La espera terminó. En una jornada marcada por suaves lluvias y el típico aire otoñal santiaguino, el Movistar Arena se convirtió en el templo del metal. Desde la hipnótica sofisticación progresiva de Opeth hasta la demoledora estampa del heavy metal británico de Judas Priest, la primera noche del Masters of Rock fue una celebración sonora inolvidable para todo amante del género.
Con un cartel de lujo compuesto por Pentagram Chile, Opeth, Savatage y los legendarios Judas Priest, el recinto vibró casi a su máxima capacidad. En Resistance, te contamos cómo vivimos este magno evento.
Pentagram Chile
En el marco de su celebración de 40 años de trayectoria, los pioneros del metal chileno, Pentagram, realizaron una demoledora presentación, que encendieron a las primeras almas que iban adentrándose a la arena, cerca de las 18 horas.
Con Anton Reisenegger a la cabeza, y en una presentación de casi media hora, el grupo desplegó una artillería sónica que culminó en el primer mosh pit del festival, cortesía del himno Demoniac Possession, piedra angular del thrash criollo.
Setlist Pentagram:
• Fatal Predictions
• Demented
• Evil Incarnate
• Possessor
• Demoniac Possession
Opeth: Elegancia y oscuridad en una sinfonía progresiva
A las 19:00 horas en punto, las luces se apagaron y el ambiente se transformó. Una ovación inmediata recibió a los suecos Opeth, que con su habitual mística dieron inicio a un espectáculo que osciló entre la introspección y la brutalidad controlada.
Liderados por un carismático Mikael Åkerfeldt —quien no solo brilló en lo musical, sino también en sus hilarantes interacciones con el público— la banda presentó un set enfocado en su más reciente trabajo, The Last Will and Testament, galardonado con un Grammy a Mejor Álbum del Año, siendo §1 la elegida para abrir el show.
La complicidad con los asistentes fue inmediata. El clásico “olé olé olé, Opeth” provocó que Åkerfeldt respondiera con una sonrisa y un “I know, we’re fxcking awesome”. Cada integrante fue presentado con apodos: él como Miguelito, Fredrik Åkesson como Peluca, Martín López como El Capitán, Joakim Svalberg como DiCaprio y Waltteri Väyrynen aún a la espera de su bautizo oficial. Además, Miguelito destacó su entusiasmo de poder compartir escenario con Judas Priest.
En cuanto al sonido, la atmósfera, la melodía y lo que transmite Opeth, la experiencia fue sencillamente hipnotizante y envolvente, algo que se reflejó claramente en el público asistente. Cada matiz y cada nota ejecutada por la banda fue apoteósico, reafirmando por qué son una de las agrupaciones más reconocidas dentro de la escena del metal progresivo.
Opeth brilló durante toda su presentación, un show que se extendió por casi una hora y media y que cerró con dos himnos: "Sorceress" y "Deliverance", dejando al público en un estado de absoluta admiración.
Setlist Opeth:
• §1
• Master’s Apprentices
• The Leper Affinity
• §7
• In My Time of Need
• §3
• Ghost of Perdition
• Sorceress
• Deliverance
Savatage: Debut con gloria y emoción
Los estadounidenses, que quizás eran la banda menos esperada por parte del público, terminaron sorprendiendo a todos con un show enérgico y efervescente, marcando así su primera visita a Chile. A pesar de la ausencia de su miembro fundador, Jon Oliva —quien no pudo presentarse por problemas de salud—, la banda de heavy/progressive metal volvió a los escenarios tras una década de silencio, y lo hizo con una química notable entre sus integrantes.
El sonido fue contundente y entretenido, con Zachary Stevens liderando con carisma, animando al público constantemente y manteniendo una gran sonrisa durante toda la presentación. Temas como "Edge of Thorns", "The Wake of Magellan" y "Handful of Rain" lograron generar una conexión inmediata con el público chileno, dejando claro que los años de ausencia no mermaron su capacidad para cautivar sobre el escenario.
