#LiveReview: Jinjer en Chile "Erigiendo nuevos ídolos"

Jinjer es una banda ucraniana que causó sensación a mediados de la década pasada, con una mezcla de groove, metal moderno e incluso reggae en sus inicios que le deba un tono bastante fresco, todo esto amalgamado por el metal progresivo que amarraba todo con mezclas, polorritmias y métricas complejas, y comandados por una voz alucinante como la de Tatiana Shmaylyuk, quien en cosa de segundo puede pasar de voces bellísimas a poderosos guturales de ultratumba. Con esas credenciales y con un nuevo disco que promete volarte la peluca, Jinjer volvía a Chile, está vez al Teatro Caupolicán, acompañado por los poderosos Heaven Shall Burn, y la nueva revelación nacional Decessus, convirtiendo esta noche en un torbellino seguro de guturales, riffs y dobles bombos que te dejarían en el suelo.

Siendo las 6 en punto se abrieron las puertas dejando entrar una marejada de gente que corría a apostarse en la reja del escenario del Caupolicán y es increíble que siendo tan temprano, se sentía en el aire ese tufillo a ansiedad que expelemos los millenials y Gen Z en cualquier situación mínimamente estresante o emocionante, transformando el teatro en un festival de tatuajes, medias largas, tatuajes en el cuello y expansiones, todos expeliendo Jinjer por los poros.

A las 6:30 hace su debut en grandes escenarios la banda nacional Decessus, quienes se posicionaron rápidamente en lo más alto de la escena debido a lo mediático que fue la participación de vocalista, Ignacia Fernández, en el concurso miss chile. Pero ojo, no hay que detenerse ahí, ya que esto es solo un dato anecdótico, porque han sabido capitalizar su nivel de prensa, gracias a su talento y nivel profesional que han demostrando. Con apenas 4 singles oficiales, han logrado remecer el ambiente pese al hate que han recibido a través de las redes (porque si, mientras más te expones, mayor es el nivel de odio que recibes, porque lamentablemente así es nuestra idiosincrasia).

La banda se paró como si tuviese una basta trayectoria, remeciendo el teatro y moviendo al público asistente que desde muy temprano ya llenaba la mitad de la cancha. Y gritando, saltando y aplaudiendo, se hicieron parte del espectáculo. Cayeron grandes solos de Carlitos Palma en la guitarra (que de verdad está en otro nivel), fills de batería furiosos por parte de Martin Fénix, el toque rápido de slaps de Jaime Pape, coronado por la voz de Ignacia que lo da todo sobre el escenario.

Nada los pudo detener, ni si quiera el que Carlos haya cortado la primera cuerda de su guitarra y tan solo 6 canciones les bastaron para echarse al público al bolsillo y demostrar el por qué han causado tanto revuelo, el por qué ya van a salir a tocar al extranjero y que tienen más que ganado su espacio en la escena nacional, que hacer la cosas bien trae grandes frutos y quizás lo de Ignacia fue el empujón que necesitaban, pero de ahí en más ha sido su trabajo, su composición, los videos de alta factura los que han hablado por ellos. Esperamos con ansias su disco de larga duración.

Luego llegó el turno de Heaven Shall Burn, donde entró su vocalista, Marcus Bischof, entró con una camiseta chilena y entregando su micrófono como ofrenda a un Caupolicán que ya estaba casi lleno, e iniciaron con una patada a la mandíbula tocando Endzeit , demostrando que la jornada sería ruidosa y violenta. Los alemanes ya tienen mucho oficio y encendieron no solo el cielo, si no que el Caupolicán entero, con grandes temas como Hunters will be Hunted y Voice of the Voiceless, desatando moshs que ocupaban la cancha casi en su totalidad.

El guitarrista, Maik Weichert, se tomó un momento para contar lo felices que estaban de volver a Chile, pero que no solo eran palabras de buena crianza, si no que tenían un lazo especial con el país, ya que fueron a la escuela con muchos chilenos exiliados por la dictadura, y crecieron escuchando historias de salvador Allende, Víctor Jara y Pablo Neruda, sumado al público que los recibe con una energía increíble, la experiencia se transforma en maravillosa.

La furia de la banda no deja a nadie quieto, golpea como un martillo y hacen crecer más y más los mosh pits, coronando con un wall of death que primera vez que me toca ver que resulta tan bien. Tanta fue la impresión que Marcus que pidió que todos nos cuidáramos entre nosotros, que disfrutáramos de la jornada, que éramos un público maravilloso con una energía increíble y enarbolando una bandera chilena con un “No + Rodeó”, seleccionó a un asistente para que liderará el mosh el que ocupó casi todo el Caupolicán, transformándose en un remolino de furia al son de los riff s incansables de Heaven Shall Burn.

