La segunda jornada del festival trajo consigo el espíritu inquebrantable del rock ochentero, con tres titanes sobre el escenario: los estadounidenses Queensrÿche, los suecos Europe, y los inmortales Scorpions.
Cuando uno escucha esos nombres —íconos vivientes del hard rock— no es raro que una ráfaga de nostalgia nos sacuda. Porque en más de una casa chilena, este género ha sido una herencia emocional, un puente generacional entre padres, tíos o abuelos y nosotros. En lo personal, me es imposible no recordar a mi viejo compartiéndome por primera vez los riffs de Queen, los coros de Kiss, o la potencia de Guns N’ Roses. Anoche, esas mismas emociones revivieron con bandas que, lejos de apagarse, siguen brillando con intensidad.
Quédate con nosotros, que en Resistance te contamos todos los pormenores de esta mágica y última noche del Masters of Rock 2025.
Enigma
Los encargados de abrir la jornada fueron los chilenos Enigma, que en poco más de media hora entregaron una dosis certera de heavy metal de raíz hispana. Liderados por el periodista y guitarrista Álvaro Pacci, quien se lució con solos precisos y llenos de garra, la banda desplegó un sonido potente y sin concesiones.
Junto a él, Nelson Montenegro (voz), Sebastián Bello (bajo) y José Antonio Vásquez (batería), ofrecieron temas como “Los 33”, “Niebla” y “Laberinto”, calentando los primeros motores de la noche.
Queensrÿche: El regreso tras 17 años
Poco antes de las 19:00 horas, Queensrÿche rompió el silencio con un regreso esperado por casi 17 años. Su última visita había sido en 2008, aún con Geoff Tate a la cabeza. Esta vez, con Todd La Torre al frente, la banda encendió el Movistar Arena con “Queen of the Reich” y “Operation: Mindcrime”.
La energía fue inmediata. La Torre no solo estuvo a la altura vocalmente, sino que supo imprimir su propio sello, sin dejar de honrar la esencia original de la banda. Riffs afilados, melodías intrincadas y una puesta en escena sobria pero efectiva, definieron una presentación sólida.
Aunque se echó de menos una mayor conexión con el público, el setlist fue un verdadero festín para los fanáticos, destacando “Empire” o “I Don’t Believe in Love”, que fue coreada con fuerza. Si bien hubo algunas descoordinaciones menores en la afinación, el sonido global fue compacto y armonioso, mostrando que el espíritu de Queensrÿche sigue tan vivo como en sus años dorados.
Setlist Queensryche:
- Queen of the Reich
- Operation: Mindcrime
- Walk in the Shadows
- Breaking the Silence
- I don’t Believe in Love
- Warning
- The needle Lies
- Take Hold of the Flame
- Jet City Woman
- Empire
- Screaming in Digital
- Eyes of a Stranger
Europe: 35 años de amor con Chile
Lo de Europe con el público chileno es un amor verdadero. Con la presentación de anoche, suman 16 shows en nuestro país desde aquel mítico debut en el Festival de Viña del Mar 1990. Y una vez más, demostraron por qué son parte del ADN rockero nacional.
A pesar de los años, el vocalista Joey Tempest se lució de principio a fin, con un desempeño vocal extraordinario y una energía arrolladora que contagió a todo el Movistar Arena, el cual para ese momento ya estaba prácticamente lleno. El frontman, simplemente, está como el vino.
Europe desplegó un repertorio cargado de sus mayores éxitos, iniciando la noche con “On Broken Wings” y “Rock The Night”, que hicieron retumbar el recinto. Desde un comienzo, se hizo sentir el talento del guitarrista John Norum, cuyos solos impresionantes se llevaron una lluvia de aplausos por parte de sus fanáticos.
Sin duda, uno de los momentos más emotivos llegó con la clásica “Carrie”, que hizo cantar al unísono a todo el recinto, emocionando a más de alguno con una de las baladas más icónicas de la historia del rock. A este instante se sumó “Open Your Heart”, favorita de muchos presentes y una grata sorpresa, ya que no había sido interpretada en su show anterior en Brasil.
Hacia el final del concierto, el tecladista Mic Michaeli quedó solo en el escenario, lo que solo podía significar una cosa: la legendaria “The Final Countdown” hacía su aparición, desatando el momento más esperado de la noche. El público la coreó con fuerza, celebrando un himno que ha trascendido generaciones y que la banda ejecutó de manera impecable.