Uno de los momentos más emotivos llegó con la interpretación de "Believe", donde se proyectó un video de Jon Oliva tocando el piano y cantando la canción, generando una atmósfera cargada de nostalgia que fue coreada por los fanáticos más acérrimos. Este pasaje audiovisual culminó en un homenaje al fallecido Criss Oliva, cerrando un bloque profundamente sentido. Finalmente, Savatage selló su regreso con una potente versión de "Hall of the Mountain King", desatando la ovación final del público.
Setlist Savatage:
• The Ocean
• Welcome
• Jesus Saves
• The Wake of Magellan
• Dead Winter Dead
• Handful of Rain
• Chance
• Gutter Ballet
• Edge of Thorns
• Believe
• Sirens
• Hall of the Mountain King
Judas Priest: Demostrando porque son los dioses del heavy metal
El plato principal de la jornada. A las 22:30 horas en punto, y con un público repleto de todas las edades —incluidos niños y jóvenes en cancha, demostrando que este género traspasa generaciones—, Judas Priest dio inicio a su presentación con Panic Attack, lo más reciente de su álbum Invincible Shield, entregando un sonido impecable, prácticamente idéntico al de estudio.
Los británicos, pioneros indiscutidos del heavy metal, estuvieron simplemente sobresalientes de principio a fin, reafirmando su grandeza y vigencia en esta, su séptima visita a Chile. El setlist fue amplio y dinámico, con verdaderos himnos como You've Got Another Thing Comin', que hizo saltar al público al unísono, y dos joyas del British Steel, Rapid Fire y Breaking the Law, que desataron la euforia, la adrenalina y una intensa mosh en cancha, disipando por completo el frío exterior con la caldera ardiente encendida por los Metal Gods.
El paso de los años no parece pesar en Judas Priest, que aún sabe cómo dar lo mejor de sí. Me atrevería a decir que clásicos como Sinner o Saints in Hell sonaron incluso más potentes que en sus años dorados. Rob Halford, con 73 años, demostró por qué sigue siendo "The Metal God": impecable, emotivo y comprometido, agradeció al público chileno por su fidelidad, y vivió uno de los momentos más especiales cuando toda la arena coreó sus icónicos “yeah yeah yeah” a capela.
Pero no fue el único que brilló. Richie Faulkner deslumbró con solos magistrales a lo largo del concierto, dejando en alto el legado de K.K. Downing. Su desempeño fue aún más destacable considerando que, hace solo semanas, confesó seguir lidiando con secuelas del derrame cerebral que sufrió en 2021.
Uno de los momentos más esperados fue Painkiller. Con Scott Travis quedando solo en el escenario, comenzó a retumbar su batería con ese emblemático doble pedal que encendió una gigantesca mosh, justo antes del legendario riff. Aquí sí se notó un leve desgaste en la voz de Halford, pero no empañó la brutalidad de esta obra maestra del metal.
El cierre fue simplemente inolvidable. Electric Eye encendió los últimos cartuchos de energía del público; Hell Bent for Leather trajo consigo la entrada triunfal de Halford en su icónica motocicleta; y Living After Midnight, interpretada justo después de la medianoche, dejó al Movistar Arena completamente extasiado. Una clausura perfecta para una noche histórica.
Judas Priest dio una verdadera cátedra de lo que significa hacer heavy metal. Quienes estuvimos presentes fuimos, sin duda, unos privilegiados: escuchar en vivo a una de las tres bandas más legendarias del género es un regalo que trasciende generaciones. Su música no envejece, su energía no decae, y Rob Halford sigue siendo un emblema viviente. Y lo mejor: no es un adiós, ya que al finalizar el show, la pantalla lo dejó claro: “The Priest Will Be Back.” El legado continúa.
Setlist Judas Priest:
• Panic Attack
• You've Got Another Thing Comin'
• Rapid Fire
• Breaking the Law
• Riding on the Wind
• Love Bites
• Devil’s Child
• Saints in Hell
• Crown of Horns
• Sinner
• Turbo Lover
• Invincible Shield
• Victim of Changes
• The Green Manalishi
• Painkiller
• Electric Eye
• Hell Bent for Leather
• Living After Midnight
Escrito por: Javier Pardo
Fotos por: Diego Pino
Publicar un comentario