#Especial: Necroceros - El misil pandémico de Asphyx

 No hay dudas de que Asphyx es una de las bandas más influyentes en la escena del Death Metal europeo. Y es que los holandeses han sabido cultivar una fórmula original logrando echar mano a la cosecha entre lanzamientos, sin perder el toque de poder que los ha llevado a la cúspide de la música extrema. Con once trabajos de estudio, la banda oriunda de Oldenzaal viene amasando una potentísima base de seguidores alrededor del mundo, a los cuales no ha hecho más que sorprender en los casi 40 años de carrera que llevan recorridos.

En esta ocasión, celebrando la próxima venida de estos íconos del death metal a nuestro país, quisimos repasar su último trabajo su décimo álbum de estudio, el último hasta la fecha, "Necroceros", una obra monumental que logra condensar a la perfección la sustancia de Asphyx: la brutalidad del Death Metal con la densidad agónica del Doom; con una crudeza y agresividad intransigente, fiel a la esencia de la banda, pero cuidando algunos matices que muestran la falta de temor a evolucionar para mantenerse vigentes. En este sentido, "Necroceros" no es solo una extensión del legado de Asphyx, sino una reafirmación de su posición como una de las bandas más importantes del género.

La historia de Asphyx es la de una banda que ha sabido resurgir de sus propias cenizas, y volverse aún más grande en el proceso. Después de una pausa que comenzó a finales de los años 90, la banda regresó en 2007 con una formación renovada y una nueva energía. Tras el regreso de su icónico vocalista Martin van Drunen, la banda lanzó tres álbumes muy bien recibidos por la crítica: "Death… The Brutal Way" (2009), "Deathhammer" (2012) e "Incoming Death" (2016), consolidando su estatus como una bandas de culto en el underground. Sin embargo, fue con "Necroceros" (2021) donde los holandeses elevaron su propuesta a niveles insospechados; con una fusión perfecta entre violencia sónica y atmósfera opresiva, demostrando que, a pesar del paso del tiempo, Asphyx sigue en la cúspide de su elemento.

Grabado durante los confinamientos de la pandemia del Covid-19, "Necroceros" es un testamento de las capacidades de la banda para convertir la adversidad y el pesimismo en arte. La pandemia obligó a Asphyx a cancelar sus planes; pero en lugar de detenerse, la banda aprovechó el tiempo para crear un álbum cercano a la perfección, donde la frustración, el miedo y el aislamiento de la época se hayan encapsulados de manera hasta poética. En esta línea, Martin van Drunen recuerda el proceso de grabación con una mezcla de resignación y determinación: “Cuando nos enteramos de lo que estaba sucediendo y el gobierno anunció el confinamiento, supimos que todos nuestros conciertos quedarían en el aire, así que decidimos usar el tiempo a nuestro favor. Paul ya tenía un montón de riffs preparados, y juntos comenzamos a improvisar y a arreglar las canciones. Todo sucedió muy rápido y el álbum tomó forma casi por sí solo”. Esa urgencia y espontaneidad se sienten en cada tema de "Necroceros", que combina la energía cruda y visceral de su material más antiguo con una precisión y madurez adquirida a lo largo de décadas.

Uno de los elementos fundamentales en "Necroceros" es la estabilidad de la formación de Asphyx, algo poco común en su trayectoria. Desde el regreso de la banda en 2007, han mantenido una alineación consistente con Paul Baayens en la guitarra, Alwin Zuur en el bajo y Stefan "Husky" Hüskens en la batería, lo que ha permitido que la química entre los miembros alcance nuevas alturas. Este sentido de cohesión es evidente en el álbum, donde cada canción fluye con una sensación de propósito y dirección clara. Paul Baayens, guitarrista principal y una de las fuerzas creativas detrás de la banda, ha podido concentrarse exclusivamente en Asphyx tras el final de Hail of Bullets, su proyecto alternativo, lo que ha resultado en una colección de riffs  más afilados, densos y oscuros que nunca. En este sentido, Baayens aseguró: "Asphyx es ahora 100% mi bebé. Si es un buen riff, lo usamos. Si nos sorprende, lo grabamos".

