Vivir de la música jamá ha sido fácil, lo que deja a muchos artistas en el camino, con una industria que hoy por hoy busca miles de views, escuchas, influencers, instagram, tiktoks, mewing, kpop, lovebombing, y todos esos términos de gente joven y lolein. Pero en los '80, era igual de difícil, sin embargo las problemáticas eran distintas debido a lo diferente de la industria, y esas penurias las pasaban todos, hasta los más grandes en sus inicios, como Metallica.
En un episodio reciente del podcast oficial de la banda, The Metallica Report, James Hetfield relató como fue su vida en Dinamarca, durante la grabación del segundo y tercer álbum de la banda, en los estudios Sweet Silence, en donde día a día luchaban por sobrevivir y mantener la banda a flote. Hetfield relató "estábamos en el ático, durmiendo en el suelo y robando comida de otras bandas que pasaban por allí, robando bicicletas solo para movernos, robando botellas de cerveza vacías para ir a cambiarlas por más cerveza. Hubo mucho robo. No teníamos nada, no teníamos ni mierda. Así que no era robo, solo las estábamos tomando prestadas para siempre" lanzando una carcajada.
Tras todas estas experiencias, James quedó con una conexión profunda hacia el país europeo, diciendo "debido a todas esas aventuras en los primeros días, ahora me siento mucho más en casa en Dinamarca. Los primeros días fueron difíciles porque, en cuanto a nosotros y el lado del negocio, no teníamos ni idea. Lars estaba medio intentándolo".
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