepción del público quien cantó a todo pulmón este tema y el siguiente “3 Men walk on the Moon”. Muchas veces sucede que el público canta únicamente los clásicos de las bandas, pero en esta ocasión los espectadores cumplieron con su parte del show cantando claramente todos los temas del último disco. Aunque ¿Cómo no hacerlo? La última placa de VD es muy buena y de seguro todos los fans presentes (me incluyo) disfrutaron mucho este último disco.
El tercer tema que tocaron fue “The secret of Life” de su disco Stream of Consciousness”. Un clásico inoxidable, la Blondie se vino abajo con este corte. Todo el mundo saltando y cantando. Ivan no tuvo problema alguno para interpretar esta canción cantada originalmente por Michel Luppi. Me queda la sensación de que en cierta forma imitó un poco el color de la voz de Luppi. Al final del tema caen los coros por parte de la audiencia para Ivan Giannini, con el apelativo “Mijito rico”, un gesto que no queda claro si fue entendido por el vocalista, pero si por Thorsen, quien toma el micrófono e interroga al público diciendo: “Es rico Ivan?” Recibiendo un gran “Sí” por parte del respetable. Parte del folcklore de los conciertos en Chile, sin duda. Un emocionado y asombrado Giannini presenta el siguiente corte que da nombre al último disco, es decir “When All the Heroes are Dead”. Un tema con el cual ya lograron echarse el público al bolsillo, demostrando así que su más reciente trabajo está más que aprobado por sus fans en Chile. Siguiendo en la misma tónica los italianos entonan “Angel of Revenge”, canción que fue el single con videoclip incluido para presentar a Ivan Giannini en las voces. Antes de seguir con el show, el baterista Mike Terrana parece un poco complicado con el micrófono del bombo, por lo cual es él mismo quien baja a solucionarlo, mete la mano dentro del agujero del bombo y asunto arreglado, Giannini le “tira la talla” diciendo: “Mike, tú siempre metiendo las manos en los hoyos, ah”. Un chiste que no muchos entendieron, pero se agradece el buen sentido del humor ante una situación tensa. Se nota, por lo demás, una banda que lo pasa siempre bien en el escenario. Siguiente tema: “Violet Loneliness”, canción interpretada originalmente por Fabio Lione en las voces, Giannini nuevamente no presenta problema alguno para esta interpretación, es más, al igual que cuando re-interpretó a Luppi, me parece que trata de imitar el color de voz del cantante original. Sigue la noche y es el turno de “The 25th Hour”. Apenas termina el último acorde de este tema caen los vítores para la banda, con el canto de estadio “Ole, ole, ole, ole Vision, Vision” alternándose con unos “Ole, ole, ole, ole Olaf, Olaf”. Olaf Thorsen toma el micrófono y agradece nuestro cariño de una manera muy sincera. Un cariño que viene sintiendo desde el año 2000 con su primera visita a Chile. El octavo tema de la noche fue “Message to Home”, una canción lenta que genera una pausa en este show y marca la mitad del concierto. Cerrando la primera parte de la presentación suena “300” canción que Ivan Giannini presenta como “un tema que habla sobre luchar por lo que crees, luchar por tus derechos, así como lo hacen ustedes”. Hasta ahora todo perfecto, todo sonando de forma magistral. La banda se retira, excepto por uno, Mike Terrana, quien queda sentado en la batería, por lo cual ya sabemos lo que viene: el infaltable y siempre querido solo de batería. Mike Terrana actualmente tiene 60 años, pero su energía y “touch” al momento de tocar la batería ya la envidiaría cualquier joven. Este solo bateril, que actuó a modo de interludio, tuvo de todo: Doble bombo, jazz, manos en vez de baquetas, piruetas y malabares varios y mucha interacción con el público. Deben haber sido aproximadamente 7 minutos (o más) de solo de batería que la gente disfruto muchísimo.
Empieza la última parte del show, el tema con el que vuelve la banda es “The Perfect Machine” un tema excelente que el público recibió con mucho cariño, cantando el coro a todo pulmón. Giannini agradece y confiesa que es su canción favorita de VD. ¡Se Nota! Puesto que lo cantó con todo el corazón. Antes de que la banda pudiese presentar su siguiente tema, irrumpe el canto generalizado de: “El que no salta es paco” mostrando que el rechazo hacía la violencia policial se debe seguir manifestando sin cesar en diversos puntos de reunión ciudadana. Torricini (bajista), talvez entendiendo de que se trataba se pone a saltar junto con el público. Alessio Lucatti (tecladista) comprendiendo el momento y escuchando los gritos de rechazo hacia Piñera decide grabar con su celular la situación. Un momento que dejó muy asombrado a Giannini quien no lograba presentar la siguiente canción. Una vez calmados los ánimos, Ivan presenta “Where I God”, tema tocado de forma excelente, para terminar con un juego en el teclado del cual se desprende un pequeño extracto de “Identities”, interludio que al parecer no estaba planeado para el resto de la gira, por lo cual se podría considerar un regalo para los fans chilenos. Siguiendo con el protagonismo de Lucatti en las teclas empieza a sonar la intro de “The Miracle”, una canción antigua que todos los presentes cantaron a coro, recordando probablemente la presentación del año 2000 de Vision Divine junto a Labyrinth. Siguen los clásicos y es el turno de “Send me an Angel” también coreada y vitoreada por la audiencia. Solo un pequeño problema hubo con la batería en este tema, ya que Terrana rajó el paño de la caja al tocar con tanta fuerza. Sin embargo, como un profesional con años de carrera, reemplaza los golpes de caja por uno de los “toms”. Termina este clásico tema y Olaf toma el micrófono, agradece en un español bastante aceptable a todos los presentes y en especial a Gustavo y Atenea Producciones por jugársela con este show. Es más, fueron tantos los aplausos que el mismísimo Gustavo (quien ya había trabajado antes trayendo la banda a Chile) aparece sobre el escenario para recibir una ovación. Olaf prosigue con su discurso y explica que pueden tocar sólo un tema más. Ivan Giannini recupera el micrófono y le pregunta al público que canción falta por tocar o que cnación quisiéramos escuchar. Al preguntar, alguien responde “The miracle”, canción que ya había sido tocada, probablemente el sujeto en cuestión estaba algo pasado de copas, quería escucharla de nuevo o talvez se refería a “the Whisper” Nadie lo sabe, pero sacó carcajadas por parte de la banda, luego otro grupo de fans que estaban en la parte frontal del escenario piden la última canción y aciertan: “La Vitta Fugge”, un clásico amado por el público chileno que cierra con broche de oro este show. Cabe mencionar que Lucatti sacó su teclado del atril y lo toco como una “Keytard” generando una muy buena imagen de la banda en vivo, una banda que lo pasa muy bien y que en Chile se siente muy querida. Es más, Ivan Giannini señaló este show como el más entretenido de toda su carrera. ¿Será cierto? Quién sabe, en una de esas sí lo fue. Esperemos que así haya sido. El show termina y todos nos vamos con una gran sensación en nuestros corazones y una sonrisa de oreja a oreja.
En síntesis, un concierto que desde las bandas teloneras hasta el show principal fue redondito. El local sonó muy bien y el público se entregó por completo. Este género puede no ser tan popular como antes, podemos fácilmente decirlo por la baja cantidad de personas que asistieron (no más de 250, poco para un show internacional) pero queda clara una cosa: Aún queda Power Metal y está en buenas manos, tanto en la bella Italia como en nuestro convulsionado Chile.
Escrito por: Francisco Pardo
Fotos por: Priscilla López
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