#LiveReview: Loquero + Asamblea Internacional del Fuego: Cuando el punk rock llama



Desde siempre, los grandes recintos de la capital han sido hostiles con el underground local. Y es que más allá de uno que otro show soporte, los teatros y otros locales de gran escala nunca han sido, a priori, espacios amigables para las bandas emergentes; sobre todo para aquellas que se mueven entre sonidos subterráneos como el punk y el hardcore.


Esto ha cambiado fuertemente durante el último tiempo, ya que han sido varios los espacios consolidados que han albergado espectáculos de alta magnitud por parte de bandas que hicieron su carrera a base de clubes, galpones y otros locales destinados a conciertos ocasionales. Esto supone motivo de orgullo para quienes nos criamos al son de aquellos estilos que siempre fueron marginados -a veces por decisión propia- de las grandes producciones. Porque de alguna forma, esos sonidos subterráneos que vibramos de manera tan profunda, y que creíamos merecedores de escenarios inmensos, por fin están saliendo a la luz para gozar del reconocimiento correspondiente. 


Estas fueron algunas de las sensaciones compartidas por quienes acudieron el día de ayer al Teatro Coliseo para escuchar el combo letal que prepararon los locales Asamblea Internacional del Fuego y junto a los trasandinos Loquero. Dos de las bandas más grandes del hardcore y el punk sudamericano se presentaron en el reconocido local de Nataniel Cox con un show a gran escala para fanáticos empedernidos de la escena. 





La cita oficial era a las 19:00 hrs, horario en el que el teatro abrió sus puertas, sin embargo -aunque el recinto no lo acostumbre- se mantiene la formalidad del punk de llegar a las presentaciones cuando están en aras de comenzar. Siendo entonces las 20:30 recién, la cancha comienza a llenar sus espacios para recibir el primer espectáculo de la jornada. Al ritmo de “Stoj Pa Moru” -canción popular polaca que habla sobre el amor y el anhelo- Asamblea Internacional del Fuego toma sus instrumentos como armas dispuestas para dar rienda suelta a uno de los shows más potentes de la escena local. La frase que entonara Emilio Fabar aquella tarde primaveral de 2019 en el aula magna de la USACH en uno de los shows más recordados de Asamblea, cobra más relevancia que nunca: “Esto es rock de combate”.


Con los primeros acordes de “Espectador Ex Expectador” el Teatro Coliseo comienza a llenarse de a poco y vibrar rápidamente con el calor que suscita la música de Asamblea. Y si bien hay poco movimiento y actividad propia de instancias como esta, el público palpita los clásicos de siempre con la misma intensidad. Corean con fuerza los himnos que fundaron los esquemas juveniles de cientos de almas aglutinadas al compás de una banda que con el paso de los años se convirtieron en una agrupación de culto entre los fans del ruido subterráneo local, pero por sobre todo entre los fans de la música en general. 




La gente no se agota de escuchar clásicos como “Comunión” o “Neltume, la voluntad”, reverencian la escuela cultural y política con la que varios y varias crecieron. Esa escuela que no se dio leyendo a Marx y Gramsci, sino escuchando los discos de colores y yendo al piraña rock los fines de semana. Hoy se conmemoran estas fechas con un show de alto nivel en uno de los escenarios más conocidos de la capital a día de hoy. 


La rabia, la nostalgia y la pena, todos elementos importantes para la composición de Asamblea; caracterizados por ser una banda contingente, llevan a la catarsis a sus oyentes sea cual sea la bandera que guarden en sus bolsos. Porque Asamblea entiende que cada uno tiene sus duelos y vive sus batallas de todas maneras en cada rincón del mundo. Y eso puede ser acá en Santiago o en cualquier otra parte, lo dejan claro previo a interpretar “El sonido de los helicópteros”, donde Fabar interviene con un breve discurso para dedicar el tema al horror que ha tenido que vivir Palestina a lo largo de su historia, y más aún durante los últimos meses.


Con un show breve, pero intenso, Asamblea Internacional del Fuego despide un show sólido de poco más de una hora con el que maravillan a los asistentes de un Teatro Cariola que los saluda cada vez más lleno. Es así que en la antesala del esperado show de Loquero, los locales le dan un pase filtrado a los trasandinos interpretando un cover de “La Corbata de mi tío” de Los Ex.


Los argentinos comenzaron su presentación cerca de las 22:00. Sin previo aviso, en penumbras, la banda empezó a tocar, pero la gente lo tomó más como una partida en falso que como el inicio del show. Por lo que tardaron en conectar con el recital de Loquero. Pero luego de unos minutos, la locura se desató por completo; el mosh y movimiento que no vimos durante el show de Asamblea Internacional del Fuego, se monta inmediatamente con los primeros acordes del show de Loquero. El contraste entre los estilos de ambas bandas es evidente, aunque para nada irreconciliable, la energía que Asamblea transmite con sus letras, los marplatenses lo hacen al son de un enérgico punk ramonero.


La actitud de Chary, vocalista de Loquero, es la propia de un cantante de punk rock neto. Con el vestuario casual y el baile continuo a lo largo y ancho del escenario, son parte de la peripecias que ofrece el vocal para animar a un público que se presentó aquella tarde para verlos a ellos más que nada. Pese a las dificultades de sonido del local y a la monotonía del show, Loquero logró cautivar a sus fanáticos con los recursos de siempre, demostrando que para presentarse a lo grande no es necesario montar una producción estrafalaria, sólo bastan tres acordes, un patrón de 160 BPM y ganas de tocar. La escuela del punk rock nos recuerda que de vez en cuando menos es más.




Y así como empezó, sin encore ni ningún tipo de pausa, Loquero finalizó un nuevo paso por Chile con “Atlántida”, el clásico de su disco “Fantasy”. Chery se acerca al público para despedirse con un afectuoso saludo: “Gracias Santiago, los llevo en mi corazón para siempre”. Esto cristaliza una jornada concisa para los amantes del underground, donde dos grandes bandas lograron dominar un conocido escenario y demostrar que cuando el punk rock llama, la escena sabe responder.


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