La nostalgia se hace presente en todo concierto, pero aquel sentimiento se acrecienta aún más cuando se ve incierto. Y es que la noche de ayer fue una clase de metal para todos quienes asistieron al Teatro Teletón, porque Kiko Loureiro se lució junto a otros destacados músicos. Si bien gran parte de su repertorio fue dedicado a su carrera como solista, era de esperar que el brasileño dejara espacio para los sonidos de sus dos antiguas bandas que lo lanzaron a la fama, o sea, Angra y Megadeth. Y justamente cuando tocó los acordes de aquellas dos agrupaciones fue cuando más se vino abajo el teatro. Nostalgia pura y dura, pero que también dejó espacio para la admiración por el excelso trabajo solista de Loureiro.
Un clásico nacional
Previo al show principal, se presentó Alejandro Silva Power Cuarteto. Banda de metal progresivo que tiene acostumbrado al público nacional a gozar de lo mejor del producto criollo, porque el grupo liderado por Silva es un clásico siempre. El experimentado guitarrista ha teloneado a músicos de la talla de Steva Vai, Joe Satriani, Robert Fripp, Yngwie Malmsteen o Paul Gilbert.
Por lo mismo, Silva y los suyos eran los indicados para abrir los fuegos en esta gran jornada. Junto a Cristóbal Arriagada (segundo guitarrista), Marcelo González (bajo) y Gonzalo Muga (batería), encendieron la fría noche santiaguina, a punta de estruendosos destellos de metal progresivo, refrescante y sin dar descanso a los allí presentes. Cerca de media hora fue suficiente para alejar el frío de los allí presentes, y así despedir con la máxima gratitud a Silva y sus músicos.
Kiko, viejo conocido
Una vez más, Kiko Loureiro pisó tierras nacionales para desplegar lo mejor de su catálogo histórico. Junto a dos integrantes actuales de Angra, Felipe Andreoli (bajo) y Bruno Valverde (batería), el músico carioca no necesitó de una gran puesta en escena ni de rimbombantes juegos de luces o pantallas estrafalarias, porque bastó con su talento al frente de las seis cuerdas para cautivar a los cientos de personas que repletaron el recinto.
Apenas apareció en escena el exguitarrista de Megadeth el teatro se vino abajo. Las primeras notas de "Overflow", de su último álbum "Open Source" (2020), exhibieron la que sería la tónica de la noche, es decir, una muestra de metal más inclinado hacia lo power/ progresivo. Al igual que Angra, Loureiro se lució gran parte de la noche con riffs y solos superlativos. El guitarrista de 52 años parecía no inmutarse mientras los ojos atónitos de su fanaticada alucinaban.
La primera parte del concierto giró en torno a su material solista. Desde el "No Gravity" (2005) hasta el último disco recientemente mencionado. Una mezcla entre metal progresivo y power, hasta por momentos algo de thrash. Aunque la mayoría del público estaba en asientos, esto no impidió el movimiento agitado de lado a lado, porque la música lo merecía.
Pese a que el show era instrumental, las voces no hacían falta. El talento de Loureiro se lucía nuevamente, con temazos como "Reflective del Sounds Of Innocence" (2012) o "No Gravity", del álbum del mismo nombre (2005), que entrelazaron distintas épocas del guitarrista. Pasó por sus momentos de más introspección musical, donde las cuerdas simplemente fluían, hasta los más desenfrenados solos, como en "Vital Signs", de su último trabajo. Así, Loureiro se desenvolvió muy suelto de cuerpo, como si de un mero ensayo se tratara de la jornada de anoche.
Sus melodías son fruto no solo de su gran técnica, sino que también de la habilidad para no discriminar géneros que son muy distintos unos de otros. Loureiro ha pasado por el jazz, funk, metal y hasta bossanova durante su larga trayectoria, y prueba de ello son sus canciones como solista, porque puede iniciar con una armonía muy relajada y, en tan solo segundos, mutar a una creación extraordinaria y complicada, como en "Pau-deAra", de su primer álbum.
