Se abren las puertas del Arena Recoleta para recibir la última jornada de una apretada semana para la agenda musical de este 2022. De la mano de Monkey Chile y Solid Music Entertainment, se vivió en la tarde de este Domingo 22 de Mayo (con 15 grados y descendiendo), una grata y versátil velada repleta de Punk Rock, HxC & Skate Punk local e internacional, en la localidad santiaguina.
Estrena el escenario Sin Remedio, banda de hardcore punk chilena con más de dos décadas de trayectoria, con el desafío de calentar un ambiente frío y ansioso. A las 17:40 pisan el escenario y la tímida audiencia se acerca lentamente. Abren con “Super héroes”, y le sigue el street funky de “No sé por qué”. Con un cierre en seco que dan paso al galope heavy rock de “Reaccionar”. Si bien el hxc no es un género muy popular en las listas de reproducción, canciones como “Multitud” son de esas que te tienen moviendo la patita al ritmo del más clásico Ramone. Continúa “Pánico”, mientras ya se siente como se calientan motores. Le siguen “La danza” canción de su nuevo EP, “Sin miedo” y “Hay que castigarlos”, navegando entre tintes de sleaze, un poco de groove y también distorsiones vocales inesperadas. Ya casi cerrando, en “Nuestro Futuro” se comienza a notar el leve óxido de la pandemia, a gran parte del tiempo las guitarras perdían protagonismo, y parecían más bien dos rítmicas, en vez de una lead y una rítmica, así como también se dejaron entrever algunos desajustes temporales y de acople sonoro. El cierre del show estuvo acompañado por “Guille” quien se subió al escenario para acompañar el crescendo de “La nueva fuerza” con un potente y rabioso juego de armonías guitarrísticas que también permitieron algunos juegos corales. Cierran con “Aire puro” ya con un sonido más vieja escuela de tipo Black Sabbath, sintiendo también las influencias de Michale Graves (Misfits) en la línea vocal. A pesar de algunos acoples y desequilibrios sonoros, el público difícil de conquistar y aún con frío, despidió entre aplausos al cuarteto que inauguró la celebración.
Las ansias se apoderan de la localidad, y en medio de coros y gritos, se suben los canadienses MUTE al escenario a chequear líneas. Habiendo visitado Chile por última vez en 2018, fueron muchos los que disfrutaron a la agrupación por primera vez en esta ocasión. Con un retraso evidente desde la producción, se suben 55 minutos más tarde de lo pactado en el line-up, cuestión que no molestó a la audiencia en absoluto, pues sólo tardaron menos de 10 en estar arriba del escenario una vez terminada la última presentación de la banda anterior.
Introducidos por el piano y con guitarras armonizadas, comienza el espectáculo que nos mostrará el celebrado “Thunderblast” de principio a fin, que cumple 10 años de historia. “Bates Motel” abre con todo y al instante el pit se apodera de la cancha. Parte de este inicio fueron algunos acoples y fuertes bajos, corregidos rápidamente, siendo los únicos imprevistos técnicos notorios de la presentación. A diferencia de los nacionales, MUTE demuestra que no sólo la trayectoria apremia, si no que también poseen un equipo que nada tiene que envidiarle a los escenarios grandes. Ya apretados y firmes, continúa “Wolf’s Den”, bajo una sólida puesta en escena y armonías vocales. Antes de continuar, cabe destacar que MUTE no posee una formación “tradicional”, pues si bien, dos guitarras, un bajo y una batería no son extraños, si es poco común que el baterista, en este caso Étienne Dionne sea uno de los cantantes principales. Presenta en español “La tempestad” (The tempest) con comodidad y carisma, dejando ver además su polera de endorser Sabian que acompaña un drum kit sencillo de 5 platillos, un tom de piso y uno aéreo, pero que en manos talentosas, logra ser poderoso. Le sigue “Homesick & Tired”, con una vibra muy noventera, entintada por melodías que nos recuerdan un poco a ‘The Offspring”, ‘Blink 182’ y también ‘Sum 41’. Se destaca fuertemente