Con una fanaticada local bastante acérrima, Dismember el día de ayer vino prácticamente a jugar de local como dice la jerga futbolera, y eso al final de su presentación se notó con creces, pero no nos adelantemos, que en una extraña fría y nublada noche noviembre, tuvimos la oportunidad de ver el regreso de una de las bandas de Death Metal más importantes e influyentes de Suecia, por lo que en Resistance, dirigimos nuestros pasos al Teatro Cariola para ver lo que sería una verdadera Fiesta del Death Metal, pero antes hubo un par de sorpresas locales que no dejaron indiferentes a nadie.
Desafiando ciertas convenciones, a veces me gusta ir a conciertos totalmente en blanco respecto a los teloneros, ya que muchas veces me he llevado muy gratas sorpresas conociendo una banda en vivo, así fue lo de anoche con Nefastor, quienes en sus 30 minutos de show me dejaron pasmado, abriendo con show de luces, música de fondo y efectos de humo supieron combustionar a la lamentablemente escasa audiencia que había en ese momento, sin embargo Nefastor no se dejó nada bajo la manga, y en canciones como “Dead Emotions” donde su vocalista nos dijo un discurso muy contingente dedicado a la salud mental en el delirante existir actual, o en “Your Life is a Lie” donde hablan de venir en la calle y tocar en plazas, se ganaron no sólo mi atención, sino que mi respeto también, logrando armar un mosh con los pocos asistentes que se arrimaban al frente, pocos pero locos como dicen los lolos, gran espectáculo dio Nefastor, con una propuesta que me recordaba a la infancia del Death Metal de la Bay Area, pero con una actitud inquebrantable.
Luego de un hiato tras los escenarios Necrodemon vuelve en gloria y majestad, si bien es cierto su debut post-pandemia fue abriendo para Uada, anoche volvimos a ver a una de las bandas del Death Metal local más longevas y vigentes, con un show que no se dejó nada para sí, con luces, humo y fuego, Necrodemon nos dio un espectáculo de primer nivel, como siempre. “The Last Kind of Magic” podría ser perfectamente patrimonio cultural a día de hoy y eso en cancha se nota. Siempre con una actitud de buena onda que contrasta un poco con su puesta en escena mientras interpretan sus canciones, cada vez que veo a Necrodemon me siento en una especie relación parasocial donde siento que arriba del escenario hay amigos que les tengo cariño desde siempre. “Satanized” o “In the Extasy of Fire” no dejaron indiferente a un público algo más abultado, mientras que “Que Muera el Perro Jesús” lo hizo participar en su totalidad, cerrando así un set de primer nivel.
Con el ambiente bastante caldeado por los teloneros, Dismember se presenta en el escenario abriendo con fuerza. “Of Fire” inicia el set de los suecos con brutalidad, “Sickening Art” sigue con esa fuerza que sólo Dismember sabe dar, mientras que en “Fleshless” David Blomqvist (guitarra) toma la una bandera dejada por uno de sus fanáticos en graderías y la muestra para luego guardarla cuidadosamente cerca de la batería. Luego de un par de clásicos, Robert se toma un tiempo para dirigirse a su público e indicarnos lo contentos que están de poder estar de vuelta en nuestro país y dar paso a “Pieces” que seguida de “Dismembered” generó una euforia total en el recinto de San Diego. Robert vuelve a tomar la palabra para preguntarnos si nos gustaba Iron Maiden, y tras una ovación generalizada por parte del público nos dicen que a ellos también y presenta “Tragedy of the Faitful” donde las guitarras gemelas fueron coreadas por un Cariola repleto de almas vibrando ante el Death Metal de los de Estocolmo. Los clásicos no dejaban de caer uno tras uno y con “Skin Her Alive” el recinto explotó con una energía incontenible.
La tripleta del “Massive Killing Capacity” (1995) nos llegó con la rocanrolera “Casket Garden” seguida inmediatamente de “On Frozen Fields” dejando en claro que, a pesar que su set estuvo muy cargado a su primer álbum, habría tiempo para repasar su larga e influyente discografía. Visiblemente agradecido por una respuesta tan cálida por parte del público local, la banda no deja de hacer ademanes de agradecimiento y apuntar a varios miembros del público para hacerles las señas de la mano cornuta, David se toma un tiempo para recomponerse de ese cariño tan genuino y nos anuncia una última canción entre alguna que otra manifestación de malestar por la audiencia, siendo ésta última “Life - Another Shape of Sorrow”, también del “Masive…” que con esa lenta introducción armó un ambiente más bien solemne antes de explotar en el verso donde el teatro entero cantó al rimo de Dismember, quienes proceden a retirarse sólo para volver minutos después y presentar la que, ahora sí, sería su última canción “Bleed For Me” que finalizó el set internacional con potencia.
Tal como dijo David en Más de una ocasión “ésto es Death Metal y nosotros somos una familia” y así se vivió lo de anoche en el Cariola, un ambiente de camaradería, donde se podía sentir cierta familiaridad entre colegas por parte de las bandas que tocaron, quienes abiertamente hablaban con el público antes y después de sus respectivas presentaciones. Con Nefastor abriendo con un estilo crudo y aguerrido, Necrodemon imponiendo categoría y Dismember repasando clásicos de todas sus épocas, lo de anoche fue simplemente una muestra de Death Metal sin fronteras.
1 Comentarios
El cantate es Matti y no Robert. En general excelente reseña y por supuesto excelente show!!!
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