En 2022, Molchat Doma visitó por primera vez nuestro país, siendo este show un éxito total y demostrando la popularidad del grupo en Chile. Ritmos bailables pero letras y melodías melancólicas, sonidos que suelen tener éxito en nuestro territorio, hoy nos preguntamos, ¿Qué hace que al santiaguino promedio le guste tanto esta música?
Esta banda ya es un ícono cultural de la juventud alternativa contemporánea; con una estética brutalista, gris, post industrial que resuena profundamente con sus oyentes, representando el lado más amargo de nuestra sociedad. La lírica de la banda es sin duda igual de melancólica y a veces cínica que su sonido pero es pertinente asumir que muchos no saben lo que dicen las canciones hasta un rato después. Primero te gusta cómo suena y después te quedas por la letras. Entonces, es el factor sónico lo que conecta de forma más visceral con el público.
Chile a veces es descrito como el país fome de Latinoamérica, somos como el hermano gótico. En cierto modo es verdad ya que culturalmente tendemos a gravitar hacia expresiones culturales más bohemias. Nos gusta el rock, tomamos navegado y es normal vestirse completamente de negro todos los días, es como si ser chileno nos predispusiera a ser más melancólico. Incluso nuestras exportaciones culturales están en la misma línea.
Si observamos un grupo como Molchat Doma, los cuales muestran con orgullo sus inspiraciones y orígenes, podemos encontrar un punto en común entre nosotros y ellos. Concreto, constructivismo, fábricas abandonadas y al centro una juventud cínica ante un sistema que les falló. Todo esto se expresa en su música, un sonido característico e hipnotizante, pesado, que recuerda a otra era que nunca viviste y que al final de todo, sus tambores te invitan a bailar.
Pensando en Santiago, hay partes de la ciudad que se sienten congeladas en el tiempo y caminar por ellas con música igual de atemporal genera magia. Dependiendo de tu edad si es que la melancolía que sientes es de un período de tu vida real pero, es pertinente asumir que el grueso de los fans de Molchat no vivieron el peak del post-punk. Experimentan una melancolía imaginada o en muchos casos heredada. El paisaje desértico de las afueras de nuestra ciudad, con esqueletos de fábricas, te hace pensar en el pasado y adonde se fue el futuro que este prometía.
Este trío termina siendo el soundtrack perfecto para acompañar este panorama urbano, traspasando cualquier barrera de lenguaje o incluso orígenes sociopolíticos, la vista al pasado entre nosotros y Bielorrusia es generada por campos opuestos pero decanta en el mismo sentimiento.
Este 11 de noviembre, los bielorrusos nos visitarán una vez más, esta vez en Basel. Consigue tus entradas en sistema Punto Ticket.

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