Dentro de las bandas destacadas de la ola del progressive metal de la década del 2000's surgió Texture, una banda neerlandesa que, si bien comenzó con un estilo muy apegado a la escuela de Meshuggah y Fear Factory, pronto comenzó a experimentar con otros sonidos más cercanos, aun, a la dicotomía caos y orden: jazz.
Esto me hizo recordar mucho a lo que escribió Eric Hobsbawm sobre el jazz, que a pesar que no se encuentra aun una versión español, si podemos rescatar fragmentos como El jazz maduro (a partir del estilo bebop) no mostraba ningún interés por conquistar un público numeroso. Existía un implícito rechazo a la popularidad. Rechazar el éxito (excepto si éste se ajusta a las condiciones inflexibles que pone el artista) es una actitud característica de la vanguardia, y en el jazz, que siempre ha vivido del cliente que paga, las concesiones a la taquilla parecían especialmente peligrosas para el intérprete que aspiraba a la condición de artista”
En un artículo, llamado "El Jazz Llega a Europa", Hobsbawm es directo en decir porque triunfó este estilo de música urbana, rechazando su marcado estigma de "intelectual. "El jazz no se abrió camino y triunfó como música para intelectuales, sino como música de baile, , especificamente, para un baile social revolucionado y transformado de las clases media y alta británica, pero también, y de forma casi simultánea, del baile de la clase obrera británica."
De esta manera, el jazz no debe buscarse como una clave más de intelectualidad, sino de como llega a una base un poco más popular, lo que a veces se logra con la mezcla con un género más permeable como es el metal y que no comparten, hasta este momento, oyentes con el jazz.
Estos, creo, son parte de los mismos movimientos musicales que realizan las bandas de metal progresivo, ya desde la década de los 2000's, como es el caso de Textures, llegar con el jazz no para darle más dotes intelectuales a la música progresiva, de la cual, por desgracia, ya se encuentra atiborrada, sino para darle una cercanía con el público y demostrar que un par de chascones pueden traer una música que parece ser conservatorio.
Así, con su trabajo, Sillhouettes del 2008, con un enfoque técnico y trabajado, prontamente se comienzan a recibir los primeros pincelazos de jazz", sin dejar de lado los machacazos de un metal moderno con "Old Days Born Anew" o "Awake", donde se dan quiebres polirrítmicos típicos de jazz, unidos a cambios limpios y guturales.
Pero donde ya comienza a engarzarse por completo el jazz y el metal progresivo es Dualism, del año 2011. En este disco Texture alcanzó su pick, con un virtuosismo necesario en este estilo, un completo balance melódico, lograron introducir el jazz, incluyendo la improvisación tan característica, como si siempre estuviese ahí, como una completa adjunción, pudiendo sobrevivir cada una separada de la otra, per que juntas adquieren un inconmensurable valor, ejemplo de esto es "Reaching Home".
Todo esto no es con el fin de intelectualizar el metal, sino al contrario, de acercar el claustro musical, la torre de marfil, los dogmas musicales a un público que, si bien no quiere bailar, quiere moshear, golpearse y saltar, en una danza similar a la que querían también realizar los obreros que por primera vez escucharon esas melodías y ritmos espontáneos, un caos y un orden, la belleza y la destrucción.
Todo dentro de una dicotómica explosión que rompe lo cotidiano, una fuga, un punto de fuga en lo diario a la libertad, la idea de libertad y el espíritu que subyace detrás de todo ideario revolucionario, como ya dijera Eric Hobsbawm, pero que busca alejarse de esa chapa intelectualoide que muchos adeptos al progresivo le dan, sino más bien acercar oyentes a la academia musical, no con enseñanzas de escalas irracionales, sino con sonidos cotidianos.
Recuerda que Texture será parte de la tercera versión del Cl. Prog este 2025. Entradas a la venta por Passline.
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