En la historia de muchas bandas de metal, hay capítulos de altos y bajos, momentos de éxito y períodos de lucha. Uno de los ejemplos más notables de esta montaña rusa emocional es la banda alemana Destruction. A mediados de la década de 1990, la banda sufrió una debacle cuando su líder y vocalista, Marcel "Schmier" Schirmer, abandonó el grupo. Sin embargo, la historia de Destruction tiene un giro positivo que habla de la resiliencia y la pasión de la banda.
A mediados de la década de 1990, Destruction estaba en un punto de inflexión. A pesar de su éxito anterior en el thrash metal, la banda enfrentaba tensiones internas y problemas de dirección. En 1990, Marcel "Schmier" Schirmer, el carismático líder y vocalista de la banda, dejó Destruction en medio de diferencias creativas y personales.
La partida de Schmier fue un golpe devastador para la banda y sus seguidores. Su voz distintiva y su presencia en el escenario habían sido una parte integral del sonido de Destruction. Tras su salida, la banda continuó con un nuevo vocalista y lanzó álbumes como "Cracked Brain" (1990) y "The Least Successful Human Cannonball" (1998). Sin embargo, estos álbumes no lograron capturar la magia de los trabajos anteriores y la banda se sumió en un período de relativa oscuridad, llegando a ser llamada " Neo Destruction" por los fanáticos, quienes no estaban del todo contentos con la exploración de sonidos y el agregar el groove metal como parte de la fórmula de Destruction.
A pesar de los años de separación, la historia de los alemanes tenía un giro inesperado en 1999. Schmier regresó a la banda y la formación clásica de Destruction se reunió una vez más. El impacto de su regreso fue inmediato. Con Schmier de vuelta al frente, la banda recuperó su energía y vitalidad perdidas.
En 2000, la banda lanzó "The Antichrist" (200), un álbum que marcó el regreso triunfal de Destruction y recibió elogios de la crítica y los fanáticos. Este álbum, junto con otros lanzamientos posteriores como "Metal Discharge" (2003) y "Inventor of Evil" (2005), demostró que la chispa y la pasión de Destruction habían sido reavivadas. La banda estaba de nuevo en la cima de su juego, realizando giras en todo el mundo y consolidando su estatus como una de las fuerzas principales en la escena del thrash metal.
La historia de Destruction después de la salida y el regreso de Schmier es un testimonio de la resiliencia y la determinación de la banda. A pesar de los obstáculos y las dificultades, lograron recuperarse y continuar su camino en el metal extremo. Su regreso triunfal no solo revitalizó su propia carrera, sino que también alegró a sus seguidores leales, que han acompañado la historia de Destruction como una montaña rusa de altibajos que culminó en un resurgimiento triunfal de los alemanes.
Y recuerda que si quieres ver a esta banda en su show arrollador, recuerda que vendrán a nuestro país este 10 de Octubre en el Teatro Coliseo a celebrar sus 40 años de trayectoria, en donde estarán acompañados por los nacionales Cianuro. Aún quedan algunas entradas disponibles a través de sistema PuntoTicket.
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