#Livereview - Lollapalooza Día 3: Cuando la realidad superó la ilusión


Llegó el ansiado día, años de espera llegan a su fin con lo imposible haciéndose realidad, Tool llega a Chile. El escenario quizás no era el esperado y es que Lollapalooza decidió dar la sorpresa de la vida en una de las jornadas más épicas y diferentes en estilos que el evento de Perry Farrel puede ofrecer.

Entre un mar de poleras negras, outfits dignos del pop actual y un clima que a ratos quemaba con el sol y helaba con el viento, Lollapaloza 2025 se preparaba para despedirse con una jornada extensa y que prometía cambiarnos a todos para siempre.

Candelabro


La jornada comenzó en el Smart Fit Stage con el talento juvenil de Candelabro, una banda que ha sabido consolidarse en la escena indie local con presentaciones a sala llena. Liderados por Matías Avila, demostraron que estaban a la altura del desafío con un show impecable, tanto en sonido como en puesta en escena. Acompañados de imágenes vintage del Chile de los 2000, lograron conectar con el público y dejar su huella en lo que, sin duda, fue uno de los días más importantes del festival.

Chances


Se ha dicho mucho de Chances, pero la verdad es que el conjunto con su propuesta de Metal Moderno ha logrado conquistar cada escenario que ha pisado y este no fue la excepción. Si bien compartían espacio en uno de los escenarios pop de la jornada, los fans poco a poco se fueron acercando a donde los guturales estaban y que hicieron saltar a los cientos de asistentes que mosheaban al ritmo de “Primero en Caer”, “Sendero” y “Arder Atemporal”. Destaca en esta pasada el rol de Tamara, quien se empoderó del escenario y aprovechó hasta la pasarela que tenía para llevar su sonido lo más cerca de los fans.

Turf


El rock argentino siempre es bien recibido en Chile, pero con Turf tuvimos una clase de elegancia en la ejecución. Con un espectáculo pulido y que tuvo invitados en las pantallas, el conjunto nos hizo vibrar desde temprano con las clásicas “Magia Blanca”, “Casanova” y “Pasos al Costado”. Un setlist que iba directo a lo mejor de su repertorio y incluso se permitió disfrutar un poco más de lo habitual con el cover “Lamento Boliviano” para seguir en el ambiente festivo y hacer que el canto no acabara.

Arde Bogotá


Los españoles de Arde Bogotá elevaron la energía en el Banco de Chile Stage con su pop rock directo y efectivo, logrando captar la atención tanto de quienes esperaban por los números principales como de aquellos que se acercaron por curiosidad o descanso. Si bien su propuesta no deslumbró en lo visual, la solidez de su sonido y su entrega en el escenario dejaron una buena impresión, consolidándolos como una apuesta cumplidora dentro de la jornada.

Cancamusa


Si bien destaca por tener una excelente trayectoria como baterista con agrupaciones de gran importancia como Los Bunkers o Mon Laferte, Cancamusa tiene motivos para brillar con luz propia. Solo con sus canciones, desde la batería o la guitarra, nos enamora con composiciones como “Te Conocí”, “Sin Miedo a La Profundidad” y “Horas Contigo”, pero también nos hace cantar y saltar con “Si Te Viera” o “Check”. Una performance breve y que aprovechó para dejar a todos los presentes en aviso de que ella va a resaltar siempre en cualquier escenario con su desplante y talento.

Lucybell


Lucybell es una banda que no necesita presentación, y su lugar en el escenario más grande del festival lo dejó claro. Con su reciente anuncio de separación y un exitoso show en el Movistar Arena aún fresco en la memoria, la agrupación ha cimentado su legado, atrayendo a un público cada vez más numeroso. Esa mística se hizo sentir el domingo en el CENCO Stage, donde la banda santiaguina ofreció un espectáculo digno de un headliner, demostrando que su despedida no es un simple adiós, sino la consolidación de su estatus en la historia del rock chileno.

Con un setlist cargado de himnos, Lucybell sacó la cara por el rock nacional y llevó al escenario los temas que los convirtieron en referentes de los noventa, como Sálvame la vida y A perderse. Su presentación, potente y emotiva, no solo deleitó a los fanáticos de siempre, sino que también dejó una marca imborrable en quienes presenciaron uno de los últimos capítulos de su historia. Fue un show a la altura de su legado, un vuelo final que se sintió tan nostálgico como inolvidable.

