Si bien es cierto la historia de Tsjuder se remonta a la primera mitad de los 90s, es recién en el año 2000 cuando su carrera discográfica comienza y, viendo con cierta “distancia” lo que venía pasando con el Black Metal desde que bandas como Mayhem, Burzum y Darkthrone iniciaron, pasando por el refinamiento con bandas como Emperor o Satyricon, hasta su sonido más eclesiásticos (o góticos si se quiere) de Dimmu Borgir, o sus contemporáneos Británicos Cradle of Filth, con elementos sinfónicos, Tsjuder se encontraba en una posición particularmente única y deciden empezar el milenio con su álbum debut con un curioso paso hacia atrás.
Un paso atrás no es necesariamente un retroceso, ya que toma los elementos crudos de las primeras bandas noruegas y pisa el acelerador a fondo, entregando algo mucho más violento, que se distanciaría del Black Metal que venía evolucionando desde las bandas pioneras de su país natal, acercándose un poco más al Black Metal sueco de esa época, como Marduk o Dark Funeral, entregándonos el maravilloso “Kill for Satan” (2000).
Si bien es cierto, siempre he sido opositor de la idea que la velocidad es equivalente de pesadez (sólo es cosa de ver estilos como el Doom, en donde se demuestra que eso no es así), sin embargo la mezcla de esa velocidad, con ese sonido tan violento que le da peso a una obra que muestra un Black Metal con las sensibilidades de la primera generación, pero llevándola a una nueva década (y milenio), siguiendo ese camino con “Demonic Possession” (2002), aunque siendo éste un tanto más elaborado que su predecesor.
De ahí en adelante tendrían una carrera prolífica desde el underground, siendo la banda ícono del nicho más extremo dentro del Black Metal, con un sonido que, si bien es cierto no ha cambiado mucho, si se ha ido puliendo y perfeccionando con los años, culminando (hasta ahora) con el fantástico “Helvegr” (2023) disco bastante reciente y que revisaremos más adelante, ya que harto tengo que decir de éste último trabajo.
Así podemos ver cómo los dos pilares de Tsjuder, Nag (Bajo y voces) y Draugluin (guitarra) han sabido crear algo nuevo con un sonido que, a la hora dela publicación de su debut, venía en retirada dentro de un género que ya incorporaba nuevos elementos, pero fieles a su visión han llevado el estandarte del Black Metal más puro en su esencia a través de los años con un estilo único y marcado: Crudo, veloz y blasfemo
Recuerda que Tsjuder viene a nuestro país el próximo 11 de Noviembre en la Sala RBX, y que puedes adquirir tu entradas bajo el sistema PuntoTicket.
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