El 2019 fue la última vez que Abbath visitó el continente y bueno... no salió muy bien. Si bien su paso por Chile tuvo un show íntegro, en Argentina la historia no fue la misma, dejando al noruego en una muy mala posición y que terminó con la abrupta culminación de la gira y con él internado.
Probablemente ese es el recuerdo más latente cuando pensamos en el
ex-Immortal, uno que quedará congelado para siempre en Blashyrkh luego de lo
vivido anoche y donde dejó en claro que este demonio tiene fuerza para rato.
Comenzamos la jornada temprano a las 19:00 hrs con Weight Of Emptiness, conjunto nacional que puede ir desde el Death al Doom Metal en sus canciones. Tomaron posiciones y rápidamente entran en actitud, con su vocalista Alejandro Ruiz presentándose maquillado y dando el toque de oscuridad al recinto con “Mütrümtun (The Calling)".
Canción a canción los chicos van entrando más en confianza y comienzan los gestos y movimientos desde el escenario, los que van complementando con un setlist brutal y que refuerza esta idea al ritmo de "Defrosting", "Wolves" o "Weight Of Emptiness".
Los nacionales están sonando de forma demoledora, vienen con un excelente último disco bajo el brazo y prueba de ello son los fanáticos que llegaron desde temprano, corearon sus letras y grabaron cada uno de sus temas (no siempre veamos el uso de teléfonos como algo malo, a veces nos indican cosas como estas). Dieron un show digno de encabezar cualquier festival y por 40 minutos dejaron en claro porque son uno de los nombres obligatorios de la escena local.
Su presentación terminó con "Solstice Haze" y "Black State Council" para sentir una fuerte ovación del recinto y que tiene los gritos de "viva el metal nacional" tomándose el local.
Siendo las 20:00 hrs, casi en punto, las luces del recinto comienzan a bajar para que uno a uno ingresen los maquillados integrantes de la banda, quienes tras el blanco y negro traen toda la fuerza del Black Metal y que una vez con Abbath en escena se desata el headbang de absolutamente todos los presentes al ritmo de "Acid Haze".
No hay tiempo para pausas, esto será potente, una ráfaga del más gélido metal y Abbath con compañía despliegan todo su arsenal con "Dream Cull" y "Hecate". La gente comienza a cantar su nombre y el guitarrista hace una breve pausa para charlar con el público. Recordó los "salvajes momentos" de su visita en 2019 durante el estallido social y su promesa es que hoy la jornada será más extensa y brutal, dando paso así a "Ashes Of The Damned".
El calor se siente en el recinto y el maquillaje de Abbath y sus aliados no se mueve ni un centímetro, una muestra más de que el músico ahora es a prueba de balas. Con "Dread Reaver" busca subir la intensidad de la noche y es que cada vez que se le permite se acerca a la fanaticada para realizar solos con su guitarra. Las cámaras lo miran y Abbath da el show de su vida. Puede que muchos cuestionen el uso de teléfonos en un concierto, pero ya es parte de, y en esta pasada logró sacarle muy buen provecho.
Sin embargo, hay algo que nos falta en el setlist, son esos clásicos que lo hicieron popular dentro del black metal. "Parece que el ambiente está para algo de Immortal", anuncia el músico y la Sala Metrónomo se viene abajo del griterío de canciones que comienzan a pedir los fans. Finalmente, fue "In My Kingdom Cold" la primera en llegar.
Esta será la única parte de la review donde me tomaré un momento para hablar del audio, que en general fue bastante bueno dentro del recinto y que dio muy pocos problemas (el principal fue que en muy pocas canciones se bajaban los niveles). Sin embargo, en el primer clásico de Immortal hubo varios desperfectos en la guitarra de Ole Farstad y con el retorno en la batería de Ukri Suvilehto. Fue ahí cuando el talento de toda la agrupación sale a flote y es que no se dejaron intimidar por nada, actuaron rápido y buscaron terminar lo mejor posible (mención honrosa a quien ingresó a marcarle los beats al baterista). De verdad fue desafiante y el cuarteto supo enfrentar con maestría la situación.