Inhaler


El indie rock de los de Dublin llegó para quedarse y es que la conexión entre Inhaler y el público nacional fue inmediata. Con una actitud rebelde y directa, pero que entre miradas conectaba a la perfección con sus seguidores, les ofrecieron un repaso a lo mejor que tiene su discografía.

Sonando intensos, pop y fácilmente pudiendo escalar al noise rock con su propuesta, los liderados por Elijah Hewson demostraron que tienen una fuerte fanaticada en el país, que no dudó en cantar clásicos como “Eddie In The Darkness”, “Dublin In Ectasy” y “My Honest Face”, para desatar la furia de Irlanda en un éxtasis en la capital como decía el letrero de una fan.

Tate McRae


Lollapalooza siempre ha sido una excelente vitrina para artistas que buscan posicionarse entre el pop, y varias de las divas de este estilo han pasado por el festival en números menores y Tate McRae en su paso por el continente deja más que en claro que está para conquistar la industria.

Simpática, carismática y cercana, pero por sobre todo talentosísima al ocupar cada espacio del escenario con sus bailes y su voz. Fue un show imperdible que hizo bailar y cantar a todos con “Exes”, “Sports Car”, “You Broke Me First” y el cierre de lujo con “Greddy”. Hoy Chile presenció el comienzo del auge de una nuestra estrella en dicho estilo y que en unos años encabezará estos eventos.

Los Tres


Siempre un obligatorio a ver en el lugar que sea. Los liderados por Álvaro Henríquez son sello de garantía y calidad, pero en esta ocasión decidieron optar por adaptar su “Revuelta” al Lollapalooza en un formato más condensado.

Con una explanada repleta, los locales nos hicieron cantar y bailar con “Torre de Babel”, “Déjate Caer”, “Amor Violento” y “He Barrido el Sol”. No obstante, uno de los mejores momentos de su show fue el espacio que dedican a nuestro folclore con el homenaje que hacen a Roberto Parra y que puso a la cueca en el centro del festival, con varios espectadores bailando en la cancha.

Teddy Swims


Probablemente uno de los factores más injustos, y que fue rápidamente comentando con la liberación de los horarios, era el tope entre Teddy Swims y Tool. No obstante, era un imperdible y nuestro equipo logró ver parte de un show que realmente prometía ser un punto alto y así fue.

Con una banda de lujo y apoyado de varios de sus coristas en duetos, Teddy Swims lució porque hoy en día en unos de los artistas más destacados a nivel internacional. Con una emotividad que sacó lágrimas a él y al público, sus canciones fueron altamente coreadas desde “The Door” y “Loose Control” a “Funeral” y “Bad Dreams”.

Teddy viene con un disco doble que no falla en nada y anoche lo dejó más que claro, demostrando que el producto final de sus dos LP’s es un show de muy alto calibre y que aún le queda mucho más por demostrar. Claramente el regreso es inminente, y si no pudiste estar, anota desde ya que acá había otro excelente show y que hizo a varios plantearse como culminaban su experiencia en el festival.

Sepultura


El primer gran golpe para nuestro equipo cayó como un mazo sobre el Smart Fit Stage. Sepultura, estandarte del metal sudamericano, hizo retumbar el festival con una presentación demoledora, condensando en menos de una hora la esencia de sus 40 años de trayectoria. Con Andreas Kisser como arquitecto sonoro y Derrick Green aportando su brutalidad vocal, la banda transformó el escenario en un campo de batalla sonoro, dejando claro que el metal también tiene su espacio en Lollapalooza Chile.

El repertorio fue un viaje por su legado, rescatando clásicos como Escape to the Void y Dead Embryonic Cells, que encendieron a los fanáticos más acérrimos, mientras que la única representación de su era más reciente, Kairos, sirvió como recordatorio de su vigencia. Sepultura no solo trajo su música, sino que instaló la liturgia propia del género: mosh pits, crowdsurfing y bengalas tiñeron la jornada de la energía salvaje que caracteriza a sus conciertos.

