#LiveReview: Geoff Tate + Hëiligen - Una Lección de Clase, Estilo y Pasión

 

Con dos álbumes completamente imperdibles, la visita de Geoff Tate auguraba una jornada llena de clásicos, de esos clásicos que en Resistance no podíamos perder la oportunidad de revisar y vivir en vivo, por lo que nos dirigimos al Bella para asistir a un show que promete ser de larga duración.

Como encargados de abrir los fuegos tenemos a los locales de Hëiligen, banda santiaguina, que con un Heavy Metal muy influenciado por la NWOBHM iban animando a un público muy escaso, pero que con el correr de su set se iba integrando de forma sostenida. Quienes han tenido la suerte de verlos en vivo sabrán de lo que hablo, es que sus presentaciones siempre son muy auténticas, con una muestra no sólo de camaradería y compañerismo sobre el escenario, sino que de genuina amistad y amor por la música que hacen. Con sólo seis temas y alrededor de 30 minutos sobre el escenario centraron su presentación principalmente en temas de su álbum “Shadows in the Church” (2020) como “Shadows in the Church”, “Rage of the Gods” o “Gladiator” donde el bajista nos regala un solo impecable, que sorprendió a más de uno en la audiencia. Para cerrar, deciden volver a su primer EP “Return to the Battle” (2017) con el tema del mismo título donde Renzo nos muestra su tremenda habilidad vocal y Hugh, su maestría tras las seis cuerdas haciendo incluso un solo con una sola mano. Los locales agradecen al público y a las caras conocidas que vieron y se retiran con la misma alegría y energía que tuvieron durante toda su presentación.

Tras la espera de rigor, los músicos de Tate se van posicionando de a uno, saludando a la audiencia y tomando posición, cada uno recibiendo una ovación, que llegado el turno de Geoff Tate, fue a recinto completo. Sin presentación alguna comienzan a sonar las primeras notas de “Walk in the Shadows” que fue coreada enérgicamente por un público bastante más abultado. “Gonna Get Close to You”, el cover de Dalbello fue interpretado de una forma magistral, capturando la esencia de éste y proyectándola a un nivel completamente distinto. Tate toma la palabra para decirnos que, en el momento de lanzar “Rage of the Order” (1986) tanto la gente como los críticos decían que era un disco muy oscuro, denso o incluso futurista, y que sí, esa era la idea, pero que había un tema en particular que, lamentablemente, sigue siendo muy vigente a día de hoy con lo que está pasando en Ucrania, así da paso a “Surgical Strike”, que conmocionó tanto al público como a los músicos sobre el stage.


“Chemical Youth” es de esos temas pensados para ser coreados por una audiencia en vivo y ésta no se quedó atrás, dando voces de apoyo. Tate nos comenta cómo el hecho de tocar el Rage completo fue un gustito que él quiso darse y agradecía el apoyo de un público que disfrutaba cada canción más que la anterior mientras que “Screaming in Digital” y “I Will Remember” cierran ésta primera parte del set de la mejor manera con un público cautivado por la voz del jefe Geoff.


 Terminada la parte del Rage la banda procede a retirarse, todos sabíamos que aún quedaba algo por ver y en la espera veríamos algo que usualmente se reserva para el backstage, el guitar tech ajustando los instrumentos, como un alquimista que mide, ajusta y calibra cada poción, para alguien que le tiene cariño a las guitarras fue una especie de show en si mismo, sin embargo, justo cuando ya parecía que la espera se estaba haciendo un tanto larga, la banda vuelve a tomar sus instrumentos y se posicionan sobre el proscenio entre vítores, silbidos, aplausos y gritos varios.

“Best I Can” da por iniciado el segmento correspondiente al disco “Empire” (1990) que, a pesar de haber tocado un álbum en su totalidad sólo minutos antes, seguía combustionando a un público incansable. “The Thin Line” nos muestra la habilidad de Tate tocando el saxofón haciendo varios arreglos y terminando con una línea melódica. Terminando la emotiva “Another Rainy Night”, como el show era de álbumes completos, tocados de forma íntegra al mismo orden que éstos fueron publicados, Geoff Tate nos dice “no tengo un setlist por acá… saben que canción viene?” y un Club Chocolate muy poblado dice “Empire” a coro, tema que llenó de fuerza el recinto de Bellavista y fue un bombazo que en tandem con “Resistance” dejó a un público completamente febril.

 

Tate vuelve a tomar la palabra para decirnos que había una canción que él había escuchado en muchas situaciones muy disímiles, que la había escuchado en matrimonios, en funerales, en graduaciones, en despedidas, que con esa canción muchas parejas se dieron su primer beso, que incluso muchos bebés fueron hechos con ésta canción, y nos presenta a “Silent Lucidity” que desde su intro con guitarras limpias, hasta cada uno de los solos de guitarra y notas en el teclado elevaron la voz barítona de Tate a un nivel que sorprendió a todos. Lamentablemente todo lo bueno llega a su fin y cuando “Anybody Listening” sonaba, ya sabíamos que el show llegaba a su ocaso, pero luego de una breve pausa de salida, la banda vuelve para interpretar uno de los (tantos) temazos del “Operation: Mindcrime” (1988), “Eyes of a Stranger”, tema que pone fin a ese álbum, y tambien puso fin a una presentación sublime.

Es curioso como, aún todos sabiendo qué canciones tendría el setlist de Geoff Tate, pasando por dos de los álbumes más emblemáticos de Queensrÿche, las sorpresas no faltaron, con una banda totalmente compenetrada, con muchas muestras de cariño desde el público que eran respondidas por los músicos de muchas formas, incluso bailaron un “olé olé olé”, Tate firmó un par de discos que le pasaron fanáticos, y se notaba que lo estaban pasando genuinamente bien. Musicalmente hablando, lo de Tate fue simplemente de otro mundo, un hombre con una carrera impecable y una voz por la cual el tiempo no ha pasado nos vino a dar una lección de clase, estilo y sobre todo, Pasión.

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