#LiveReview: Haggard: "La Victoria Pírrica del Observador y la Guerrera"

 


Hay momentos en que todo puede salir absolutamente mal, destinados a un completo fracaso, pero existe una oportunidad que te permite salir airoso, aunque tus vestiduras se encuentren completamente rasgadas. 

Esto es lo que le sucedió a Pirro, contra los romanos, y anoche a Asis y a su legión Haggard que se presentaba en un único concierto por estos lugares, lo que claramente, al tratarse de Chile, no podía ser de otra manera que con algún "hecho asilado", pero te contaremos más adelante, pues a pesar que parece una pequeña historia, si afectó el transcurso y desarrollo del show.

Haggard salió a escena con 20 minutos de retraso, con mucha incomodidad durante su presentación, con algunas manifestaciones de sosiego e incluso de tedio, que se sintieron en los primeros momentos del setlist, a pesar de la energía que nos acostumbró en su anterior visita.

Pasaban los clásicos, "Per Aspera Ad Astra", "The Final Victory", "Heavenly Damnation" y la propia "The Observer", pero algo sucedía, sobre todo para quienes estuvimos en aquella tarde invernal de 2023. Se sentía una falta de chispa, de interacción de los músicos con sus arreglos musicales, a pesar que la cercanía con el público estaba intacta.



El sinfónico neoclásico, incluso medieval,  seguía su senda repasando la inmensidad de clásicos de Haggard con "Awaking The Centuries", "Eppur Si Muove" e "In Pale Moon's Shadow", pero el ambiente estaba extraño, tal vez el viaje de horas desde Alemania había afectado, o incluso el sofocante calor que se sentía en algunos puntos de Club Blondie.

Pero lo cierto que no fue nada de eso, y es que Asis notó que el show se encontraba algo particular, voces que a veces se perdían, instrumentos de cuerda que a veces eran imperceptible y una batería que se comía toda la onda sonora. Fue en ese momento, ya casi terminando el main set, en que decidió ser transparente ante un show que afloraba gracias al cariño del público y el profesionalismo de los músicos.

Y es que, como bien pueden ver en nuestra galería, la cantidad de músicos detrás del proyecto Haggard es inmensa, al punto que abarrotan el escenario del recinto de ULA, por ende cabe imaginar la cantidad de equipaje que debe moverse desde Alemania hasta Chile, ¿No? bueno, a los músicos se les perdieron los instrumentos y las maletas, así es,  16 maletas completamente perdidas en algún lugar del mundo, que por suerte lograr seguir a través de un Air Tag.

Aquí es donde la propia banda agradeció, públicamente, a la productora ATENEA, por ayudarlos a sacar el show adelante. El diosa de la Guerra ayudando al disruptor Observador, pero ¿Es para tanto? ¿Es para destacar esto realmente? ¿Es una especie de exculpación por un show varios escalones abajo que el del año recién pasado? ¿O solo estamos ante la frase "pero si es su pega noma"?

Yo creo que esto claramente exculpa a la banda, y que, todos como trabajadores/as sabemos lo complicado que es utilizar una herramientas a la que no estamos acostumbrados, ya sea un libro, un computador o un fonendo, como es mi caso, ¿Por qué en este caso sería distinto? no hay forma de verlo, y esto daba sentido a la inmensa incomodidad que sentía los músicos en cada canción, ¿natural no? Unos verdaderos profesionales, supieron anteponerse y salir airosos, todo siempre ante el inmenso cariño y la inconmensurable comprensión de sus inquebrantables fanáticos. 

Pero las peripecias no terminan aquí, y es que, debido a la conexión que debe lograrse para este show, donde todo parece enlodarse, debes abrir un poco más tu caparazón y expresar algunos sentimientos, que muchas veces te desbordan, y eso llevó a que el show se fuera alargando por las intervenciones de su líder Asis Nasseri, las cuales incluso llegaron a 20 minutos en su gran momento cuando entrega las rosas.

Esto, parece, incomodó a un cierto personaje inesperado, un DJ que se encontraba presto para una fiesta en el Club Blondie, quien no encontró mejor idea que empezar a poner música gótica y electrónica mientras Haggard seguía dando su show, faltándonos a todos los asistentes el respeto.

Esta bien que un show se alargue, pero creo que se deben guardar ciertos estándares de respeto, no solo entre las producciones de los eventos, sino con los seres humanos, con la decencia humana más básica exigible. Y espero que se sepa de esto, porque de verdad arruina y molesta, de la cual no responsabilizo ni a la productora ni a la banda, sino al pajarraco que lo hizo, porque la fiesta aun no había comenzado, la fila recién se formaba a las fueras, por lo que su acto es completamente intencional, injustificable y obedece a su propia estupidez.

Esto incomodó enormemente a la banda, que terminaron cantando e interpretando, casi a capela, porque el tarado subió al máximo el volumen, su gran cover de "Hijo de la Luna", que dio, nuevamente, un final algo extraño para Haggard en Chile, quien ya había sido testigo del lo ocurrido el 2023, cuando le apagaron el escenario mientras de estaban despidiendo y sacando la foto de rigor.

En resumen, Haggard, al igual que Pirro, salió victorioso pero a un costo alto, que hizo que sacrificaran el enérgico y emotivo show que suelen presentar, por externalidades imposibles de resistir, algo así como la fuerza mayor, pero que se agradece el profesionalismo, la entereza y su cariño, que en ningún momento quedó en duda.

GALERÍA COMPLETA

Fotografías por Diego "Tío R" Pino

Review por Marcela Reyes



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1 Comentarios

  1. Y pensar que el arreglo de luces y la pantalla estuvieron un escalón arriba. Lo del DJ impresentable por donde se le mirara. Es cierto que quedaba poco, pero podía aguantarse unos pocos minutos

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