Hablar de Limp Bizkit aún a día de hoy genera ciertos anticuerpos dentro de la escena musical, sobre todo por parte de los rockeros y metaleros más intransigentes (cosa que no es mala en sí misma, ya que si algo no te gusta, no te gusta nomás) pero hay algo que ha pasado muy por debajo de nuestro radar y es la increíble capacidad de su vocalista y líder, Fred Durst, de hacer convertir el odio hacia él y a su banda en una popularidad que los eleva a día de hoy en una de las bandas más grandes del Nu Metal. Como diría un economista, hizo una inversión de riesgo, pero que le dejó grandes dividendos.
el comienzo de Limp Bizkit no es tan distinto al de bandas clásicas como Black Sabbath o Led Zeppelin, ya que también fue blanco de críticas por parte de la prensa especializada como la revista Rolling Stone, quienes tildaban esa mezcla de rap con guitarras pesadas y distorsionadas de su álbum debut era algo imposible de escuchar y disfrutar, ésto sumado a que la discográfica de ese entonces, Flip Records, llegó a un acuerdo con una radio-emisora de poner la canción “Counterfeit” un total de 50 veces en 5 semanas, la famosa “payola” para aumentar de forma artificial las escuchas, generando repudio tanto por parte de los medios como de otros artistas y auditores, sin embargo la maniobra funcionó y Fred Durst se encargo de enojar más a sus críticos haciendo como que el tema no le importara y siendo como es él, como se decía mucho por acá en los 90s "no estoy ni ahí", en definitiva, un Frat-boy de tomo y lomo, desde su actitud a su forma de vestir, siendo aún a día de hoy su jockey rojo para atrás parte de su identidad, aunque eso haya cambiado ésta última década.
Uno de los aspectos que más destaca de Fred Durst es su capacidad de integrarse desde la industria de la música a la industria del entretenimiento, siendo él una celebridad de tomo y lomo, lo que significa más exposición, aunque el precio de entrar en la farándula, con todo lo que ello conlleva (sobre todo dramas), podría ser un poco alto, Fred con su actitud muchas veces insufrible, ha logrado dar vuelta la tortilla y lograr convertir toda esa exposición en algo que le ha traído a la par muchos seguidores y detractores, logrando fidelizar a los primeros y seguir enfureciendo a éstos últimos.
Desde rumores de haber mantenido una relacion informal con Britney Spears, sus amistades dentro de Hollywood e incluso tocar en vivo con Christina Aguilera, nos muestra que, a pesar de que esa actitud de que nada le importa mucho, y llevar un trato pasivo-agresivo con la prensa le haga generar cierto rechazo, siempre entre ese mar de odio va a nacer alguien que se lo banque, y entienda el chiste, algo como lo que pasa con Primus y su famosa frase “Primus Suck” desde el nombre de la banda, hasta las pampiroladas que hace su Durst tanto sobre como bajo el escenario son maniobras de marketing que ponen el nombre de Limp Bizkit al frente de un tema de conversación popular, mientras que al mismo tiempo, quienes seguimos la banda nos reímos y quienes no se dedican a odiar, dejando a muy poca gente indiferente en el proceso, como aquella vez en los MTV Video Music Awards donde el mismísimo Tim Commerford de Rage Against The Machine se sube a parte de la escenografía en protesta por el premio recibido por Limp Bizkit.
Para cerrar, a pesar de que ser considerado un saco de w… sería algo de lo que muchos artistas quisieran huir, Fred Durst abrazó esa imagen, dándole más combustible a sus haters y de paso, más notoriedad a la banda, y si bien es cierto, no siempre es bueno medir el éxito de una agrupación musical en base a analíticas de mercado, la jugada le ha salido bien a Limp Bizkit (no sin contratiempos, ya que en algún momento la presión significó la salida de Wes Borland, cosa de la que hablaremos en otra ocasión) y la banda sigue siendo a día de hoy una de las más importantes del Nu Metal de su generación.
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