Toda la maestría del brasileño quedó aún más en evidencia cuando, cerca de la mitad de su show, decidió darle a la audiencia un regalo invaluable. Aunque dejó Angra hace nueve años, la gente siempre espera que toque algo de esa época, tan prolífica como exitosa. Por eso, los gritos y las manos en alto estallaron apenas sonaron las primeras notas de "Carry On", un clásico de los brasileños. Loureiro realizó un viaje por diferentes años de Angra, porque tocó extractos también de Spread Your Fire, Nov Era, Morning Star, Evil Warning y Speed.
Pese a que fueron versiones instrumentales, el público escuchaba en sus cabezas las inigualables voces del fallecido Andre Matos y Eduardo Falaschi. Kiko supo juntar ambas eras de Angra, y una vez más, interpretó a la perfección sus solos acelerados y endiablados. Había quienes se paraban de sus asientos, así como otros que prefirieron ver esta aprte del show de pie, porque rememoraban, quizás, la primera vez que Loureiro tocó en Chile junto a Angra, en el lejano 1998.
Pero eso no era todo. Muchas camisetas de Megadeth llegaron hasta el Teatro Teletón, esperando escuchar algunas canciones que el brasileño compuso durante su periodo en la banda. Y así fue. La guitarra acústica en solitario dio inicio a "Conquer Or Die"!, temazo instrumental del Dystopia (2016) que sacudió a los más thrashers. Acto seguido, Kiko emuló a su excompañero Dave Mustaine, pues se atrevió a entonar las letras de "Killing Time", de su segundo y último trabajo con los norteamericanos, The Sick, The Dying … And The Dead! (2022). Fueron escasos minutos, pero suficientes para recordar lo mejor de Kiko en Megadeth, a quienes aportó la frescura necesaria para seguir engrandeciendo la historia de la banda.
Eso sí, el público necesitaba saciar todavía más su sed de Megadeth, y prueba de ello fue cuando Kiko invitó a un joven fanático a tocar su propia guitarra. Y el talentoso asistente lo primero que interpretó fue Holy Wars, el clásico por excelencia de su ex banda. Por desgracia, los demás integrantes de la banda no le siguieren mucho el juego, y todo quedó en solo un riff vitoreado por los allí presentes.
En el tramo final del concierto se dio una mezcla entre temas solistas y, por supuesto, viejas glorias de Angra. “Me tuve que aprender las canciones de nuevo”, bromeó el protagonista de la velada.
"Rebirth" y "Nothing To Say" fueron cantadas por todo el recinto, sobre todo esta última. Matos estaba presente en el coro unísono de sus fans, quienes se veían deseosos por recibir más de Angra. Y lo tendrán, porque en el mismo reducto ubicado en Mario Kreutzberger 1531, los brasileños se presentarán el próximo 1 de septiembre.
Alirio Netto, también carioca, fue el responsable de personificar las voces de Matos y Falaschi. De gran forma, el cantante con “acento madrileño”, como lo le llamó Loureiro, enmudeció a la audiencia. Las guitarras invisibles y las cabelleras al aire se intensificaron hacia el cierre del show, cuando Loureiro homenajeó a Deep Purple, al tocar "Stormbringer", un clásico de los británicos.
Por último, "Enfermo" fue el tema que cerró todo. Junto a una acelerada y virtuosa melodía, el gran guitarrista puso fin a una jornada de admiración musical, porque el talento del brasileño y su banda es innegable. Más de 30 años han pasado desde que Loureiro se unió a Angra, pero sus riffs y solos solo han evolucionado, de modo que le quedan cuerdas a su guitarra para mucho tiempo más.
Si bien su etapa solista es de gran calidad, es indudable que lo que más encendió al público fueron los momentos de Angra y Megadeth. Nostalgia acérrima que se niega a desaparecer. Lógicamente, habría sido glorioso escuchar más de esas dos agrupaciones, pero por algo era un show como solista. Y sus fans lo supieron apreciar. Pero, aún así, nada supera a la nostalgia.
Setlist:
Overflow
Escaping
Reflective
Pau-de-Arara
No Gravity
Vital Signs
Carry On / Spread Your Fire / Nova Era / Morning Star / Evil Warning / Speed (Angra)
Du Monde
Conquer or Die! (Megadeth)
Killing Time (Megadeth)
Dreamlike
Rebirth (Angra)
Dilemma
Encore:
Crossing (Angra)
Nothing to Say (Angra)
Stormbringer (Deep Purple cover)
Enfermo
Review por Vicente Flores
Fotografías por Antonia Bisso
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