Jean-Philippe Lamonde, bajista y vocalista quien con gran desplante se muestra imponente, a pesar de mantenerse la mayor parte del tiempo tras el atril de su micrófono. “Nevermore” se hace presente con un potente breakdown y un riff que los hace saltar al unísono. La locura se mantiene y comienza “Calcul(H)ating”, aplastando eufóricamente. Continúan “Strangers back again” con una vibra power metal y “Neon Valley”, mucho más ramonera y playera. Hay combinaciones que a primera escucha, son difíciles de procesar, nadie espera escuchar un punk tan técnico que además pueda ser tan melódico y coreable, pero cuando ya nada podía sorprendernos, comienzan cantando acapella un clásico rockero totalmente inesperado. Lo que parecía una broma de entretiempo, terminó siendo una versión novedosa y entretenida de “To Be With You” de los californianos Mr.Big, en pulsos hardcore y bastante más pesada de lo que conocemos. Los powerdrums de “Fastlane” le pisan los talones al cover y se incrustan en el oído algunos vaivenes progresivos de la mano de los poderosos riffs de Matt Kapuszczak (guitarra y voz), y Alexis Trépanier (guitarra) quienes armonizan equilibradamente a lo largo del show. Con “Shadow of a Doubt” despiden con enérgicos bajos el recorrido por el disco que da vida a esta gira. Escuchar este álbum nos da un viaje completo no sólo por los pasos del punk, si no todas sus vertientes, moviéndose a ratos incluso entre My Chemical Romance, Papa Roach y Panic! at the Disco, con metal muy dosmilero abundante en escalas mixolidias clásicas del género. Hablamos de un punk mucho más elaborado de lo que conocemos, menos callejero y más virtuoso, que mezcla también el hardcore y el metal con gran equilibrio como sazón.
Después de un break de un par de minutos y un molesto acople de guitarra entre canciones, suena “Resistance”, de su disco ‘Remember Death’ de 2016, demostrando que lo más reciente de la banda también se cataloga como hit para los fans. Cantando a todo pulmón, pasan a “Fading out”, del mismo catálogo, donde una agotada pero motivada audiencia, se separa de lado a lado a petición del percusionista, abriendo la cancha para lo que sería el wall of death con el que comenzó el single. Aplausos al ritmo del riff, saltos y energía dan paso a la última obra maestra de la noche, dejando en el escenario toda la vibra de un punk enérgico, melódico, técnico, poderoso y groovero. Suena “Kings of Spades” para cerrar con un metal moderno que nos podría a ratos recordar a Trivium o Slipknot. Se despiden con cariño y agradecimientos reiterados de su público con un cálido ‘merci beacoup’ para finalmente tomar la foto de rigor y atender con muestras especiales de aprecio a sus seguidores, a pocos minutos de haber pasado las 10 de la noche.
Sin dudas, una jornada power y plagada de energía en la comuna de Recoleta, siendo para muchos el
primer evento en vivo después de la larga y agotadora espera tras dos años de pandemia. A pesar de
los imprevistos técnicos y la dureza de un público difícil de conquistar para algunos, MUTE deja un
importante registro en la historia del punk en Chile.
-Cobertura en vivo por Rocío Belén Muñoz
8 Comentarios
Quien hizo la reseña wn? James Hetfield o Alejandro Silva? Pésimo relato, desordenado a ratos. Casi copiado de un podcast. El editor debe estar llorando.
ResponderEliminarEl único que llora es usted
EliminarQue mala reseña...... ¿ sinremedio tocando "hxc" ? ¿ michale graves? Montoyas blink o panda? jajajaja manden alguien que sepa más... fueun show punkrock, hxc no.
ResponderEliminarQue mal que bandas que llevan tan poco tiempo toquen antes que Sin Remedio.
ResponderEliminarJajajajj
EliminarActo de nobleza dar un paso al costado y permitir a otras bandas tocar su repertorio. Sobre todo considerando que Montoyas tiene album nuevo.
EliminarPxndx es un tributo a los montoyas
ResponderEliminarGracias por la nota del show!!!
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