"Necroceros" es un disco que oscila de manera muy perspicaz entre dos extremos: la velocidad vertiginosa del Death Metal más feroz y los pasajes sombríos y opresivos del Doom Metal. Los primeros temas del álbum, como "The Sole Cure is Death" y "Botox Implosion", son explosiones de adrenalina pura, con una base rítmica aplastante y los característicos gritos desgarradores de van Drunen, que sigue siendo una de las voces más reconocibles y poderosas del Metal extremo. Estas canciones son frenéticas y violentas, recordando la era más rápida de Asphyx, pero con un toque de refinamiento que las hace aún más devastadoras.

Sin embargo, es en los temas más largos y atmosféricos donde "Necroceros" realmente brilla. "Three Years of Famine" es una composición monumental de más de siete minutos, en la que la banda ralentiza el tempo para crear una atmósfera asfixiante, con armonías que evocan a Candlemass e incluso a Iron Maiden, y una estructura que recuerda los mejores momentos del Doom Metal clásico. El tema que da título al álbum, "Necroceros", es otro punto álgido, una canción que fusiona el Death y el Doom en un torrente épico de devastación sonora. La imagen que evoca van Drunen en este tema, la de una entidad interdimensional que devora mundos, es tan aterradora como fascinante. El vocalista ha explicado que el término "Necroceros" es una fusión de "necros" (muerte en griego antiguo) y "rhinoceros", simbolizando una criatura del espacio exterior que llega a la Tierra para consumir todo a su paso. Este concepto de ciencia ficción, combinado con los riffs colosales de Baayens, crea una experiencia auditiva inmersiva que captura la desesperanza y la destrucción.

La producción del álbum también merece una mención especial. Para este disco, Asphyx decidió experimentar con un nuevo encargado de las consolas de sonido; fue así que Sebastian "Seeb" Levermann  -productor de bandas de la talla de Rhapsody of Fire y Brainstorm- se hizo con el mando de la mescla, aportando una nueva perspectiva al sonido de la banda. De esta forma, mientras que álbumes anteriores fueron masterizados por Dan Swanö, famoso por su toque brillante y pulido, "Necroceros" opta por un sonido más crudo y natural. Este enfoque menos domesticado ha permitido que las canciones suenen más orgánicas y aplastantes, algo que puede dividir a los puristas de la vieja escuela, pero que sin duda aporta frescura al sonido de Asphyx.

El álbum también se beneficia de un envoltorio visual espectacular. La portada, obra del artista Axel Hermann, habitual en los discos de Asphyx, es una representación perturbadora del Necroceros, una criatura cósmica que simboliza la inevitable llegada de la muerte. Este arte, junto con la música apocalíptica que lo acompaña, encapsula perfectamente el espíritu del álbum y de la banda en su conjunto.

En términos generales, "Necroceros" es un álbum que encapsula todo lo que ha hecho de Asphyx una banda tan venerada a lo largo de los años. Es una obra versatil y detallista, que combina la energía frenética del Death Metal con la densidad sofocante del Doom, todo ello envuelto en una atmósfera de oscuridad y fatalidad que refleja perfectamente los tiempos que vivimos. Temas como "Molten Black Earth" y "The Nameless Elite" siguen explorando los horrores de la humanidad y el abismo insondable que es la muerte, mientras que canciones como "In Blazing Oceans" muestran el lado más heroico y épico de la banda.

Creo que no es descabellado decir que el impacto de "Necroceros" en la carrera de Asphyx es innegable. Hablamos de un álbum que se toma el protagonismo absoluta de su segunda etapa, alcanzando la altura de los clásicos intocables como "The Rack" y "Last One on Earth". Con una mezcla perfecta de brutalidad, atmósfera y épica. Un álbum que, como se ha dicho anteriormente, combina la crudeza y la brutalidad del Death Metal con una profundidad atmosférica y lírica que lo eleva por encima de la mayoría de las producciones contemporáneas. Con una alineación estable, un sonido renovado y una visión artística clara, Asphyx ha creado un disco que no solo honra su legado, sino que lo expande, demostrando que, a pesar del paso del tiempo, siguen siendo una fuerza imparable en el Metal extremo.

Recuerda que Asphyx es uno de los grandes nombres presentes en la primera edición del festival CL Rock 2024. El cual se llevará acabo en nuestro país el próximo 10 de noviembre en el Estadio SEK Santa Laura. Las entradas se encuentran a la venta a través de Puntoticket, para que no te quedes fuera de esta jornada épica y distinguida para los seguidores de la música extrema.



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