#Livereview - Hypocrisy: Death Metal desde el Abismo

En una noche cargada de brutalidad y mística, el death metal se apoderó de la Sala Metrónomo en Santiago. En esta íntima velada, donde cada banda dejó una marca única, los legendarios Hypocrisy lideraron el cartel, reafirmando por qué sigue siendo uno de los pilares indiscutibles del género. Acompañados por agrupaciones de peso, cada minuto fue una exploración del abismo musical, conectando a los asistentes con la crudeza y fuerza del death metal. Invitando al público a terminar la semana con una buena dosis de música extrema sumergidos en la brutalidad de la propuesta de cada banda. 

La jornada en la Sala Metrónomo arrancó a las 7:20 pm con el esperado y contundente espectáculo de la banda nacional Undercroft. A pesar de un leve retraso, el inicio marcó el tono preciso, encontrando casi la mitad del recinto lleno y listo para lo que sería una velada cargada de energía. La banda local, con más de tres décadas de experiencia en la escena, irrumpió en el escenario del barrio Bellavista con una puesta en escena explosiva y un sonido robusto, logrando captar la atención de los presentes desde los primeros acordes. La respuesta del público fue tan sólida como la ejecución de la banda, que se mostró profundamente agradecida de culminar su gira en Chile, compartiendo tablas con grandes exponentes del death metal. La conexión de Undercroft con su audiencia fue total, una apertura vibrante y llena de fuerza.

Grá, la banda sueca de black metal, subió al escenario cerca de media hora más tarde, añadiendo una dosis de oscuridad y misticismo a la noche. Los escandinavos liderados por Heljarmadr, en su segunda visita a Santiago, enfrentaron algunos problemas técnicos que retrasaron su actuación, pero lejos de afectar la calidad del espectáculo, este imprevisto pareció elevar la expectativa en el público. Una vez listos, la banda dio lo mejor de su repertorio, consolidando su estatus de culto con una ejecución impecable y una atmósfera sombría que hizo vibrar cada rincón de la Sala Metrónomo. Grá reafirmó su potencia en vivo, convirtiéndose en el primer plato fuerte de la jornada y cautivando a quienes estaban allí por ellos o por la oportunidad de presenciar un black metal de calidad.

Sumergiendo a los presentes en una atmósfera sombría y mística que solo el black metal puede crear. A pesar de los contratiempos técnicos, los suecos lograron superar el retraso con profesionalismo y autogestión, afinando sus instrumentos en el escenario y aumentando así la expectativa de su audiencia. Cuando finalmente desataron su set, la banda entregó un espectáculo hipnótico y cargado de intensidad, con Heljarmadr a la cabeza y una ejecución impecable que recordó por qué Grá es una banda de culto. La Sala Metrónomo se llenó de una oscuridad envolvente, y los seguidores de Grá disfrutaron de un repertorio que transportó al público a las profundidades de la tradición black metal escandinava.

Para entonces, la audiencia estaba encendida, y el turno fue para Infected Rain, banda conocida por su estilo de death metal moderno, liderada por una front woman cuya energía y carisma llevaron al público a un nuevo nivel de euforia. Con un sonido poderoso y actual, los músicos demostraron su capacidad para mover a una audiencia chilena, que si bien acudió mayoritariamente para ver a Hypocrisy, se mostró receptiva y entusiasta. La vocalista de Infected Rain fue fundamental en este sentido, invitando al primer mosh pit de la noche e interactuando intensamente con los presentes. La banda dejó claro que el metal extremo en la Sala Metrónomo tendría una representación dinámica y provocadora, que no dejaba indiferente a nadie. Con esta actuación, Infected Rain no solo mantuvo la atención del público, sino que elevó aún más la energía y expectativa para el cierre de una noche memorable en la escena del metal extremo.