Con aplausos de parte de los alemanes hacia los asistentes, la banda comenzó a despedirse regalando de todo, hasta una uñeta que Maik se sacó del trasero, y una vez acabadas las baquetas, uñetas, setlists y muñequeras, ya sin más que lanzar, el mismo Marcus se abalanzó sobre la muchedumbre en señal de agradecimiento por tal nivel de locura desplegada por el público, que obviamente fue recíproco de parte de la banda que nos brindó un espectáculo lleno de violencia, riffs veloces y dobles bombos a morir.

A las 9 en punto, partió el plato fuerte de la noche, y con una introducción melodiosa que desembocó en Just Another, Jinjer le entregó la vida a su fanáticada que los esperaba desde muy temprano. A esa altura con un Caupolicán repleto, la banda atacó con Sit Stay Roll Over para cerrar su contrato con Chile y desatar la locura de la audiencia, seguida por Ape. Sin respiro alguno, Tatiana preguntó "Les gusta el hardcore?" y la banda golpeó con  furia tocando Fast Draw, canción nueva que probablemente forme parte de su nuevo álbum, próximo a salir este 2025, seguida por su más reciente single Green Serpent.

Y si, escribo esto así, canción tras canción, porque así fue el show, la banda siguió su hilo conductor sin detenerse, un par de bocanadas entre canciones y seguía asfixiando, con un repertorio que repasaba su historia, así como presentaban sus nuevas composiciones, que para mi sorpresa, la gente ya coreaba pese a llevar un par de semanas al aire. El Caupolicán se volvió una marea de gente con muy espacio para moshear, si no que más bien se dejeban llevar por el vaivén de la muchedumbre intentando avanzar hacia la reja. Todo era felicidad hasta que sonó Teacher, Teacher, cuando por fin logró desenrrollarse la masa para comenzar a girar sin control.

Hay pocas palabras que se puedan utilizar para describir a Jinjer sin utilizar adjetivos archimanoseados por otros pasquines, y por este mismo la verdad, así que en este párrafo me remitiré a contar mi historia. Y la verdad que comienza con bastante escepticismo, ya que en el 2022 los fui a ver al Teatro Coliseo, y nunca me acomodó el sonido, quizás por lo mismo veía a la banda cansada, o fuera de si, realizando un show por cumplir, sumado un setlist apoyado en "Wallflowers" (2021), que no terminaba de convencer. Pero esta vez me volaron la peluca, y me comí todas mis palabras porque el show no tuvo puntos bajos, y el setlist fue muy redondo, prueba de ello es que solo tocaban Copycat del disco ya mencionado. Con una Tatiana más calibrada que nunca, Vladislav que entre dobles bombos y notas fantasmas se sentía el motor de cada tema, Roman que sabe equilibrar muy bien su pulso para ser gentil con la uñeta para luego pasar a destrozar las cuerdas, y Eugene que tiene una técnica tan exquisita, quentre tap, slap, dedos y hasta uñeta, no se que podría hacer mejor.

La banda decidió cerrar con todo, tocando Perennial y uno de sus nuevos trabajos Rogue, canciones rápidas, potentes y violentas que dejaron los ánimos por los cielos, para retirarse del escenario con la energía a tope. Luego de algunos minutos volvieron al escenario para cantarle el feliz cumpleaños al "pelado" Vladislav y ponerle broche de oro a la noche con Pisces, la canción con la que salieron al mundo, o al menos con la que los conocí yo, en donde ensalzaban su estilo clásico Jinjer de iniciar con arpegios y acordes melodiosos, con voces angelicales para pasar a un coro pesadísimo con riffs potentes y guturales de ultratumba.

La verdad es que salí del teatro con una sonrisa de oreja a oreja, extasiado aún por todo lo vivido, y solo pensaba "ooohhh la wea wena", no solo por Jinjer, si no porque las tres bandas dieron espectáculos muy buenos, dejando todo sobre el escenario, sudando gota a gota, riff a riff, cosa que no veía hace un rato en un show, demostrando que cada uno de ellos quería realmente estar aquí tocando para nosotros. Y sin lugar a dudas logré saldar mi deuda con Jinjer, disfrutando completamente de su show esta vez y retirándome agotado pero cagado de la risa, pensando que quizás fue uno de los mejores shows del año.

Setlist

Decessus

The Awakening (intro)
Traitor
My War of Pain
Red Abyss
Dying Hope Blossoms
The Eyes of Severe Tongues
Deliverance

Heaven Shall Burn

Intro
Endzeit
Bring the War Home
Übermacht
The Weapon They Fear
Hunters Will Be Hunted
Voice of the Voices
Behind a Wall of Silence
My Heart and the Ocean
Black Tears
Empowerment
Corium

Jinjer

Intro
Just Another
Sit Stay Roll Over
Ape
Fast Draw
Green Serpent
Retrospection
Teacher Teacher
On The Top
I Speak Astronomy
Someone's Daughter
Kafka
Copycat
Perennial
Rogue
Pisces


Escrito por Ramiro Jorquera
Fotografías por Diego Pino

Publicar un comentario

0 Comentarios