Cuando Valor Kand comenzó a tomar el control de Christian Death, la banda dejó de ser solo un emblema del deathrock californiano, para convertirse en un laboratorio sombrío donde convivieron el teatro, la decadencia y la provocación filosófica. Bajo su dirección, la agrupación se transformó en una entidad inquieta, cambiante, siempre dispuesta a mutar de forma y lenguaje. No fue una continuidad del caos punk iniciado por Rozz Williams, sino la construcción de un reino completamente distinto, definitivamente más ceremonial, simbólico, europeo en espíritu y ambición.
Algunos lo apoyan, otros lo rechazan, hay diferentes opiniones de la gente, dado que Williams suena diferente a lo creado por Kand. La discografía de esta etapa traza un recorrido que va desde la belleza espectral hasta la crudeza industrial, del erotismo triste a la violencia histórica. Cada disco funciona como un capítulo autónomo dentro de un mismo culto sonoro, donde Valor Kand levanta paisajes emocionales que oscilan entre la poesía, lo devastado y lo profundamente humano. Es una era polémica, sí, pero también radical, visionaria, tal vez se puede decir que puede ser la expansión del gothic rock, pero de otra visión.
Para conocer un poco más de está era, seleccionamos un par de discos. Ademàs, invitamos a prepararse para este 10 de diciembre en Sala Metrónomo, lugar que se vivirá el regreso de estos músicos a nuestro país.
“Atrocities” (1986)
“Atrocities" es, sin discusión, el disco más incómodo, oscuro y experimental de la era Valor. En está étapa de Christian Death abandonan casi por completo la sensualidad gótica para sumergirse en un paisaje sonoro industrial, ruidoso y asfixiante. Inspirado en las atrocidades de la Primera Guerra Mundial, el álbum no busca ser bello ni elegante: busca ser opresivo, inestable, perturbador. Las canciones suenan fragmentadas, llenas de efectos, samples, distorsión y estructuras poco accesibles.
“The Scriptures” (1987)
Con “The Scriptures”, regresan a una estructura más reconocible de gothic rock, pero cargada de una obsesión por el castigo y la culpa espiritual. El disco se siente más pesado, más sobrio y más marcial que los anteriores. No se presenta tanto lirismo romántico como en “Ashes", sino una atmósfera más densa, más rígida, casi doctrinal.
“Pornographic Messiah” (1998)
Después de una etapa irregular en los noventa, “Pornographic Messiah” aparece como un renacimiento sólido, adaptando el sonido industrial-gótico. El disco suena más pesado, mecánico, frío, con programaciones, guitarras gruesas y una producción moderna. No tiene el aura clásica de los discos de los ochenta, pero es, sin discusión, el trabajo más fuerte de la etapa tardía de Valor.
El álbum es una mezcla venenosa de deathrock gótico, espiritualidad torcida y una crítica feroz a los discursos religiosos de la época. Todo está presentado con una estética que se mueve entre lo sacrílego, lo decadente y lo performativo.

