A pesar que el clima de ayer 2 de Septiembre no era el óptimo para salir a hacer cosas fuera de casa, no fueron pocos los que, con cara de lluvia fuimos al Teatro Cariola a ver nuevamente a Brujería, quienes celebrando los treinta años de su disco debut “Matando Güeros” (1993) nos ofrecieron un show memorable en el amplio sentido, pero no nos adelantemos, que antes de los narcos-satánicos hubo mucha música por disfrutar.
Para abrir los fuegos tuvimos a Roasted Goat Leg, quienes con su Metal muy directo y vacilable lograron cautivar a quienes se animaron a llegar de los primeros, debo decir que mi experiencia en el Cariola en temas de acústica no es la mejor, y todo parecía que ésta ocasión no sería diferente, sin embargo a sólo un par de canciones, la acústica mejoró muchísimo, permitiéndonos disfrutar de un sonido mucho más balanceado comparado al que los teloneros comenzaron (mis respetos al equipo de sonido). Un entusiasta grupo comenzó lo que sería el primero de muchos mosh que se vivieron en la jornada, mientras que sobre el escenario una muchacha se puso a hacer un baile al más puro estilo de un cabaret burlesque, logrando entusiasmar tanto al público masculino como femenino.
Conspiración Seiguió meneando melenas con un sonido hardcore bien elaborado y crudo, con dos vocalistas que se turnaban mientras escupían versos con furia, mientras que en cancha el mosh ya era más grande y animado, mismo mosh que recibió también Social Crisis, quienes con un estilo más orientado al Crossover seguía encendiendo a un público que se entregó desde muy temprano a cada una de las bandas locales, con un sonido que hoy puedo decir con confianza, es lo mejor que he escuchado en el Cariola. Como una suerte de hermandad o unión fraternal, se podía ver como diversos grupos disfrutaban cada uno a su manera de un espectáculo de primer nivel por parte de las bandas locales, que hubiera dejado satisfecho a cualquiera a éstas alturas, pero no, aun faltaba Mucho por ver.
Teofobia se para en el escenario de forma ceremoniosa, y disparando un Death Metal brutal, medio warmetalero incluso, pero pesado en el amplio sentido de la palabra, con un vocalista con una voz feroz y unos pulmones envidiables podía sostener los guturales largamente en canciones como “Ven a mí, Sacrifícate”, que logró captar la profunda atención de gran parte de los asistentes, me incluyo. “Parricidio” nos muestra cómo el Vocalista y el bajista, haciendo voces de fondo se complementaban en la brutalidad pura. Tremendo lo de Teofobia, dejando servida una audiencia enfervorecida a los cabeza de cartel.
Brujería desde un tiempo a ésta parte, más que una banda es un colectivo de música extrema, por lo que regularmente vemos a diversos músicos siendo parte de sus filas, siempre liderados por Juan Brujo, y su mano derecha, Pinche Peach, a quienes se les sumó El Sangrón y El Criminal haciendo voces y guitarra respectivamente, si bien es cierto, escuché por ahí que “tocar un disco completo sin la formación original no tiene gracia” me atrevo a discrepar, ya que justo después de una suerte de “Cumbia Satánica” y el audio de “Pura de Venta” por pista, “Leyes Narcos” abre el set de los ex-chicanos dedicado íntegramente a su álbum Debut, “Seis Seis Seis” logró alborotar más a un público que no dejaba de vibrar con el ritmo frenético pero preciso de éste Brujería versión 2023, porque los años no pasan en vano y musicalmente se escuchaban los temas un poco más compactos con una precisión y técnicas mejores, sonando algo distinto, pero no en un mal sentido, para nada, claro… la voz de Juan Brujo no se escucha tan podrida como en los discos, pero las voces por lo general estuvieron bastante bien, cabe decir que de la parte del set dedicada al “Matando Güeros” (1993) tuvo la ausencia del tema que titula al disco, curiosidad que pude entender más adelante.
Si bien es cierto, las pañoletas cubrían las caras de todos los músicos, había cierto ánimo de “buena onda” sobre el escenario, una complicidad no verbal entre camaradas, se sentía que había una conexión entre colegas, misma conexión se podía sentir bajo el escenario, con gante entrando y saliendo de un mosh, con puras ganas de pasar un buen momento, que con “Cristo de la Roca” y “El Castigo del Brujo” explotó como una olla a presión, claro que siempre en el marco del respeto, terminando el set güero en lo alto.
“La Migra” abre una segunda parte del set, con la gente cantando y dejándose la garganta en cancha, misma cosa para “Colas de Rata” y “La Ley del Plomo”, pensé que podría haber temas nuevos, como “Viva Presidente Trump” o “Esto es Brujería” pero no, Brujería decidió llegar a lo ganador y traer la sandía calá, haciendo que la gente que gritaba y vitoreaba sin parar, o blandía sus poleras a guata pelá disfrutara de un evento donde no hubo más que clásicos. Luego de un breve speech donde nos preguntan si había marihuana ahí y una respuesta positiva por parte del público (que por el olor… creo que era cierto) dan paso a “Consejos Narcos” y “Brujerizmo”, que claramente no podía faltar, y es acá donde se justifica la ausencia de “Matando Güeros” en la parte del set dedicada a éste disco y que ésta canción da paso a “Marijuana”, el cover de Los del Río, que le cambiaron la letra y brutalizaron, donde la chica que bailó para Roasted Goat Leg, volvió al escenario a bailar una vez más. Cerrando así definitivamente la presentación de Brujería
Me gusta ver en eventos como éste cuando el público no sólo respeta a las bandas locales con su escucha, sino que con su presencia y participación bajo el escenario, aunque ésta vez en particular sentí una suerte de hermandad que pocas veces he visto en lugares así, y que se agradece. Hubo un incidente, pero que a pesar de requerir la presencia de seguridad no pasó a mayores, por lo que Roasted Goat Leg, Conspiración, Social Crisis y Teofobia pudieron recibir la energía que proyectaban de vuelta con el respetable que no dejaba de participar.
Si bien es cierto, aún es muy temprano para comenzar a sacar conclusiones, me animaría a decir que ésta vez ha sido la mejor de las visitas de Brujería a nuestro país, mejor que el 2007, mejor que el Metal Fest 2013, ya que tanto el sonido, como el setlist, como la complicidad sobre y bajo el proscenio le dieron un tinte especial a ésta última vez, donde se un disco histórico merecía un concierto histórico.
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