Desde el comienzo mismo que en el aire se podía sentir el olor a azufre producto de una de las veladas más brutales de éste primer trimestre, es que con grandes nombres las ganas eran inmensas y eso se podía ver y sentir incluso a cuadras de la Sala Metrónomo, que albergaría a más de un centenar de almas perdidas que terminaban su procesión en Barrio Bellavista y ser testigos de una verdadera aplanadora sonora que pasó no una ni dos, sino que tres veces sobre nosotros.
Overtoun nos sorprende con un show muy acotado, en el cual supieron aprovechar su breve estadía sobre el escenario para lanzarnos canciones muy conocidas como “Toxin” y “Pitch Black” junto a un par de temas nuevos que desde ya me hacen esperar material nuevo de éstos chilenos. Yoav, quien en voz hace eco de su extraño acento y nos dice que, si bien es cierto él es de procedencia mexicana “estos weones son chilenos”, refiriéndose a sus compañeros, quienes recibieron una pequeña ovación de un público que aún ocupaba el recinto de forma tímida pero entusiasta, en una presentación que tuvo de todo, vítores, coros y los primeros mosh de la jornada.
Atheist por su parte tuvo un inicio un tanto alargado, cosa que puso algo nerviosos a más de un comensal que luego de la intro de “No Truth” les tomó algo de tiempo comenzar, pero una vez arriba, el show fue supremo, uno a uno iban cayendo canciones de una discografía más bien discreta, pero con la que se han ganado a pulso un status de banda de culto dentro del Death Metal, que, con sus toques progresivos e influencias de varios géneros como el Jazz, cautivaron a la audiencia. Tras terminar “Mineral”, Kelly Shaefer en la voz se toma un tiempo para dejarse querer recalcando que la gira latinoamericana de la banda comenzaba acá, lo que generó una respuesta febril del público y dar pie a “Enthralled in Essence”. Cerca del final Kelly vuelve a tomar la palabra para decir como en 1991 hicieron una canción que pareciara ser muy vigente a día de hoy y dar pie a “Mother Man” y finalizar éste viaje en el tiempo con “Piece of Time”.
Si bien es cierto ya nos podíamos dar por satisfechos con la rpesentación anterior, aún quedaba un plato fuerte, y muy fuerte, ya que Cryptopsy se tomó el escenario por asalto y sin mediar palabra alguna nos lanzaron las podridas notas de “Slit Your Guts” que iniciaría una presentación brutal en el amplio sentido de la palabra. El cuarteto canadiense lanzaba canciones de su repertiorio a destajo, casi sin descanso y apenas comunicándose con su público un par de veces. Con una joya del calibre de “As Gomorrah Burns” (2023) realtivamente fresco aún era natural que en canciones como la que inició o “Flayed the Swine” y "Godless Deceiver" el público se maravillara con la potente presencia de Cryptopsy, mención aparte para Matt McGachy quien tenía un vozarrón con el que se cachetoneó durante todo el concierto pero que para “Sire of Son” nos sorprendió con un scream que pareció durar una eternidad, dejándonos completamente boquiaviertos.
A estas alturas ya no había alma que no fuera tocada por el caótico y preciso espectáculo del cuarteto, pero Cryptopsy es una máquina de moler que llegó perfectamente aceitada y lista para liquidar con clásicos de grueso calibre como "Benedictine Convulsions", "Phobophile" que tiró la Metrónomo al suelo y terminar su carnicería sónica con "Orgiastic Disembowelment", donde el mosh parecía cubrir todo el recinto y no había un sólo presente fuera de éste.
Aunque aún hoy en día se hay muchos subgéneros que generan cierto rechazo entre los fanáticos más fundamentalistas del Metal más pesado, me maravilla como el tiempo ha sido capaz de extender y diversificar tanto a un estilo como el Death Metal, que va desde lo más directo y crudo como en Overtoun, a lo más progresivo con Atheist, hasta lo más brutal, pesado y técnico como con Cryptopsy, lo que hoy nos ha abierto un sitial especial para disfrutar de éste tipo de bandas en vivo, y poder ver la brutalidad en todo su amplio espectro.
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