#CDReview: Wewain - La Injusticia y la Paz No Pueden Coexistir

     En un año tremendamente politizado como lo es el 2020, musicalmente hemos visto el resurgir del canto político y de un mensaje más directo, cuestión que no deja fuera a los géneros más extremos y/o pesados de nuestra tierra. Bajo éste contexto es que la región de Valparaíso nos llega el prolijo trabajo de Wewain, llamado "La Injusticia y la Paz No pueden Coexistir", Título que no deja mucho a la interpretación y que más bien es un nombre abrasivo que te dice fuerte y de frente "hey!, ésto es lo que somos" sin segundas lecturas.

    Ya desde que ves la portada sabes de dónde viene éste canto, qué es lo que inspiró el concepto del disco y puedes perfectamente intuir hacia donde va, tomando una icónica foto de la revolución de octubre de 2019 en una pintura que conserva perfectamente el espíritu tanto del momento en que la imagen fue capturada, como del disco en sí, pintura que, dicho sea de paso estuvo a cargo de la gran artista nacional Jo Salinas.

 

    Comenzmos pisando a fondo, el disco abre con "Oligarcas", "Sionismo = Fascismo" y "El Verdadero Enemigo" que nos dan una muestra de hacia dónde va el disco en torno a lo musical, riffs graves, grooveros y pesados y una base rítmica bestial, "A Vencer" abre con un tempo más pausado pero tomando peso y contundencia pero siendo un tema más melódico en general, con un solo breve pero acertivo. "La Revelión de los Rotos Alzados" entra con un fuerte discurso para dar paso a ritmos machacones y se levanta como un verdadero himno ante las injusticias por las cuales se ha venido peleando durante el último año. "El Negocio de la Pobreza" vuelve a calmar aguas en un tema más introspectivo donde José, casi a palabra hablada (pero sin dejar de vociferar con rabia), te habla de las injusticias en un tema que vuelve a pausar un poco el ritmo e incluir una sección un poco más Djent con guitarras que se separan en una parte lead y rítmica con un halo de melancolía que funciona muy bien.

    "Contradicciones" abre con otro discurso que cimenta las bases narrativas de un tema duro y agresivo. "Quienes Son los Terroristas" comienza con instrumentación mapuche que de a poco se va electrizando y metalizando en un tema que sigue con la potencia y agresión de Wewain. "La Violencia que no Ven" es un tema denso con un contenido crudo y visceral, que vuelve a ralentizar el ritmo en pos de una interpretación que mira un poco más hacia dentro. "Fuerza Interior" nos devuelve los riffs más rítmicos equilibrando de buena forma partes más melódicas y acordes más abiertos que contrastan de forma impecable. "El Líder de las Ratas" comienza con una guitarra potente en un fraseo pesado y vuelve a contraponer partes pesadas y melódicas, ésta vez con una voz femenina que pega muy bien en un equilibrio notable para finalizar con una sección que recuerda fuertemente al Canto Nuevo Latinoamericano, cerrando un disco impecable de principio a fin.

 

Muchas veces nos encontramos con epítetos que describen bandas como "pesadas", "densas", "violentas" y es acá donde creo que es necesario detenerme, ya que "La Injusticia y la Paz No Pueden Coexistir" es un disco que toma éstos elementos como un todo, por que sí, es denso, es pesado y es violento pero lo es tanto en la parte musical como en la parte lírica, letras que retratan una historia dura y cruda (n. de e. imposible no sentir angustia con un tema tan sensible como "La Violencia que no Ves" o rabia en "Contradicciones" entre muchas emociones que logra evocar éste álbum) que en 56 minutos logra generar una carga emotiva potente y que deja mucho para pensar.

 

Musicalmente hablando tenemos de todo lo que quienes amamos la música pesada podríamos querer, Guitarras graves donde Richar y Pedro (guitarristas) equilíbran la rítmica con pesados riffs y fraseos contundentes. Voces crudas y una sección rítmica a prueba de balas donde la batería de Gerardo y el bajo de la Majo varias veces se robaron mi atención (sore todo la última, quien, aún en una banda de baja afinación logra sonar y resaltar en todo momento). Para ser un disco de casi una hora se las arregla para variar la fórmula y lograr mantenerte enganchado en su narrativa contemporánea y malsana que, lamentablemente, ésta vez tiene raíces firmes en la realidad.