En el oceano de cobertura que hay del mamotreto que es el Lollapalooza, me entusiasmaba mucho hacer esta cobertura que si hay algo de lo que yo soy fan es el contraste. La energía al entrar al Teatro Cariola era de manía y destajo. Todavía faltaba para que subiera al escenario el primer grupo de la jornada, Hacha, pero aún así la gente estaba inquieta, entusiasmada, algunos todavía enojados por el problema que hubo con el horario. Lo que si estaba claro es que esta noche sería una noche de impulsos, de desacato y de desprecio a la decencia humana y que sería hermosa.
Como se mencionó antes los encargados de abrir este evento fueron los curicanos, Hacha. Banda relativamente nueva formada por músicos con una extensa trayectoria, (particularmente la presencia de Roberto Barría, bajista de Nuclear) cosa que se nota en el material que nos a entregado la banda hasta ahora. Durante aproximadamente media hora la banda de tribalgrind se aseguró de preparar a los asistentes a lo que sería el resto de la jornada, con una actitud certera y sonido demoledor, en un inicio con problemas en la amplificación de la guitarra pero esto no fue nada más que un pequeño bache en la presentación.
Nunca pensé que hablando de una banda como lo es Gutalax hablaría sobre la calidad de sonido pero si me llamó la atención lo minuciosos que eran todos a la hora de setear todo, en especial el líder Martin Matoušek. La verdad es que incluso para hablar de caca hay que tener un método, la idea es ser chistoso pero jamás penca.
Sin ninguna transición o corte o elegancia pasamos de nostalgia ochentera directo a gore n’ roll cochino, el publico finalmente podía liberar su energía a destajo al son de “Fartherapy”. Es probable que en las primeras tres canciones ni si quiera se armó un mosh de verdad, solo era una masa de gente moviéndose e intentando bailar mientras eran bañados por una lluvia de cerveza y papel higiénico, un mar de caca esencialmente.
Dado a que el setlist neto duraría como media hora, nuestros amigos de República Checa se preocuparon de entregar distintos momentos de conversación, firmas de tazas de inodoros e interludios, el más entretenido fue el de “Celebration” de Kool & the Gang porque fue en este punto que el evento se convirtió en un auténtico carrete, probablemente porque la gente ya estaba más cansada y no querían seguir empujando adelante por lo que decidieron bailar.
Para los que se preguntan si se canta en los conciertos de Gutalax, pues claro que si! Si uno levantaba la oreja podías escuchar los mejores intentos de la gente de imitar los ruiditos de rana, unos pigsqueal de miedo y no olvidemos que “Diarrhero” tiene bastante letra, además de “Sredja Donald” canción de cierre que todos pudimos cantar juntos como buenos amiguitos que somos.Me di la libertad de no ser seria en esta reseña porque Gutalax se da la libertad de no tomarse en serio. No iba a dar la lata de hablar tanto tecnicismo y cosas así (aunque la banda da bastante de que hablar en ese ámbito) porque este evento en particular no se dio para eso. Esta noche en Teatro Cariola fuimos todos unos cochinos degenerados gritando “aguante la caca” sin ninguna inhibición o consideración por reglas sociales. El grind en general se da para esa dinámica pero el enfoque particular de la banda en la comedia y no necesariamente el shock hizo de esta noche un ambiente de desenfreno mucho más inmaduro y entretenido. Ni si quiera estaba tan presente esa “camaradería” que hay en otros géneros con dinámicas similares, si no que algo mucho más primal, era como un “simio no mata a simio”. Yo sostengo que esto es algo que se podría haber dado con esta banda, un show de mierda (positivo).
Reseña por: Fran P
Fotos por: Mario Del Río
Setlist
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