En una tarde con un típico frío post-lluvia, veríamos un interesante contraste entre una gélida jornada con los riffs provenientes del caluroso desierto californiano acá en un Santiago que aún tenía cara de precipitaciones, pero nada importa si es que, gracias a Red House, podemos ver el debut en nuestro país de una de las bandas fundamentales del Stoner-Doom acá, por lo que en Resistance dirigimos nuestros pasos al Club RBX, a ser testigos de un evento inimaginable.
Para comenzar esta jornada al interior del RBX teníamos a los locales de Yajaira, quienes con una larga trayectoria y una fiel fanaticada, han sabido ganarse éstos espacios en base a puro trabajo duro y constante, a puro ñeque como diría mi tata. Me encanta Yajaira, como seguidor de los sonidos lentos, densos y pesados siempre es un agrado verlos, y si hay algo que me gusta de ellos es que siempre sus shows son impecables, ya sean en solitario, o de teloneros como ahora. Con un set relativamente extenso, Yajaira pudo ver cómo el RBX se iba llenando de forma sostenida, para terminar su set con el recinto prácticamente lleno. Canciones como “Ruina Humana”, “Escombros”, u “Hormigas” fueron las encargadas de encender la llama inicial de una noche llena de riffs pastosos y oscura psicodelia mientras que nos presentan a “Nirmanakaya” como una canción de más de un cuarto de siglo, testamento irrefutable de una banda con prestigio, legado y profesión.
La pausa de rigor fue más bien breve, mientras veíamos a los integrantes de Acid King probar sus instrumentos ellos mismos, cervezas en mano, siempre con una buena cara hacia la audiencia más cercana, pocas veces una espera de éste estilo se me había hecho tan corta ya que antes de darme cuenta…
“One Light Second Away”, “Mind’s Eye” y “90 Seconds” abren éste set fuertemente cargado a su más reciente placa “Beyond Vision” (2023), pero con un álbum tan potente como éste, dejar temas fuera sería casi criminal. “Coming Down from Outer Space” es uno de mis temas favoritos del Rey Ácido y en su versión en vivo lamentablemente sufrió un pequeño desperfecto de audio con un acople, aunque claro, con un Marshall JCM800 a tope y un Big Muff encima, el por qué de ese acople ahora y no antes es todo un misterio, nuevamente me toca sacarme el sombrero por un equipo de sonido IMPECABLE (si, con mayúsculas, no es nada de fácil controlar TANTA distorsión). “Electric Machine” no podía faltar, ya que es un clásico por dónde se le mire, “Beyond Vision” nos trae de vuelta a su más reciente placa del mismo título, en donde los solos que se intercalan con la voz de Lori podría jurar que se escuchaban mejor que en su versión de estudio. “Color Trails” sería la última de su última placa por ésta noche, y desde el principio con ese Delay bien trippy hasta esa sección final donde la canción se acelera es un viaje por esos lugares recónditos de la mente en donde no necesité de ninguna sustancia adicional para sentir que mi cuerpo se elevaba al ritmo de la música.
La banda se retira brevemente, sin mucha ceremonia, todos intuíamos que faltaba show por ver y si, faltaba, ya que volvieron sólo unos minutos más tarde. Lori toma la palabra para decirnos que la banda cumplía treinta años, y que seguramente la banda era más longeva que muchos en la audiencia para presentarnos “Lead Paint” de su primer EP, seguida de “Teen Dusthead”, acá es donde parece que la banda o se soltó o simplemente se dedicó a disfrutar del cariño del público local, porque Lori estaba más participativa y la banda en general animaba al público con diversas muecas y ademanes, lamentablemente volverían a retirarse, pero ésta vez volver diciéndonos que sólo tendrían dos canciones más siendo la primera “Silent Circle” en donde hubo un confuso mosh que no logró armarse por completo y finalizar con la inmortal “Free”, que, nuevamente me animaría a decir que su versión en vivo acá fue más potente, psicodélica y poderosa.
La despedida fue breve, pero con cariño, Lori siempre muy agradecida, se tomó un tiempo incluso para fotografiarse con algunos fans, siendo ella la encargada interactuar con la gente, era sobrecogedor verla prácticamente abrumada con la respuesta del público local, no quiero sonar chauvinista (aunque gracias a éste mes, una empaná al desayuno poco ayuda) pero el público también se encargó de que éste debut sea tan inolvidable para nosotros, como para ellos.
Cuesta a veces ser objetivo, sobre todo cuando uno como notero tiene la misión de ver un espectáculo artístico, donde las emociones fluyen y confluyen, y sobre el escenario pasan cosas que describir en palabras sería una misión fútil, ya que lo que ocurre sobre éste, se refleja bajo él y resuena en nuestro interior, donde nuestra propia subjetividad interpreta ésto de una forma particular. Yajaira como siempre, mojando la camiseta con su actitud inquebrantable, y Acid King, entregándonos emociones más allá del simple acto de subirse a tocar, nos mostraron una belleza etérea y eterna, que resonará por mucho tiempo en el corazón de los que fuimos parte de ese acontecimiento.
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