-EspecialesCorrosion Of Conformity

Corrosion of Conformity: 10 canciones para entrar en cuatro décadas de caos

René Canales9 de diciembre de 2025



Hablar de Corrosion of Conformity (COC) es hablar de una banda imposible de encasillar. Surgidos hace ya cuarenta años en Raleigh, Carolina del Norte, han atravesado más de una decena de alineaciones —quince y contando— y han mutado con absoluta naturalidad entre escenas, influencias y estilos. Lo suyo ha sido siempre un tránsito libre, que va desde el hardcore más abrasivo y el crossover thrash, hasta el sludge espeso y el rock sureño cargado de groove.


A pesar de los cambios, algo ha permanecido inamovible: COC siempre ha sonado contundente. Desde sus primeros días destacaron por la batería feroz y sorprendentemente impredecible de Reed Mullin, un motor rítmico que sentó las bases del carácter de la banda. Incluso en aquellos períodos en que Mullin no estuvo presente —antes de fallecer en 2020—, el ADN de COC siguió latiendo en ese pulso denso, sucio y rabioso que los define. Pero fue la llegada de Pepper Keenan, guitarrista oriundo de Nueva Orleans, la que terminó por catapultar a la banda a un nuevo nivel creativo y comercial. Su incorporación coincidió con un giro hacia un sonido más pesado, más pantanoso y más melódico, consolidando lo que muchos consideran la etapa más influyente de COC.


En cualquier foro, conversación o reunión de fanáticos, siempre surge la misma pregunta: “¿Cómo puede ser que esta banda no haya sido aún más grande?” Tal vez la industria nunca supo cómo empaquetarlos; tal vez la banda nunca quiso entrar en ese juego. Quizás se deba a su costumbre de atacar la hipocresía religiosa y política en sus letras, o quizá a sus constantes recambios internos. También podría ser simple mala suerte. Pero si hay algo que definitivamente no explica su subestimación es la falta de canciones memorables: COC tiene un arsenal de clásicos que cualquier banda desearía.


A continuación, una selección —subjetiva, inevitablemente incompleta— de diez canciones esenciales para entender el poder, la variedad y la historia de Corrosion of Conformity.


10. “Holier” — Animosity (1985)
Para quienes defienden la etapa hardcore por sobre el sludge, “Holier” es el argumento perfecto. Un ataque directo contra la hipocresía religiosa, grabado como trío y dominado por el rugido vocal de Mike Dean, la batería vibrante y feroz de Mullin y los solos cortantes de Woody Weatherman. Dos minutos y medio que condensan la esencia del crossover ochentero: rapidez, actitud y un groove irresistible.
 

9. “Dance of the Dead” — Blind (1991)
La formación con Karl Agell en la voz y Phil Swisher en el bajo fue breve, pero dejó huella. “Dance of the Dead” muestra a una banda que empezaba a abrazar el peso y el ritmo como eje central. Las armonías de guitarra, la presencia vocal de Agell —a medio camino entre Hetfield y Danzig— y el pulso casi bailable hacen que este corte destaque como una transición decisiva en su historia.
 

8. “Man or Ash” — Wiseblood (1996)
Con James Hetfield colaborando en los coros, esta pieza es un monstruo de sludge apocalíptico. El riff avanza como una criatura enfurecida, arrasando con todo a su paso, mientras Keenan canta como quien ha visto demasiado. El solo wah de Weatherman es pura electricidad. Un clásico subvalorado dentro del catálogo de la banda.
 

7. “Cast the First Stone” — No Cross No Crown (2018)
El tan esperado retorno de Keenan tras más de una década —y el último disco con Mullin— confirmó que la química del cuarteto seguía intacta. “Cast the First Stone” es un grito desafiante, una advertencia envuelta en riffs pesados y actitud sureña. La banda sonaba tan feroz como siempre, recordando por qué esta formación sigue siendo la más querida por tantos seguidores.
 

6. “Stonebreaker” — In the Arms of God (2005)
Una apertura monumental: un solo blues oscuro que da paso a un riff machacante, cercano a Black Sabbath pero con ese toque pantanoso tan propio de COC. Stanton Moore, invitado en la batería, aporta una mezcla letal de fuerza y sutileza, especialmente en la hipnótica sección a mitad del tema. Keenan, por su parte, entrega una de sus interpretaciones más intensas.
 

5. “Stare Too Long” — America’s Volume Dealer (2000)
Quizás la mayor desviación estilística de la banda: un corte de rock sureño, cargado de melancolía y aire de porche al atardecer. La colaboración de Warren Haynes en la guitarra slide le da un brillo emocional único. Es una canción hermosa por derecho propio, alejada de la agresividad habitual pero perfectamente coherente con su identidad.
 

4. “Clean My Wounds” — Deliverance (1994)
Uno de los himnos definitivos de su etapa más accesible. Riffs entrecortados, un groove contagioso, referencias religiosas y un estribillo que pide ser gritado. Su estructura compacta la convierte en una lección de cómo hacer hard rock efectivo sin sacrificar profundidad ni filo. En vivo, a menudo se expande porque el riff principal es simple y llanamente adictivo.
 

3. “Over Me” — America’s Volume Dealer (2000)
Puro hard rock sin distracciones. Una mezcla perfecta de dinámica, fuerza y melodía. Keenan entrega uno de sus mejores registros, mientras la banda mantiene un pulso constante que invita a subir el volumen hasta niveles irresponsables. A veces la simpleza es la fórmula del impacto.
 

2. “Vote With a Bullet” — Blind (1991)
Un clásico absoluto de protesta y furia. Fue la única canción liderada vocalmente por Keenan en Blind, pero bastó para convertirlo en pieza clave del futuro sonido de la banda. Con riffs afilados y letras que denuncian corrupción política sin pelos en la lengua, el tema sigue vigente, quizá incluso más que en los noventa.
 

1. “Albatross” — Deliverance (1994)
La síntesis perfecta del COC de mediados de los 90: duro, arrastrado, groovero, con guitarras enormes y un espíritu sureño inconfundible. “Albatross” fue su carta de presentación ante un público más amplio, su gran puerta de entrada, y sigue siendo una de sus canciones más queridas. Mullin brilla con fills memorables, mientras Weatherman y Keenan construyen un muro sónico que se queda flotando en la memoria. Simplemente, un clásico inmortal.

Recuerda que Corrosion of Conformity se presentará el próximo 12 de enero en nuestro país, en una jorada imperdible para los fans de la música extrema en Sala Metrónomo. Entradas disponibles a través de sistema Passline.







 
Publicidad