Una nueva época de festivales ya pasó y ... no fue como la esperamos. El coronavirus fue un duro golpe para el mundo de la música en vivo obligando a suspender y posponer una gran cantidad de eventos en todo el mundo.
Si bien esto puso haber sido letal para una serie de productoras y macro eventos, muchos de estos supieron reinventarse e incluso innovar cuando la cosa estaba más difíciles que nunca.
Sin embargo, siempre hay un sobresaliente en la clase, ese alumno (en este caso festival) que no sólo hizo la tarea, sino que sentó las claves para el futuro de la industria y ese fue el queridísimo Wacken Open Air.
Hay que comenzar del principio y es que el festival germano hasta último momento intento llevarse a cabo, fue con una ordenanza gubernamental en la que se prohibían todos los eventos públicos que desistieron de la idea un mes previo al festival. Los organizadores tuvieron viva la esperanza en todo momento de que la cosa iba a mejorar, pero no fue así.
Frente a la imposibilidad de llevar a cabo el evento Thomas Jensen (dueño y organizador principal) subió un comunicado explicando que trabarían en la edición 2021 con un nuevo line up y habilitarían la devolución de entradas para quienes quisieran. Los seguidores que decidieran mantener los tickets los podrían hacer válidos para la edición del otro año.
Lo bonito de la historia es que un muy alto porcentaje del evento - cercano al 80% - mantuvo sus tickets, lo que fue una muestra de compromiso y fidelidad al evento alemán.
Con semejante respuesta del público no podían ser indiferentes y a los pocos días anunciaron que harían algo nunca antes visto y que Wacken sí se haría este año, de forma diferente y que sería gratuito para todo el mundo.
Ya desde ese punto hay una gran victoria, uno de los eventos más importantes de la música extrema saldría gratis para todos los usuarios de internet, pero además con una edición que quedará para la historia.
Wacken World Wide fue el nombre del evento, que tenía un cartel mucho más reducido que la versión original del 2020, pero que logró sorprender primero con un número equitativo entre bandas emergentes como leyendas, pero también con una diversidad de formas de ver un show en casa.
La idea no era ver un show grabado más, como muchos festivales hicieron, la idea era llevar la música en vivo y lo hicieron a través de una alianza con diversos estudios que adaptaron sus recintos para poder grabar o transmitir cuando se les solicitó (exceptuando algunas bandas que grabaron sus shows para agregar detalles con edición).
Desde aquí ya todo era novedad y que alternaba con algunas presentaciones que no fueron televisadas en años previos, con nombres grandes como: Iron Maiden, Judas Priest, Nightwish, Mötorhead, Lordi, Volbeat , Alice Cooper y más.
Ya con esto hay una gran variedad de elementos para disfrutar, pero a eso se sumaron bandas en vivo que participaron de los escenarios VRX, que adaptaron estudios a realidad virtual aumentada y que permitía ver los shows con visores o desde la pantalla pero insertando a las bandas en un stage que usaba elementos digitales como: fondos interactivos, pirotecnia (virtual), animaciones, relieves 3D y mucho más.
Esto ningún otro festival lo había realizado y fue una propuesta sumamente ambiciosa del festival alemán, que recibió muy buenos comentarios, incluso dejó una clara influencia en otros eventos. Recordemos el show de Beyond The Black, donde los seguidores podían aparecer a través de una reunión por Zoom en directo interactuando con la banda, mismo mecanismo que hoy usa la NBA para llevar público a los partidos de playoff.
Además, y una de las mejores partes a mi parecer, es que en esta edición las bandas pequeñas tuvieron mayor visibilidad, al ser parte de una transmisión con una única opción para ver, permitió que varios proyectos con no más de 10 años en escena pudieran presentarse a lo grande.
Incluso, y por más raro que parezca, hasta la publicidad fue algo que mejoró considerablemente y es que si algunos lo notaron los banners del sitio web cambiaban dependiendo de la banda que se presentaba, por lo que tenías acceso directo a su merchandising o información sin necesidad de abandonar el sitio.
En resumen, Wacken 2020 fue una triste pérdida, pero la llegada de Wacken World Wide es un hito no sólo para el metal, sino para como el mundo del entretenimiento y como podría enfrentar el futuro a la hora de unir el entretenimiento en vivo con las nuevas tecnologías.
Por Felipe Pino Guerrero
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