Una de las noticias que golpeó fuerte este año en el universo del prog fue el retorno de Mike Portnoy a Dream Theater, quien tras 13 años de ausencia volvía a la banda a devolver el motor y el corazón de aquella banda que fundase junto John Myung y John Petrucci a mediados de los 80. El retorno llegó acompañado por una gira mundial que celebra sus 40 años de trayectoria y uno de sus pasos obligados era Chile, con dos Movistar Arena repletos. Así que cuando nos invitó Lotus nos fuimos equipados al Parque O'higgins, para presenciar el retorno de una de mis bandas favoritas, y en minutos como este recuerdo a Felipe diciendo que se debe ser objetivo, pero lo siento, acá viene mucho texto de un groupie.
Lamentablemente tengo que iniciar diciendo que por los horarios no alcanzamos a ver al telonero, Baxty, pero por los comentarios, al parecer tuvo una sólida presentación. Para cuando logramos entrar, ya eran las 20:40 aprox, y al circular por la cancha frontal se sentía la tensión en el aire a la espera de Dream Theater, con un movistar a la mitad de su capacidad y un telón que cubría el escenario con un arte en conmemoración de sus 40 años y que hacía algún guiño a los distintos discos de la banda.
De pronto, se rompió el silencio cuando comenzó a sonar Prelude de la banda sonora de la película "Psycho", junto a esos violines que pronosticaban la llegada del quinteto, pero solo aumentaban la ansiedad en el aire, de un Movistar Arena que a esa hora se encontraba repleto. Y en un abrir y cerrar de ojos cae el telón, y aparece Dream Theater tocando "Metropolis Pt. 1: The Miracle and the Sleeper" y provocando la locura total en el lugar, transformando la cancha frontal en una marea de gente que se movía sin sentido, y saltando como deschabetados, y si bien yo estaba en medio de esa locura, a metros del escenario, me dejé llevar por las emociones, sin pensar que se venían casi 3 horas de show.
Luego la banda siguió con Act I: Scene Two: I. Overture 1928 y Act I: Scene Two: II. Strange Déjà Vu, parte del que quizás sea su disco más amado por los fanáticos "Metropolis Pt. 2: Scenes from a Memory" (1999), y escucharlo fue llevarme directamente a mi adolescencia, porque no se cuantas veces lo habré escuchado, cuantas veces habré visto ese dvd pirata, cuantas veces habré puesto esos temas en la videorockola del cine hoyts de estación central o del telepizza de san bernardo, cuantas veces habré soñado con tener esa camiseta de Portnoy, y cuantas veces habré imitado cada instrumento imaginando que el que tocaba era yo, a mis tiernos 14 años.
Yo sé que muchas veces lanzamos el chiste de que Dream Theater es soporífero, pero no es más que un meme, y ahí se vivía el prog a concho, saltando, gritando e intentando moshear, pero el público solo intentaba moverse hacia adelante, para ver a la banda lo más cerca posible. Esto provocó que su vocalista, James LaBrie, tras saludar, pidiera que se les diera agua a las primeras filas, porque no exagero cuando digo que todo era una locura.
LaBrie nos recordó que había mucho que celebrar, que este era su aniversario número 40, pero que sobre todo celebrabamos "el retorno de un hermano de otra madre", el retorno del todo poderoso Mike Portnoy, y quizás esto es muy personal, pero sin desmerecer el trabajo de Mangini, siento que Portnoy le devolvió el alma a Dream Theater, luego de algunos discos un poco confusos en los que no lograban dar del todo con el tono que buscaban. La banda golpeó con un tema más pesado y más antiguo, The Mirror, de su disco "Awake" (1994) con el que se intentaron abrir los primeros espacios para poder moshear al estilo chileno, pero sin mucho éxisto, ya que como lo dije, todo el mundo solo se movía y saltaba hacia delante para estar lo más cerca posible del escenairo.
Tema tras tema la dinámica se repitió casi todo el concierto, muchas veces preguntandome de donde sacaban tanta energía. Antes de tocar Barstool Warrior, LaBrie recordó su primera visita a Chile junto a Dream Theater, la que calificó como "inolvidable". Esto fue por allá por el lejano 2005, en donde viví uno de mis primeros concierto masivos, en la pista atlética del Estadio Nacional, y en aquella ocasión muy lejos del escenario, junto a mi hermano, temblaba de emoción, y esta vez, con este setlist, y con esta alineación, tenía la misma sensación y volvía a tener 15 años, volvía a revisitar los discos de Dream Theater, volvía a soñar con alguna vez tocar como Petrucci, y se me volvía a quedar la cartulina en la casa el día de la disertación.
Luego de tocar As I Am la banda se retiró a un break de 15 a 20 minutos, momento en el que encendieron las luces y me vi todo mojado, entre un montón de gente igual de sudada y extasiada, por el gran serlist que traía la banda, con el que recorrieron desde "Images and Words" (1992) hasta "Distance Over Time" (2019). Y fue en ese momento que recordé las palabras de LaBrie diciendo que esto era una celebración, porque hace mucho tiempo que no veía una cancha "vip" o "frontal" tan prendida, lo que siempre le suma puntos a lo que uno vive en un concierto.
La banda regresó tocando Night Terror, el primer single de su próximo disco "Parasomnia" (2025), y me sorprendió que mucha gente ya podía corearla, demostrando que la banda no es solo un reflejo de 40 años de carrera, si no que aún les sobrea talento para componer grandes canciones. Luego de seguir con la tónica de marea, de tira y afloja entre los asistentes, llegó una bocanada de aire con Octavarium, canción del álbum del mismo nombre, con 24 minutos de duración y una intro a cargo de Jordan Rudess que te lleva por parajes tan distantes y desconocidos que es el momento ideal para sacar un guata de sapo y lanzarse al abismo del universo.
Dream Theater cerró la noche con dos grandes clásicos como lo son The Spirit Carries On y Pull Me Under para poner la guinda sobre la torta de estos 40 años de existencia. La verdad es que sobre el sonido de la banda en vivo ya se ha dicho todo en innumerables ocasiones, que ya casi llega a ser un cliché decir que la banda suena en vivo exactamente igual que en los discos, algo muy poco frecuente, pero son tan buenos músicos y se conocecn tan al dedillo que es difícil encontrar errores. El despliegue escenico de LaBrie, Rudess que en todo momento intenta lanzar algo nuevo, poniéndole una pantalla led a su teclado, con esos pedestales que se giran y doblan a voluntad, un Myung que lo que no tiene de personalidad lo suple con una técnica exquisita, un Petrucci que definitivamente viene de otro planeta y Portnoy que parece que jamás se hubiese ido, levantandose constantemente de su asiento para gritar, saludar y animar a la multitud. Más allá del meme de que Dream Theater tiene canciones largas y que da sueño, es una banda increíble, que recomiendo encarecidamente ver en vivo.
Setlist
Act I: Scene Two: I. Overture 1928
Act I: Scene Two: II. Strange Déjà Vu
The Mirror
Panic Attack
Barstool Warrior
Hollow Years
Constant Motion
As I Am
Night Terror
Under a Glass Moon
This Is the Life
Vacant
Stream of Consciousness
Octavarium
Act II: Scene Six: Home
Act II: Scene Eight: The Spirit Carries On
Pull Me Under
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