Si bien yo me tengo que preocupar de esos detalles, los fanáticos estaban vueltos locos. Sonó nuevamente Immortal, los headbang eran cada vez más agresivos y los empujones comenzaban a hacerse presentes. Gritan y gritan por más y Abbath está disfrutando entre los gritos de "olé olé" con su nombre. No la piensa dos veces y arremete con "Beyond The North Waves" y "The Artifex" para mantener el ritmo de la noche.
Tiene al público a su merced, quienes han respondido de forma maravillosa a sus propios clásicos. Pero las sorpresas están lejos de acabar y anuncia nuevamente una canción de Immortal, para que nuevamente los fanáticos empiecen a pedir (y donde se da el lujo de contestarle a alguien "esa no está en mi tono"), siendo "One By One" la elegida y que desató el mosh en el recinto. Una locura sin igual y que fue seguida por la potente "Winterbane" de su primer disco.
Las sonrisas están en todo el recinto, la gente está viendo a este demonio lucir lo mejor de su arsenal y el calor comienza a aumentar. Que le habrán gritado a Abbath que el mismo bromea con un fanático diciendo "sólo tengo agua y es todo lo que les puedo ofrecer", entre risas. La fanaticada lo sigue abrazando con cariño y sólo busca intensificar su presentación con "The Rise Of Darkness" y "Fenrir Hunts".
La noche ha sido intensa y ya hemos visto lo mejor de su catálogo, pero Abbath decide que aún hay tiempo para un remate antes de que el maquillaje comience a abandonar su rostro, por lo que "Warriors" y "Endless" son las elegidas para culminar la noche con el noruego abandonando el escenario fiel a su estilo, haciendo el paso del cangrejo para retirarse.
Ahí comenzó a sonar el outro y despedimos la noche. Los gritos por Abbath se multiplican y el músico sólo ingresa para recibir la bandera chilena, sacarse fotos y gritar (con micrófono apagado) "thank you very much". Le da la mano a cada seguidor de la primera fila, regaló uñetas y entre el humo del escenario abandona para no volver.
Salimos de la Sala Metrónomo y se siente el calor, ya no estamos en Blashyrkh. El frío que acompañó a Abbath por años y que lo tuvo protagonizando varias situaciones en 2019 se ha ido y, me atrevo a decir, que esta es la mejor versión que he visto del músico.
Potente, veloz y demoledor así fue su paso en el regreso a la capital. Las cámaras ya no graban sus chascarros, sino que ahora todos los celulares se llevaron una maravillosa postal de él haciendo el metal que mejor sabe ejecutar. Fue oscuro y cercano con el público, en una noche que estuvo mayormente cargada a su material propio y que el público supo apreciar.
Es difícil borrar la huella de Immortal y es que la banda siempre se separó en sus puntos más altos, pero lo que Abbath viene haciendo en sus tres discos solistas es de primer nivel y eso quedó en claro con el músico luciendo un estado de salud impecable sobre el escenario. Me lo dijo un amigo a la salida y estoy muy de acuerdo, pero por eso uno debería tomar más agua.
Blashyrkh se puede quedar congelado y bien lejos, porque Abbath regreso una vez más y ahora sí que viene con todo. No sólo tiene un gran repertorio de canciones propias que lo acompañan, sino que en el escenario sigue luciendo su talento y habilidad, dejando el hielo atrás y emergiendo del infierno una vez más con las llamas de sus canciones.
Por Felipe Pino Guerrero
Fotografías Cortesía de Spider Prod (Francisco Aguilar)
Setlist:
- Acid Haze
- Dream Cull
- Hecate
- Ashes Of The Damned
- Dread Reaver
- In My Kingdom Cold (Immortal)
- Beyond The North Waves (Immortal)
- The Artifex
- One By One (Immortal)
- Winterbane
- The Rise Of Darkness (Immortal)
- Fenrir Hunts
- Warriors (I)
- Endless
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