Talca, tierra de desastres y negligencias, del completo mojado y de los primeros contagiados. Así es descrita esta ciudad por el imaginario colectivo de internet, pero acá, sin hacer eco de ese tipo de descripciones, destacamos en efecto que se trata de una tierra de desastres, pues estamos ante el regreso de un titán que erige desde la Región del Maule.
Y es que el sueño ha sido largo, más de 9 años han tenido que pasar para que volviéramos a tener material de la banda talquina Akbal, quienes parecieran despertar cuan gigante dormido para traernos el EP llamado "OMNIA I" y que fue lanzado hoy 23 de agosto de 2024.
En cuatro canciones la banda logró plasmar su gran crecimiento musical y frescura compositiva, y es que ante un medio sobrecargado de tachas, cuero, caras pintadas y chaquetas de mezclilla, Akbal logra imponenerse con su sello propio: una especie de Death Metal bastante técnico y machacante, con presencia de elementos tanto del Progresivo más duro, al punto de tener riffs interpretado en clave Djent, que hacen de esto un verdadero deleite para aquellos amantes del buen metal más docto.
Además de la increíble composición, importante destacar una producción muy cuidadosa, procurando que todos los instrumentos se dejen sentir y expresar, transformando a OMNIA I en un verdadero crujido, un alarido de un Leviatán que vuelve a erigirse desde la zona central de nuestro país.
No es exagerado decir que este disco se hace corto, son 17 minutos solamente, lo que se transforma en una verdadera muestra de como evoluciona una banda, al punto que en este breve tiempo, logran atraparte den un vortex que no te da tregua ni resperio, una muestra del buen material y creatividad. Se nota el gran trabajo de un conocido de estos sonidos como es Acle Kahney.
Difícil siempre es separar esto del pensamiento Bergsonian, de que soy inmensamente seguidor, pues para mi el metal, sobre todo el más disruptivo, no es otra cosa que una simple manifestación de lo fundamental de la vida misma. Un acto creador no es menos que una fuerza creativa, motor de lo esencial mismo de la vida, un terreno llano parar crear, no repetir, sino sacar tus propias ideas, tus propios sonidos y, por supuesto, tu propia forma de manifestar esa agresividad característica de este genero. Y todo esto, se puede lograr, desde una opera de 4 horas, hasta en un EP de 17 minutos que condensa toda tu potencia, brutalidad, ingenio e inspiración.
Así es, Akbal a vuelto con todo, el Leviatán se vuelve a Erigir, y no podemos sinno contemplar con increíble respeto y admiración. Lo sabemos, y a pesar de toda la revolución digital y 4ta revolución industrial, en nuestro país sigue siendo complicado abrirse paso y sonar en la capital, y estos maulinos lo logran con su senda de destrucción creativa.
Esperemos sean considerados para shows internacionales, pues la calidad tienen de sobra. Y que podamos verlos prontos en un show individual por esta smogiana y distorsionada capital.
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