El cambio de folio siempre conlleva intrínsecamente una implicancia en cuanto a la madurez adquirida en el tránsito de la vida. Recuerdo que al cumplir 35 años saqué una conclusión bastante acertada: “vivir los 30 es hacer lo que hacías a los 20 pero sabiendo los riesgos y los aciertos, se decide mejor y los cambios son necesarios”, y creo que Moonspell aplica perfectamente este pensamiento en pleno aniversario. Pero antes de entrar a desmenuzar la idea, hablemos en general sobre el show del domingo 03 de abril.
El encargado de abrir el magno evento fue el músico chileno J.P. Krom, donde su banda presentó su estilo musical único conocido como "Astrometal", el cual es una curiosa creación mezcla de signos zodiacales y astrología con sonidos potentes y riffs demoledores, los cuales cautivaron al público desde el primer momento, dejando a la gente muy atenta y poniendo atención al show del artista. La banda también aprovechó la oportunidad para dar una probadita de lo que será su próximo álbum, programado para agosto. El evento fue el marco perfecto para presentar su música a un público más amplio, y demostraron su capacidad para conectar con los fanáticos del género. Sin duda, una presentación que dejó a todos los asistentes satisfechos y contentos en el Club Chocolate, con pasadas por sus temas ya conocidos como “Tower of Destruction”, una gran canción sumamente destacable la cual fue el peak de la presentación de J.P. Krom, con armonías muy pesadas y un sello personal en cuanto a la técnica y sonoridad, combinable con una fuerte influencia a Type O Negative.
Ya teniendo a
casi la totalidad del público en el local, todos estábamos ansiosos de ver la
presentación de Moonspell y su celebración de 30 años de carrera
impecable. A esta altura, uno podría pensar: “o te replanteas como banda o
vives en los laureles del pasado desde tu nido consolidado”, pensando que
los 30 años de cualquier individuo marcan un paso hacia una adultez más seria y
aterrizada, siendo el momento en el cual logras tomar en cuenta y considerar
seriamente el paso del tiempo y la inevitable mortalidad frágil del ser humano.
Y no dista tanto de lo que les sucede a las bandas… Moonspell ayer logró
mostrar que sin importar cuántos años pasen, pueden replantear su sonido y su
actitud ante el respetable público sin ignorar su pasado y todo el camino
sonoro avanzado. Ayer vimos a una banda digna de los años que pasan gráciles y
con actitud, la propuesta de Moonspell al pasar los años ha ido
consolidando el camino único y personal de la banda, su sonido ya personal y la
fuerza de los pasos maduros que ya saben por donde han pasado y saben cuales son
las decisiones correctas para seguir vigentes.
El setlist fue
algo que ya venían tocando en la gira, con un leve cambio al incluir la canción
“Abysmo”. El comienzo lo marco “The Greater
Good”, la única canción del nuevo disco Hermitage (2021) y que fue
interpretada con gran fuerza, y tras él, la banda prosiguió con
"Extinct", momento en el cual el público se hizo presente apoyando a
la agrupación con sus voces, creando una atmósfera electrizante que se mantuvo
hasta el cierre del concierto. Este fue un hecho que se repitió a lo largo de
todas las canciones que formaron parte del repertorio de la noche, dejando
claro el entusiasmo y la entrega de los fanáticos hacia la banda. Durante todo
el concierto, la interacción de Ribeiro con el público fue excepcional,
realizando introducciones a cada una de las canciones importantes de la banda y
generando una gran emoción entre los asistentes, todo en un perfecto español.
La banda estuvo en su mejor momento, con un sonido espectacular en el que cada
instrumento se escuchó con claridad y precisión, especialmente el bajo de Aires
Pereira. Los fans corearon cada canción desde el inicio hasta el final del
show, creando un ambiente de camaradería y unión entre la banda y su público.
Durante el
espectáculo, la banda portuguesa presentó un setlist variado, incluyendo
clásicos de los 90 y canciones de la era del 2000. Entre las canciones más
recientes se destacaron, “Finisterra” (donde Paixão se destacó como un artista
muy versatil) y “Scorpion Flower”, entre otras. Sin embargo, fueron los temas
más emblemáticos los que recibieron los mayores vítores del público, como “Mephisto”,
“Vampiria” (dedicada especialmente a las vampiras presentes) y la siempre
coreada “Alma Mater”, que se convirtió en uno de los puntos más altos del show,
trayendo a la mente todos los buenos recuerdos asociados al tema. Aunque los teclados tuvieron poco poder
durante los primeros momentos, el sonido claro y potente se mantuvo durante
toda la presentación, lo que contribuyó a la inolvidable experiencia que Moonspell
entregó sobre el escenario.
El impresionante
show llegó a su clímax con dos grandes clásicos: "Wolfshade (A Werewolf
Masquerade)" y "Full Moon Madness", que fueron entonados con
fervor y pasión por los asistentes. La nostálgica atmósfera y la impecable
energía que aún corona a la banda, sin importar el paso de los años, inundaron
completamente el recinto. La noche fue una verdadera celebración de la música
oscura y siniestra, con artistas demostrando su increíble talento y
apasionamiento en cada canción, desde los clásicos de hace tres décadas hasta
las más recientes y modernas. Aunque siempre hay algunas canciones que quedan
fuera de la lista, es justo decir que el espectáculo cumplió su cometido y dejó
a los asistentes con un gran apetito por más. En resumen, la noche fue
inolvidable, llena de energía, emoción y magia, que perdurarán en la memoria de
todos los presentes durante mucho tiempo.
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