Todo esto llega como un broche de oro en el marco de su gira de despedida, una última oportunidad para ver a la banda más influyente del metal sudamericano en acción. En un festival donde la presencia del metal suele ser escasa, Sepultura dejó su marca con un show arrollador, confirmando que su adiós de los escenarios no será en silencio. No solo tocaron, sino que desataron un infierno en Lollapalooza, dejando claro que su legado se mantendrá vivo entre quienes estuvieron allí para presenciarlo.

Setlist

Refuse/Resist

Territory

Kairos

Attitude

Means to an End

Escape to the Void

Kaiowas

Dead Embryonic Cells

Agony of Defeat

Arise

Ratamahatta

Roots Bloody Roots


Tool


El momento más esperado no solo de la jornada, sino de todo el fin de semana, finalmente llegó. La espera, aunque oficialmente comenzó con el anuncio de su participación, en realidad se extendía mucho más atrás, a cada vez que el nombre de Tool aparecía en un titular, encendiendo la ilusión de su llegada. Y ahora, cualquier medición del tiempo se volvía irrelevante, reducida a un simple conteo vacío: Tool estaba aquí, en suelo chileno, convirtiendo en realidad lo que por años solo fue una fantasía. No en el escenario que alguna vez imaginamos mientras veíamos Séptimo Vicio en la televisión del living, pero sí en un espacio que conservaba ese halo de irrealidad, una ceremonia donde el artificio fue más que el fuego de cierre, y lo hipnótico dominó cada uno de nuestros sentidos.

Desde el momento en que los músicos tomaron sus posiciones, la aplanadora sonora cayó sobre el público con precisión quirúrgica. Cada integrante realizó su chequeo instrumental con una meticulosidad absoluta, ajustando cada sonido para encajar como una pieza hecha a medida en los silencios del show, donde lo único vacío era el cielo, cada vez más infinito. Los acordes no pasaban simplemente, sino que fluían como un río a través de los miles de oídos en sintonía. La voz de Maynard James Keenan fluctuaba entre el mandato de un profeta y el lamento de un prisionero atrapado en el abismo. Adam Jones sostenía la guitarra con una distorsión tan densa como la niebla, pero con la profundidad de un agujero negro. Justin Chancellor manejaba el bajo con la precisión de la aguja de un reloj, mientras que Danny Carey golpeaba la batería con la velocidad de un relámpago, pero con la exactitud de una computadora. No había margen de error, solo una maquinaria humana en perfecto funcionamiento.


Si hubo alguna interrupción, fue la breve desconexión de Chancellor durante Parabola, dejándolo sin sonido por unos instantes. Pero pocos lo notaron, sumidos en la inmersión absoluta del momento. Y si lo recordaron, lo hicieron con la certeza de que fue uno de los instantes más especiales del recital, un detalle que solo realzaba la belleza de la imperfección. Porque lo realmente hermoso está en la asimetría de las cosas, y eso es lo que las hace perfectas. Como bien dice el dicho, "Dios está en los detalles".

Sobre el setlist, poco se puede decir que no haya sido leído en otro lado: un verdadero lujo. No solo interpretaron los himnos esperados como Stinkfist y Schism, anticipados por los listados de otras fechas de la gira, sino que también entregaron sorpresas que nadie vio venir. La mayor de ellas: Parabol y Parabola, que después de diez años volvieron a sonar en vivo. El público, consciente de la magnitud del momento, respondió con una ovación indescriptible. Desde mi posición, pude ver correr tantas lágrimas en las mejillas como compases en la batería de Carey.


Lo vivido anoche fue mucho más que un concierto: fue el fin de una era y el sello de un pacto. Una confirmación de que la conexión entre Tool y su público chileno estaba intacta, a pesar del tiempo y la distancia. Finalmente, la banda pudo ver los rostros de quienes los esperaron con devoción, y en retribución, entregaron un show que no pudo ser más perfecto. No solo nos dieron su música, sino que nos ofrecieron el abrazo que tanto necesitábamos.

Por eso, los perdonamos, los agradecemos y los recordaremos. Lollapalooza 2025 quedará marcado como el hogar de aquel momento en que la realidad superó la ilusión.

Setlist

Jambi

Ions

Stinkfist

Fear Inoculum

Rosetta Stoned

Pneuma

The Grudge

Parabol

Parabola

Schism

Ænema

Vicarious

Fotos generales

Fotos de Tool

Reseña por René Canales y Felipe Pino

Fotos por Antonia Bisso y Lotus


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