Muchas veces se cree que la negatividad, entendida como los pensamientos negativos y que redundan en dolor no sirven para nada, que debemos echarle para adelante y ser positivos y sonreír ante todo, no hay nada más errado que pensar esto.
Es por eso que, aprovechando el debut de Draconian en nuestro país, aprovecharé este espacio para una breve reflexión respecto a como abordar y abrazar, muchas veces, la negatividad presente en la vida, cuyo mejor reflejo es la música.
Lo primero que debemos desmitificar es lo inherentemente malo del dolor, no hay maniqueísmos ni dualidades de maldad y bueno en el sentir y pensar negativo, lo complejo viene cuando eso no permite nada, y se transforma en un bloqueo para el desarrollo de la vida o de un proyecto de vida.
Lo que plantea Draconian en sus letras, si tomamos por ejemplo canciones como "The Cry Of Silence" es reconocer este verdadero valor, el sentido mismo, del dolor, y así se plantea en la siguiente estrofa:
"I am truly left alone,
but somehow... just somehow
it feels like my loneliness is a victory
over the self-delusion of joy... and happiness."
El dolor visto como acto de liberación, como acto reactivo ante un mundo que desea nuestra absoluta felicidad, donde debemos estar felices, a toda costa, a todo evento, a en todo momento, a toda hora, y producir, ser productivos, se parte de la maquinaria productiva, ser maquinas deseantes dirigidas al objetivo del sistema: producir y producir, por eso mantente positivo, mantente activo, no reflexiones, no sientas dolor, solo placer.
Draconian también pelea con esta disyuntiva en "The Morningstar", el dolor y las lagrimas son parte de la vida, hay que liberarse de la luz, ¿de que luz? no lo sabemos, pero en la que siempre estamos sumidos.
"So curse the tyrant, curse the light
For we are free here in this night
So embrace the sorrow, kiss the tears
Follow the wind to erase your fears
For the fires burn bright, the fires of blue
And in the end it will burn in you
In all of you"
Pero claro, con esto no deseo hacer una apología a sentir dolor, y empezar a martirizarnos para vivir una vida real, no se trata de eso. Mi reflexión va en el sentido de entender que la negatividad es parte inherente de la vida (no confundir esto con la salud mental, que va por cuerda separada, pero de manera paralela), no se trata de algo bueno o malo, sino que es la dialéctica de la vida misma, sin dolor (entiéndase en sentido amplío no solo dolor físico o enfermedad, sino un dolor social, un malestar), no podemos crear, no podemos mejorar, no podemos entender, ni reflexionar, ni tampoco convertirnos en agentes de cambio, el dolor lleva que la simple queja y malestar (estoy molesto) se convierte en agente de cambio cuando se transforma en rabia, en descontento, encaminado a producir u cambio, el dolor como agente de cambio (revolución) .
O, ¿por qué creen que el sistema se ha empecinado tanto en eliminar el dolor como agente de cambio? ¿qué es la política de positivismo ideológica del capitalismo tardío, un "todo va a estar bien (como dijo un candidato de extrema derecha)", un "échale ganas, todo depende de ti y de que cambies tu manera de pensar" y sino "tomate esta cosita, la panacea, y podrás volver a producir"? Es por eso que estas bandas, estas letras y sonidos, muchas veces, son necesarios, una escisión necesaria en esta vida productiva absurda que se nos impone.
Te recordamos que cada vez queda menos para el esperado debut de Draconian en el Club Chocolate. El próximo 29 de agosto tocarán en nuestro país por primera vez el doom metal gótico que los ha hecho célebres en todo el orbe. Una visita que podría ser la única que los suecos hagan a este rincón del mundo.
Puedes comprar los tickets para el show aquí
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