Desde sus primeros lanzamientos, Movements ha sabido captar la esencia de la angustia juvenil y el autodescubrimiento. Sin embargo, RUCKUS! marca una etapa distinta, casi una declaración de principios. Si bien su sonido siempre ha tenido una base post-hardcore, aquí encontramos algo distinto, una combinación precisa de punk y pop que le da a este trabajo una frescura inesperada. Se siente como un salto sin red, en el que se arriesgan a abandonar la comodidad de lo conocido y adentrarse en nuevos sonidos. Movements busca decirnos que no son una banda estancada en la comodidad de su propio estilo, sino un proyecto en constante metamorfosis.
Con la producción de Will Yip, reconocido por su habilidad para capturar la esencia cruda y emocional de sus artistas, RUCKUS! es una exploración cuidadosa de los contrastes. Yip sabe cómo potenciar el sonido de Movements sin comprometer su autenticidad, lo cual se nota en la calidad de la mezcla y en la elección de los arreglos.
El disco se abre con “You’re One Of Us Now”, un himno que despliega la rabia y la frustración con una ferocidad que no habíamos escuchado en la banda hasta ahora. La intro de guitarra y el ritmo incesante crean una atmósfera que cautiva de inmediato, evocando una especie de llamado a la pertenencia. Es como si Movements estuviera diciendo: “Nosotros también hemos estado allí”, y nos invita a compartir ese lugar.
En este corte, la voz de Patrick Miranda se vuelve casi desgarradora, hablando desde las heridas de una relación que consume. El tema no solo es potente musicalmente, sino también a nivel lírico. Movements utiliza el recurso de una introspección amarga y sincera: frases como “I lost myself trying to get you to spit me out” reflejan el dolor de la pérdida de identidad en el intento de complacer a otro. El cierre de la canción no es triunfal; es una aceptación de la derrota emocional, un tono devastador que contrasta con la potencia de su sonido. Es una paradoja musical que nos recuerda que el dolor y la fuerza pueden convivir en armonía.
En RUCKUS!, Movements no se limita a expresar solo ira o desamor; cada tema es un experimento emocional. En “Killing Time”, por ejemplo, la banda baja el ritmo y adopta una postura más melancólica. La línea de bajo es hipnótica, mientras que la voz de Miranda se torna vulnerable, casi un susurro de alguien atrapado en una relación de dependencia. Aquí, Movements utiliza una estructura más calmada y el efecto es una especie de respiro, un momento de quietud que, sin embargo, guarda la tensión interna del álbum.
Por otro lado, “Lead Pipe” introduce un toque pop más evidente, con una base rítmica cercana al dance. Es interesante cómo, en este tema, Movements adopta una estructura pegajosa y amigable, pero sin abandonar su esencia rockera. Aquí es donde vemos la mayor innovación de la banda: la capacidad de incorporar elementos accesibles sin que suenen forzados o desconectados del núcleo de su música.
Llegamos a la mitad del disco con un cambio total de atmósfera. “Heaven Sent” es alegre y liviano, una anomalía refrescante en un álbum cargado de intensidad. Inspirada por melodías afines con los primeros trabajos de The Strokes, esta canción juega con guitarras brillantes y una estructura pop sencilla, revelando el lado más accesible de Movements. Es un recordatorio de que el post-hardcore también puede tener momentos de luz, que las canciones de amor pueden existir en un disco donde predomina la angustia. De hecho, es esa alternancia entre dureza y suavidad lo que enriquece el álbum, brindándole una complejidad emocional que no siempre encontramos en el género.
“Tightrope” continúa en esta línea, pero con un tono de amor desgarrador. Los arreglos de sintetizador y teclados nos llevan a un lugar de vulnerabilidad, una balada con tonos de lamentación juvenil que evoca la etapa más emocionalmente cruda de la banda. Aunque la base melódica es ligera, en las letras y en la interpretación sentimos un anhelo profundo, casi nostálgico.
Después de explorar su faceta más accesible, Movements nos trae de vuelta a su zona de conflicto. “I Hope You Choke” y “Fail You” son canciones llenas de rabia y agresividad, retomando la intensidad con la que iniciaron el álbum. Aquí, encontramos la catarsis que caracteriza a la banda, una liberación de frustración acumulada. El tono cambia drásticamente: la banda regresa al terreno familiar del post-hardcore, pero esta vez con una madurez y precisión notables.
Estas canciones exploran la ira y la traición con una honestidad cruda, mostrando que, aunque Movements haya evolucionado hacia un sonido más amplio, no han perdido la habilidad de expresar las emociones más ásperas con autenticidad.
El álbum cierra con “Coeur D’Alene”, una balada que, en contraste con el inicio feroz del álbum, es introspectiva y calmada. Aquí, la banda muestra una sensibilidad narrativa que da la impresión de escuchar una confesión íntima. La canción nos lleva a un lugar de amor genuino y nostálgico, casi como un reflejo de lo que significa haber pasado por cada emoción intensa del álbum y encontrar un momento de paz al final. En esta última pieza, Movements muestra que, aunque han explorado nuevas sonoridades y géneros, conservan la capacidad de conectar con el oyente de una manera profunda y personal.
RUCKUS! no es solo una colección de canciones; es un viaje emocional que desafía las barreras del post-hardcore y abraza una variedad de géneros, desde el punk hasta el pop más accesible. En su esencia, este álbum encapsula la evolución de Movements y su voluntad de crecer sin olvidar sus raíces. A medida que exploran nuevas temáticas y sonidos, la banda invita a los oyentes a acompañarlos en su búsqueda de identidad, una búsqueda que parece reflejar la vida misma: caótica, contradictoria y llena de momentos de introspección.
Movements demuestra que, a pesar de los cambios, su compromiso con la autenticidad y la expresión emocional sigue siendo la columna vertebral de su música. RUCKUS! es un recordatorio de que las emociones pueden ser tan diversas y contradictorias como los sonidos que las acompañan, y que el viaje para entenderlas puede ser tan fascinante como desgarrador.
Te recordamos que el Movements tendrá su esperado debut en nuestro país en una cita única e imperdible. La cita es el próximo 13 de noviembre en la Sala Metrónomo y las entradas están disponibles aún a través de Eventrid.
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