El cuarteto trajo una explosión de energía y modernidad al escenario, marcando un cambio en la dinámica de la noche. Liderados por una vocalista carismática y con un estilo enérgico, el grupo logró que el público rompiera su quietud, incitándolos a moverse y a participar en el primer mosh pit de la noche. Con una propuesta fresca que combinaba el death metal con elementos contemporáneos, la banda se ganó la simpatía de una audiencia inicialmente escéptica. Infected Rain destacó por su capacidad de interactuar con el público chileno, conectando a través de una interpretación poderosa y emocional. La vocalista se encargó de mantener la energía alta y de hacer de su show un momento clave de la noche, preparando el ambiente ideal para el tan esperado cierre con Hypocrisy.

El momento que todos esperaban llegó cerca de las 22:30 horas, cuando Hypocrisy apareció en el escenario y sumergió a la Sala Metrónomo en un ritual de oscuridad profunda. La entrada de Peter Tägtgren y compañía desató una ola de euforia que recorrió al público de principio a fin. Con cada acorde inicial, se sentía la devoción de los seguidores, quienes no dejaron de corear y levantar los puños al aire, mostrando una entrega total. La atmósfera era densa y envolvente, llena de energía contenida que estallaba con cada golpe de batería y cada riff preciso. Hypocrisy logró lo que pocos pueden: generar una conexión palpable con el público, envolviendo a los presentes en una experiencia colectiva que trascendía el mero acto de escuchar música.


El show fue un despliegue de maestría musical. Hypocrisy ofreció una presentación precisa y limpia, en la que cada integrante demostró un nivel de dominio técnico que solo se logra tras años de experiencia en escenarios de todo el mundo. Las guitarras rugían con una claridad impresionante, y la sección rítmica se mantenía firme y potente, marcando cada cambio de tempo con una precisión implacable. La voz de Tägtgren, cruda y penetrante, resonaba a la perfección, guiando al público a través de un recorrido por los clásicos de la banda y sorprendiendo con detalles en cada interpretación. No hubo margen para errores; todo parecía calculado y ejecutado con el respeto que Hypocrisy muestra hacia sus canciones y hacia quienes los acompañan desde hace décadas.

Este show de Hypocrisy fue especial no solo por la calidad de la música, sino por el formato íntimo que finalmente lo envolvió. Originalmente pensado como parte de un festival de mayor envergadura, la cancelación del evento llevó a que el concierto se realizara en la acogedora Sala Metrónomo, lo cual elevó la experiencia para los seguidores. En este entorno reducido, cada acorde y cada palabra de Tägtgren resonaron de manera más cercana y poderosa, generando una conexión palpable entre banda y audiencia. Esta proximidad permitió que los asistentes sintieran cada matiz y detalle del repertorio, convirtiendo la presentación en una experiencia única e inolvidable para quienes tuvieron la suerte de presenciarla.

A lo largo de la presentación, la audiencia no dejaba de vibrar, respondiendo a cada llamada de Tägtgren y acompañando los coros de temas legendarios como "Adjusting the Sun", "Eraser" y "Roswell 47". El público chileno, conocido por su fervor hacia el metal, no decepcionó; coreaban cada letra y, entre aplausos y gritos de admiración, dejaban claro que el respeto hacia Hypocrisy era total. La conexión fue tan intensa que el tiempo pareció detenerse. La banda no solo entregaba música, sino que guiaba a sus seguidores a través de un viaje emocional y sonoro. Con cada canción, Hypocrisy reforzaba su estatus de leyenda, sellando una noche que quedará en la memoria de todos los asistentes como el rescate adecuado de una jornada. 

Setlist Hypocrisy

1. Fractured Millennium

2. Adjusting the Sun

3. Eraser

4. Pleasure of Molestation

5. Osculum Obscenum

6. Penetralia

7. Fire in the Sky

8. Warpath

9. Don´t Judge Me

10. Children of the Gray

11. Roswell 47


Reseña: René Canales

Fotos: Cristián Belano

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