Durante principios y mediados de la década de los 2000 el rock se tomaba las radios y la televisión, convirtiéndose en la moda del mainstream. Las bandas llenaban estadios en festivales con carteles que soñaríamos con tener y dentro de todas ellas estaba Incubus, quienes tras alcanzar la fama máxima con temas como Pardon Me o Drive, deciden dar un golpe de timón y armar un discazo como “Morning View”(2001). Hoy con la excusa de sus 23 años (originalmente era en los 20 pero pandemia's happen) la banda llegaba a nuestro país con dos fechas sold out en el Movistar Arena, y tras participar en el festival de viña se abrió un nuevo show en el recinto del parque O’Higgins que agotó entradas rápidamente, así que cuando Lotus nos invitó, ni lo pensamos y nos dirigimos al recinto a revivir nuestra adolescencia.
Con una parrilla de teloneros distintos para cada una de las tres noches, nos tocó entrar cuando cerraban su show Los Tetas, y la reformada banda liderada por Rulo y Cfunk hacía saltar al Movistar Arena al ritmo de Cha Cha Cha, para pasar a una tensa espera y con un recinto a la mitad de su capacidad. Eran pasado las 21:00 y la banda se hacía esperar, pero lo más sorprendente, es que pese a la hora, seguía entrando gente y más gente para repletar la primera noche sold out, hasta que comienzan a aparecer de la oscuridad los miembros de Incubus, para comenzar con una pequeña introducción para crear una atmósfera, para que todos entráramos en el ambiente de la Morning View road de California, y adentrarnos a su álbum con Nice To Know You y desatar la locura del lugar, convirtiendo la cancha en una marea de gente agolpándose en la reja, transformando rápidamente el lugar en una masa humana rodeada de sudor, gritos y lágrimas.
Incubus llegaba con la promesa de tocar su álbum “Morning View”(2001) en su totalidad, y siguieron el setlist calcado al disco con Circles y Wish You Were Here, que al finalizar al fin nos entregó un momento de calma, un momento para respirar que fue quebrado por Brandon Boyd y su HELLO!!! Para saludar a la muchedumbre que estalló en gritos y dar paso a Just a Phase y entrar en la zona más calma de la noche. Seguido por la sección acústica en donde tocaron una nueva versión de Blood on the Ground.
Tras tocar Mexico de la manera más íntima posible con Brandon y Mike sentados al borde del escenario, el público comenzó a gritar GAVIOTA! GAVIOTA! Recordando el paso de la banda por el festival de Viña del Mar. Tras esto, la banda rompió la calma con Warning, convirtiendo nuevamente la cancha en una masa viva que golpeaba la reja compás tras compás, acorde tras acorde, pulso tras pulso. Y como una montaña rusa la banda volvió a bajar el ritmo con Echo.
Luego de Have You Ever llegó el momento de las sorpresas, cuando mezclaron sus canciones con otras populares para convertirlas en remix bastante interesantes, y que al ser de dominio público, no dejaron a nadie sin corear. Primero fue el momento de Are You In, la cual aprovecharon para tocar In The Air Tonight del maestrísimo Phil Collins, y luego comenzaron a tocar el coro de Umbrella de Rihanna, para pasar a tocar Under My Umbrella y desatar el éxtasis llevando el nivel de sudor de los asistentes al siguiente nivel (lo bueno que en este público se notaba que había baño y buen shampoo).
La banda cerraba la conmemoración del “Morning View”(2001) con Aqueous Transmission, la que comienza con Mike tocando su Pipa Chino, pero tras lanzar los primeros acordes, el sonido se cortó, iniciando la carrera de los técnicos cambiando cables e intentando retomar el show pero no había caso. Nicole, la flamante nueva bajista de la banda, comenzó una pequeña línea de bajo, en la que se sumaron los demás miembros a improvisar para rellenar, sin embargo, no hubo éxito. Mike no se hizo esperar, y tomó su guitarra eléctrica, y tras presionar un par de pedales, se lanzó con la línea de Aqueous Transmission seguido por la banda, demostrando su profesionalismo, lo preparados que estaban y que nada iba a detener el espectáculo, aquí no ha pasado nada señores.
Después de una larga sección de aplausos, gritos y vítores, la banda cerró su ciclo conmemorativo poniendo en las pantallas la portada original del “Morning View”(2001) con el mensaje de “NOPE” para dar paso a la nueva portada de la reedición del álbum junto a su nueva bajista “Morning View XXIII”(2024). Pero obviamente esto no quedaría así, porque la banda inició su recorrido por sus grandes hits escogidos con pinzas para recorrer desde “S.C.I.E.N.C.E.”(1997) a “Light Granades”(2006) incluyendo un cover de Glory Box de la banda Portishead.
Incubus cerró la noche con Drive, su gran hitazo que los catapultó a la fama máxima, con un Movistar Arena repleto que ce caía en aplausos y gritos para la banda, provocando la grabación del público por parte de Nicole y José, quienes figuraban impactados y extasiados frente a la energía de la muchedumbre. Del show y el nivel de los músicos poco se puede decir, ya que como lo pudieron ver en Viña y a través de la televisión abierta, es impecable. La adición de Nicole Row (sin desmerecer el trabajo de Ben (o si?)) le dio una nueva vida a la banda, y trajo el Groove de vuelta, aunque muy distinto a lo que hizo algún día Dirk Lance, pero le entregó una nueva vida a la banda que se sentía un tanto perdida durante sus últimos trabajos. Brandon Boyd ya no tiene la voz de sus 20 porque obviamente los años no pasan en vano, pero se nota que ha trabajado para mantener su nivel y se agradece, y punto aparte es que verse así a los 48 años… ufa papá, pero no entraré en eso porque aquí no hablamos del cuerpo de otras personas.
José Pasillas es un espectáculo en si mismo, con patrones intrincados y dándole vida a cada canción, siendo el motor de la banda y sin fallar ni una nota y con un lenguaje corporal que hace parecer todo muy fácil (pero no lo es) y además demostrar que lo está disfrutando a mil. Chris Kilmore puede verse como alguien reemplazable, pero todo lo contrario, su trabajo es la dosis que cierra cada tema, creando ambiente y atmósfera, llenando cada rincón con detallitos, scratches y sintes que son los que nos enamoraron durante la juventud. Finalmente Mike Einziger se siente como el cerebro del grupo, con una creación de acordes que llama mucho la atención, invirtiendo y desinvirtiendo (si si si, no se dice así) para crear armonías exquisitas que termina de pintar con el uso de pedales y efectos que le dan el leitmotiv a cada pieza.
Se que me extendí demasiado pero shows especiales necesitan relatos especiales, y quizás puede ser la nostalgia o la romantización del pasado, pero escuchar el “Morning View”(2001) me llevó a emociones de adolescente , y reconectar con ese joven mozuelo que hubiese hecho cualquier cosa por haber estado ahí en primera fila viendo a Incubus, como dicen los jóvenes de ahora, regocijar a mi niño interior, y salir de ese lugar con la polera empapada no era más que una demostración simbólica de lo llenito que me quedó el corazón. Esta fue solo la primera noche de tres, así que no me queda más que decir que si puedes ir de la manera que sea (porque se agotó todo hace mucho tiempo), no te pierdas este increíble show.
Maravilloso relato me deja aún más hype para hoy!
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