Conocida es la enorme explosión que el Thrash
Metal ha generado desde inicio del 2000, no solo en Chile, sino en el Mundo.
Pero, por desgracia, si bien son muchas las bandas, la propuesta no pasa más
allá de ser una copia más de tal o cual banda, o de tal o cual forma de
interpretar este salvaje sonido, lo que ha generado que el catálogo de bandas
y de discos sea enorme, y que al final uno termina decepcionado al escuchar
el mismo riff una y otra vez.
Debido a esto es que la escena de la “nueva
ola” o “nueva escuela” del Thrash resalta mucho menos que la de los 80’s,
destacando a nivel internacional un puñado de bandas que han logrado, contra
todo lo repetitivo y monótono, sobresaliendo por ser la aguja en el pajar de los
mosh y la cerveza. En esto encontramos bandas como Suicidal Angels,
Warbringer, Power Trip, Angelus Apatrida, Gama Bomb y, por supuesto, Havok.
Havok se ha singularizado por ir siempre subiendo la
apuesta álbum tras álbum, no solo en su velocidad y ataque, sino que también su
técnica y ejecución, logrando piezas que ilusionaban con una evolución más
Thrash/Progresivo, como fue en el disco “Conformicide (2017)”, el
cual logró un enorme y potente avance en esa dirección que, si bien no fue bien
recibido por el público más thrasher, si demostraba un sonido único y
mucho más auténtico en ellos, una apuesta arriesgada como siempre lo habían
intentado.
Con estos pequeños antecedentes, un nuevo disco
de esta banda era bien esperado, más si anunciaban que era lo mejor que habían
creado, y que todo hacía pensar que la dirección e intención de la banda sería
dar un paso más en la conquista de este nuevo y autentico sonido.
Pero, todo eso se hace agua luego del primer
segundo de disco y es que parece que la banda le falto personalidad o firmeza en su convicción para no sucumbir ante las incesantes críticas por su experimentación anterior y
hacer valer sus ideas. O es que tal vez el anterior disco fue solo un pequeño
deslice en su carrera y su intención era seguir haciendo un puro y duro Thrash
Metal. Todo esto es pura especulación, lo único cierto es que ahora nos traer
una colección de canciones que apuestas por “ir a la segura”, tanto así que
muchas parecen “remake” de viejas y clásicas bandas, pero ¿Es esto un problema
o hace de “V” un mal disco? es hora de averiguarlo.
El disco de entrada parece sacado de un mix de
“Thrash Metal Clásico” con fórmulas archi conocidas, así tenemos canciones que son realmente homenajes a viejas glorias del género como es el “:..And Justice For All” de Metallica, donde los riffs y el
sonido que tiene la batería son demasiado obvios, es en esta línea que tenemos a “Post-Truth Era” que es bastante
similar a “Blackened”, hasta en la forma de comenzar con ese sonido en
off, también está la canción “Ritual of Mind” que es una mezcla de 3 canciones de este mismo
disco, tiene un parecido demasiado obvio con el inicio ”Eyes of the Beholdor”,
luego en su desarrollo con “Harvester Of Sorrow” y finaliza de la misma
manera que el clásico “One”, con la batería
simulando las ráfagas de metralletas
Los tributos no terminan ahí, sino que sigue
con “Fear Campaign” que ahora se acerca a la subvalorada “Trapped
Under Ice” y con esto, obviamente, al sonido de Exodus, algo que se
nota aún aún más en “Cosmetic Surgery”. También presente esta Anthrax
y Testament, con las canciones “Betrayed by Technology” e “Interface
with the Infinite”, respectivamente.
Ahora, no todo se trata de traer a la
actualidad las pasadas glorias, sino que Havok también nos va a presentar temas
que son de su manufactura, con lo que evidencian la evolución dentro del género
que han desarrollado luego de 16 años de formación, como son“Dab
Tsong” + “Phantom Force”, y “Merchant of Death”,
tracks cortos y precisos, pero que van directo al hueso.
Con todo eso, y dejando lo mejor para el final,
nos damos cuenta que la decisión de Havok fue de no apostar, al menos en
su gran parte, sino que irse por el camino fácil y entregarnos este compilado
de riffs thrashers que en nada suma a lo que ellos venían haciendo durante
estos años. Ahora, si bien no son malos, pues la producción y la ejecución de todos
los músicos es realmente de primer nivel, sobre todo Brandon Bruces en
el bajo, la fórmula utilizada es bastante facilista y obvia en muchos pasajes,
y parece más bien una manera rápida de reencantar a sus fans, luego del tan
cuestionado último disco.
Pero, y con todo lo dicho, el álbum no es totalmente una vuelta a estos orígenes, sino que tiene vestigios de sus intentos más progresivos, lo que se ve en dos de sus temas ya al final del disco, tal vez se reservaron lo mejor para el final, quien sabe, lo cierto es que estos temas levantan el disco para lograr que este por sobre la media.
Con “Panpsychism” y “Don’t Do It”
lo que muy pocas bandas logran, hacer una perfecta aleación del sonido más
agresivo y veloz de Thrash, con la complejidad y los notables cambios de
tiempo que puede entregar el Metal Progresivo. Es así como tendremos partes acústicas, ritmos a medio tiempo donde
resaltara la voz de Sánchez, coros pegajosos. Asimismo, David Sánchez
y Reece Scrugg nos presentan, en estos 15 minutos, los riffs más técnicos
de todo el disco, complementados con solos que resaltan por todo su virtuosismo,
todo sumado todo al ritmo y entrega dada por la batería de Peter Webber. Este compendio de factores logra plasmar lo mejor y más ambicioso que puede salir
del sello Havok.
Finalmente, hay que decir que no es un mal disco de
Havok, para nada, pero si creo que les falto ambición para transmitir lo que
ellos realmente quieren hacer, porque queda más que claro, sobre todo en la
parte final del disco, que de lo que menos carecen es de talento y creatividad.
Ahora, no creo que el disco no sea ambicioso por no presentar más progresivo,
sino porque ellos venían trabajando una línea bastante interesante, que se estaba por definir en este disco precisamente, pero que, por críticas
de cierto sector más fundamentalistas del “metal”, al final terminan creyendo
que su paso adelante era incorrecto y entregan un trabajo que, si bien esta por sobre
la media de lo que produce y entrega el Thrash en los últimos años, no logra mostrar con certidumbre y convicción todo de lo que es capaz esta banda.
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