Antes de abandonar la tarima, Joey Tempest se despidió con un “Gracias Santiago hermoso… ¡conchetumadre!”, además de prometer que nos volverán a visitar pronto. Así que tendremos Europe para rato por esta parte del planeta.
Setlist Europe:
- On Broken Wings
- Rock the Night
- Walk the Earth
- Scream of Anger
- Sign of the Times
- Hold your Head Up
- Carrie
- War of Kings
- Stormwind
- Open your Heart
- More Than Meets the Eye
- Last Look at Eden
- Ready or Not
- Superstitious
- Cherokee
- The Final Countdown
Scorpions: El rugido de una leyenda que se niega a callar
A las 22:30 en punto, el telón final del festival se alzó con la entrada triunfal de los alemanes Scorpions. Un emotivo video repasó sus seis décadas de historia, mostrando imágenes de sus más de 5 mil conciertos y frases de sus canciones que marcaron generaciones.
Y entonces, el estruendo: “Coming Home” abrió la noche, adaptada cariñosamente como “Coming Home to Santiago”. Le siguieron “Gas in the Tank” y “Make It Real”, hasta que el icónico Klaus Meine dirigió sus primeras palabras a los asistentes.
Lamentablemente, los años no pasan en vano, y ya se notan en el vocalista alemán, quien al comienzo parecía casi petrificado mientras cantaba. Sin embargo, hay que considerar que Klaus tiene 76 años, y aun así, entregó lo mejor de sí, conectando con la audiencia y lanzando decenas de baquetas desde los primeros minutos del show.
En cuanto al resto de la banda, sonaron sencillamente espectaculares. Instrumentalmente, cada integrante se lució. Es imposible no destacar a Matthias Jabs y sus solos de guitarra, que arrancaron aplausos y expresiones de asombro, especialmente cuando se acercaba a la rampa del escenario para mostrar su impresionante destreza.
Hablando de la rampa, Scorpions supo aprovecharla al máximo. Por ejemplo, durante “Coast to Coast”, Klaus, Matthias, Rudolf y Maciwoda realizaron la mítica pose de los cuatro músicos tocando uno junto al otro en la misma dirección, un verdadero lujo para quienes estaban cerca del escenario.
Y no podemos dejar de mencionar al baterista Mikkey Dee, ex Motörhead, quien —sin exagerar— fue uno de los puntos más altos de la noche. Brilló en cada canción, mostrándose completamente vigente y con la energía de un veinteañero. Incluso regaló un impecable solo de batería de casi cinco minutos, que arrancó una de las ovaciones más fuertes de la jornada, cerrando con una dinámica visual muy entretenida: una simulación de tragamonedas en la pantalla LED.
Aunque el público fue notoriamente más tranquilo que el de la primera noche, las baladas “Send Me an Angel” y “Wind of Change” hicieron que los asistentes cantaran con el alma, completando varias frases junto a Klaus, creando un ambiente íntimo y emotivo.
Ya era hora de decir adiós. Tras una encendida interpretación de “Big City Nights”, las luces se apagaron y, de pronto, un gigantesco escorpión comenzó a alzarse en el centro del escenario, casi tocando el techo, en una escena digna de un encore de Guitar Hero. Con este espectacular recurso, Scorpions regresó con el potente “Blackout”, para luego emocionar con la querida “Still Loving You”, y cerrar a todo pulmón con el himno “Rock You Like a Hurricane”.
Con esta, ya son ocho las veces que Scorpions pisa suelo chileno, y todo indica que aún no será la última. Porque el rock —ese que desafía el paso del tiempo— sigue latiendo en cada acorde, en cada solo, en cada historia compartida entre generaciones. Y como anoche quedó claro: el rock nunca muere.
Setlist Scorpions:
- Coming Home
- Gas in the Tank
- Make it Real
- The Zoo
- Coast to Coast
- Top of The Bill / Steamrock Fever / Speedy’s Coming / Catch your Train
- Bad Boys Running Wild
- Delicate Dance
- Send me An Angel
- Wind of Change
- Loving You Sunday Morning
- I’m Leaving You
- New Vision
- Tease Me Please Me
- Big City Nights
- Blackout
- Still Loving You
- Rock You Like Hurricane
Escrito por: Javier Pardo Sepúlveda
Fotos por: Diego Pino
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