Seguimos haciendo la ruta a CL Rock, un festival que quizás quedó más extremo que rockero, es algo raro e inédito, pero eso no significa que sea malo. Por el contrario, es una de las fechas más importantes y llamativas del año y dentro de todas sus previas estaba esta que reunía a Lucifer junto a Napalm Death, una mezcla extrañísima, pero desde que la vimos en los afiches dijimos "¡esto es imperdible! "
Tal cual, son agua y aceite, no juntan ni pegan, pero no podía ser un mejor escenario para disfrutar de dos agrupaciones que destacan por diferentes razones. Los alemanes por tener uno de los mejores lanzamientos de rock de este año con Lucifer V y los ingleses que vienen con su show propio, como dueños de casa y que son una pieza clave en el grindcore.
Sí podemos seguir haciendo introducción, pero vamos con la reseña...
La jornada comenzó temprano y lo hizo con el más alto nivel presentando el debut de Eskrota en Chile. El trío brasileño de crossover antifascista y feminista no se guardó nada y salió a ganarse a los fanáticos que llegaron desde muy temprano. "Grita", "Cena Tóxica" y "Playbosta" son los primeros singles de un show que es demoledor y que sorprende con su potencia.
La banda de Heavy/ Stoner bromeó en varias entrevistas con las kilométricas diferencias que hay entre su música y la de Napalm Death, pero sobre el escenario eso no se notó. Con una actitud más agresiva y tocando más rápido y fuerte que en el RBX en 2022 los liderados por Nicke Andersson y Johanna Sadonis prendieron rápido el ambiente con "Crucifix (I Burn For You)", "Ghost" y "Phantom Midnight".
Fieles a su misticismo, la banda nos devuelve a esa magia y ocultismo clásica de los orígenes del metal, incluso al repasar singles nuevos como "A Coffin Has No Silver Lining", "Fallen Angel" y "At The Mortuary". Todo un espectáculo entre las luces, humo y la actitud de sus músicos que tratan de no dar breaks para preparar el terreno para lo que se viene.
Johanna es nuestra maestra de ceremonias por ahora, siempre cautivante y distante, un juego que queda claro cuando toma la bandera chilena y nos regala una de las fotos de la jornada envuelta en ella. No obstante, este show no permite breaks emocionales y la agrupación sigue subiendo la intensidad con "Bring Me His Head" o el cierre en lo alto y con todo el teatro saltando al ritmo de "California Son" y "Reaper On Your Heels" y su solo de guitarra a dúo.
Llega la hora de cerrar y obviamente esperamos al plato fuerte. Ya no cabe más gente en el recinto, estamos los que tenían que estar y otros que a la fuerza hicieron de las suyas para disfrutar una vez más de Napalm Death.
Esta banda no necesita presentación ni formalidades, uno de los padres del grindcore que entra, conecta todo y empieza la brutalidad con "From Enslvement To Obliteration". Single que empieza a armar el mosh y todo estalla en un espiral de consignas políticas, caos, orden, zapatillas volando y peleas por doquier.
Pasaron 10 años para que Napalm Death volviera a tener un show como acto principal en el país (vienen seguido, pero siempre estaban antes de cierre), ahora eran dueños de casa y todo sería bajo sus reglas, lo que se notó cuando en los primeros 15 minutos ya nos habían sorprendido con casi seis canciones ejecutadas. Todo es devastación por los liderados por Shane Embury y "Barney" Greenway, quien toma pequeñas pausas para hablar sobre las canciones y luego sorprender con singles como "Next On The List", "Contagion" y "Resentment Always Simmers".
La locura se toma el recinto y frente a los mensajes de unidad y fraternidad que "Barney" nos da (y que varios buscan respetar), el mosh está lleno de peleas por diferentes motivos (si hasta en la galería se vieron sus dignos knockout). Nada tiene sentido y en ese escenario pasabas de lado a lado, porque la cancha era una completa locura y un horno, si hasta un fanático al ver mi parche de Resistance al medio del mosh me da un abrazo y me dice "que grande Resistance" para luego esfumarse entre los golpes del mosh. Algo así era el ambiente anoche, uno que era una mecha al borde de la explosión y que la misma banda supo contener con pausas para que no hubiera heridos, sobre todo en la reja que separaba el escenario del público.
Pero la locura siguió y no vamos a bajar la intensidad, "Amoral", "If The Truth Be Know" y "Backlash Just Because" son algunos de los singles que - literal avivan el fuego - cuando la primera bengala de la jornada aparece. El humo y el rojo tiñen el show de Napalm Death, uno que no iba a ser de otra forma y supera cualquier expectativa. Si cuando creemos que nada puede ser más intenso, los británicos preparan el terreno para uno de sus himnos con "Suffer The Children".
Los aplausos se hacen sentir y es que la jornada no sólo es impecable en ejecución, sino que también con el sonido de Napalm Death que es "limpio" en todo su show. Se anuncia que iremos a 1987 y el cansancio y el calor se borra de la cara de los asistentes, hay que darlo todo y más acá con "Scum", "M.A.D.", "Success?" y la esperada "You Suffer".
Ya vamos cerrando la noche, y sólo quedan unas cinco canciones (menos de 10 minutos) y probablemente el punto más alto fue con la icónica "Nazi Punks Fuck Off" de los Dead Kennedys, que preparó el terreno para culminar la jornada con "Instict Of Survival" y "Contemptuos"
Es así como cerramos una jornada única en la ruta a CL Rock, una que quizás era extraña por la mezcla de sus headliners, pero que dentro de todo sabemos que era perfecta. Para que algo resulte no necesariamente debe ser igual y Lucifer con Napalm Death demostraron eso a punta de su música.
Lo de anoche fue darnos todo el sentido de sus propuestas musicales. La magia y misticismo que hay detrás del arte, fue los riesgos de las nuevas generaciones de innovar en estilos clásicos, fue demostrar que la lucha social se entiende y comprende en español o portugués, fue abrazar los temores con relatos de horror y fue el mensaje de unión y buscar un mundo mejor con el mayor ruido posible. Hay que conocer estas bandas, entenderlas desde su génesis para comprender todo el sentido que hay tras su música y saber que todo eso era lo que las unía anoche.
Fue una jornada intensa, pero fenomenal. Todos y todas salimos satisfechos con este nuevo regreso de Napalm Death y Lucifer al país, donde cada situación vivida en el espectáculo tenía su razón de ser y respondía a algo. Una mezcla inesperada y que resultó a la perfección, porque a veces es la música la que nos da sentido para comprender un mundo que no lo tiene.
Escrito por Felipe Pino Guerrero.
Fotos por: Francisco Aguilar / @franciscoaguilar.ph
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