¿Por donde comienzo? Creo que es una buena pregunta mientras escribo esta columna dedicada a Los Jaivas, una banda tan representativa de la música y el folclore nacional, pero que para muchos al mismo tiempo, es sinónimo de su propia identidad. Es difícil pensar en ellos sin tener en la mente imágenes de tu vida con su música, de la gente, de la banda, de lo bueno y lo malo.
Siempre que pensamos en el conjunto viñamarino vienen a la cabeza el sonido de "Todos Juntos" o el teclado de "Mira Niñita", pero algunos más desafiantes escuchan los vientos de "La Poderosa Muerte". Un título que no es casualidad, es una fuerza natural que tarde o temprano nos va alcanzar y nos mirará a la cara... Pero a Los Jaivas no, porque termina siendo como la historia de Sísifo y la muerte viene para irse con las manos vacías.
En 2023 se cumplen 20 años de la partida del Eduardo "El Gato" Alquinta, probablemente uno de los músicos más importantes de la historia de Chile y que dejó en claro una sola cosa "Los Jaivas no deben morir". Según cuentan los integrantes de la banda ese fue su mantra cuando la tragedia cobró la vida de Gabriel Parra, pero ¿qué pasa cuando el líder de esta consigna ya no está?
Es difícil para cualquier banda perder a alguno de sus integrantes, pero "El Gato" había sido la piedra angular del conjunto desde 1963, cuarenta años de historia y que eran arrebatados - al menos así se pensó - a manos del mar en 2002.
La muerte de Eduardo Alquinta trajo consigo una pregunta que resonaba en la cabeza de todos, pero nadie quería responder ¿qué pasará con Los Jaivas?, fue ahí cuando la poderosa muerte volvió a verlos, tocó su puerta y cuando estuvo a punto de partir la sorpresa ocurrió.
Creo que es bueno señalar en este punto que enfrentar a la muerte es un proceso sumamente difícil, pero que siempre hay algo - puedes llamarle esperanza - que hace que sea más fácil llevarla. Tras la muerte de Gabriel Parra fue "Gato" quien soñó y vio en el futuro que Juanita Parra sería la que retomaría las percusiones del grupo. Fue una reencarnación para la banda, quizás algo que estaba destinado a pasar y que todos y todas (es inevitable no pensarlo) creemos que las cosas estaban destinadas a ser así. Gato trajo la esperanza cuando la muerte se llevaba a uno de sus compañeros, pero ¿qué ocurría cuando se iba él?
Dejaré las imágenes de un reportaje realizado por TVN por si alguien no lo recuerda - algunos eramos muy pequeños cuando esto ocurrió - pero el funeral del Gato Alquinta apuntaba a ser la despedida de Los Jaivas. Por vez histórica se utilizaba la Estación Mapocho para despedir a un músico y ahí es cuando ocurrió.
Miles y miles de personas se tomaron la estación. Más de 500.000 asistentes fueron al velorio del Gato, estuvieran cerca o lejos, todos llegaban con sus lagrimas, flores y sus voces para cantar una vez más junto a él. Cientos de músicos nacionales llegan al recinto y con Los Jaivas destrozados logran ponerlos de pie para cantar una vez más, mientras las lagrimas caen y los pañuelos y banderas flamean al ritmo de la música que alguna vez Gato cantó.
Es probablemente la despedida más fuerte que tiene Chile y al mismo tiempo es lo único que no le puedes matar (hablaré de esto en otra nota ... sigan en sintonía). Cuando los brazos de la muerte están ahí listo para llevar al Gato a un lugar del cual no hay retorno, siguen ocurriendo milagros.
Entre 500.000 personas por las calles de Santiago se abre paso el vehículo funerario. No había caravana, eran miles y miles de personas caminando atrás del auto y abriendo paso ellos mismos por las calles en una imagen sin igual. Con Aurora Alquinta en el techo del vehículo va viendo el mar de gente que se abre para su padre en el camino al cementerio y que le da todo su cariño, uno que fue devuelto en la gira homenaje al Gato realizado por sus hijos.
Muchos pensaron que ese sería el final de Los Jaivas, el Gato ya no estaba y poco después la muerte vuelve a tocar la puerta llevándose a Eloy Alquinta, pero no. Desde la partida de su icónico vocalista algo cambió, la poderosa muerte descubrió que hay cosas que no se pueden quitar ni tomar. Los Jaivas no sólo desafían en lo musical, también a la hora de partir y es así como su historia se sigue escribiendo veinte años después.
Es increíble, pero cuando pareciera que el fin está cerca algo ocurre y nos demuestra que Los Jaivas tienen una inmortalidad única, que no le teme a la muerte y por el contrario la abraza para decirle "hoy no será el día".
Quizás ese día llegue, tal vez no, pero lo que sí sé es que ninguna otra banda puede hablar de inmortalidad como lo hacen Los Jaivas. Un conjunto que no puede partir, porque su propia gente no puede imaginar la realidad sin ellos presentes.
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